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Samsung desnuda sus televisores

Sesión técnica

Javier López Tazón | Martes 21 de octubre de 2025
Con la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol 2026 a las puertas, el fabricante coreano prepara su estrategia. Ha montado una jornada técnica con la prensa especializada para destacar tres puntos fuertes: los que llaman QLED “real”, los televisores sin reflejos “de verdad” y la demo comparada de cómo un televisor Frame es también un excelente televisor.

O bien Samsung se siente con más fuerza que nunca en el sector de televisores o, por el contrario, está notando presión de la competencia. Pero ha hecho algo que no ha solido hacer. Probablemente, haya sido la primera ocasión que lo hace: ha comparado en vivo televisores suyos con otros modelos de la competencia equiparables en gama.

Hasta hace unos pocos años, el mercado estaba muy concentrado en dos marcas: la propia Samsung y LG, las dos coreanas. Quedaban por detrás Sony, Panasonic, Philips... pero comenzaron a ascender con fuerza las marcas chinas: TCL, Hisense... incluso la misma Xiaomi. Evidentemente, cada una de esas marcas quiere rebanar un trozo de pastel. Pero las cifras que muestra Samsung no parecen dejar muchos espacios. Lleva 19 años como número uno mundial y además, con un mayor foco y participación de mercado en los segmentos de grandes pulgadas.

En nuestro país, los datos que maneja son también espectaculares, con porcentajes que rondan el 50% en el segmento de las grandes pulgadas

En nuestro país, los datos que maneja son también espectaculares, con porcentajes que rondan el 50% en el segmento de las grandes pulgadas, con crecimientos hasta del 100% en las teles de 98 y más pulgadas. Si el miniLED se consolida como otra de las tendencias ganadoras, tampoco le salen mal las cuentas: alrededor del 50% de cuota de mercado y crecimientos del 25% año tras año.

Y en OLED, también pisan el acelerador: tienen “solo” el 18% del mercado, aunque matizan que en los paneles más grandes, también rozan el 50%. Y logran crecimientos de 7 puntos anuales.

Así que parece que la decisión de comparar tecnologías y modelos de otras marcas no parece que obedezca a una mala situación ni a la presión de otros. Más bien parece sacar pecho para prepararse de cara al año que viene. Y es que, si se cumple la tradición: año de fútbol, año de récord en venta de televisores. Para los poco informados en este deporte, como yo mismo, cabe recordar que el año que viene toca Mundial de Fútbol que se celebrará en América del Norte (México, Estados Unidos y Canadá).

La comparativa

Las comparaciones fueron en tres direcciones. La primera fue directa a defender la supremacía de su QLED frente a otros, definiéndolo como el QLED real; la segunda batalla fue la de los reflejos en los paneles OLED, mientras que la tercera se centró en la categoría Frame.

Lógicamente, ganó en las tres categorías. Y es que uno no se somete voluntariamente a este tipo de pruebas si no está seguro. Las comparaciones, como las armas, son odiosas y las carga el diablo.

La primera parada fue la técnica. ¿Cómo funciona el QLED y qué es eso de los quantum dots? Básicamente, esta tecnología se basa en unas nanopartículas que tienen la cualidad de convertir la luz que les incide en azul, roja o verde en función de su tamaño. El “truco” de Samsung, que después otros han intentado replicar, es utilizar para la retroiluminación una matriz de luz azul, en lugar de blanca. Ese mero detalle permite utilizar menos filtros para lograr la colirimetría deseada y, por tanto, permite pasar más luz, es decir, más brillo, sin aumentar el consumo eléctrico y sin forzar los materiales. De esta forma se mata otro pájaro con el mismo tiro: menor consumo y vida más larga.

En la segunda estación de esta comparación, tocó hablar de los reflejos de dos paneles OLED. En Samsung optaron por una tele de la competencia de gama alta, y precio también alto. No había que adivinar mucho para colegir que se trataba de un modelo de LG. La comparación fue odiosa y espectacular. Mientras el panel de Samsung mostraba únicamente las imágenes emitidas, en el de la competencia se podían ver elementos de la decoración y el reflejo de las personas que estaban delante. ¿Había trampa? Parece que no, porque aunque cambiaras de punto de vista la situación se mantuvo.

Samsung The Frame

La última comparación se centró en el modelo Frame. Es un televisor que se ha calibrado especialmente para que pueda funcionar directamente como un cuadro. Mejor dicho, como muchos cuadros. Yo no he sido un fan de este sistema, pero he de reconocer que, conforme los televisores han ido aumentando su diagonal hasta llegar a tamaños imposibles como un 115 pulgadas que lograron meter en la sala en la que se realizaron las experiencias, una tele apagada en la pared o en medio de un salón es como un agujero negro gigante. Si usamos la pantalla para mostrar cuadros con la calidad de una pintura real...

El caso es que la gama Frame ha funcionado y, claro, han salido competidores. Probablemente, no es tan difícil mostrar un cuadro con buena calidad en un panel. Igual lo más difícil es que además se vea bien como televisor. Y ahí es donde el modelo de Samsung dio ciento y raya al de la competencia. La experiencia fue interesante. Y siempre es un placer escuchar a Toni Rull, el responsable de soporte de teles en Samsung.

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