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Toyota Land Cruiser FJ: neo-retro compacto y reparable

Toyota Land Cruiser FJ: neo-retro compacto y reparable

Proporciones cuadradas, faros redondos opcionales y paragolpes segmentados para personalizar

Álvaro Muro Duñabeitia | Martes 21 de octubre de 2025
Toyota ha presentado el nuevo Land Cruiser FJ, un todoterreno compacto que amplía la familia Land Cruiser con una propuesta más accesible en tamaño sin renunciar a la esencia de la saga. Se ha desvelado hoy, 21 de octubre de 2025 y hará su debut público en el Japan Mobility Show del 30 de octubre al 9 de noviembre, con lanzamiento en Japón hacia mediados de 2026. La marca enmarca su diseño bajo el concepto “Freedom & Joy”, una invitación a disfrutar del Land Cruiser “a tu manera” con amplias posibilidades de customización.

Proporciones y lenguaje formal

Lo primero es la proporción: cabina claramente cuadrada, líneas tensas y un “cubo” que se redondea con biseles para suavizar aristas sin perder robustez. Toyota habla explícitamente de un cuerpo rectangular con “motivo de dado”, y de una composición de paragolpes marcados y aletas ensanchadas sobre una carrocería limpia. En conjunto, transmite volumen útil y sensación de aplomo, que es exactamente lo que un Land Cruiser debe prometer a simple vista.

Esta decisión formal responde a un propósito funcional: priorizar habitabilidad y capacidad de carga en una huella más contenida. Con 4.575 mm de largo, 1.855 mm de ancho y 1.960 mm de alto, y una batalla de 2.580 mm, el FJ se sitúa por debajo del 250 en tamaño (su batalla es 270 mm más corta), lo que mejora su radio de giro y su movilidad en espacios reducidos. Son cifras que lo definen tal cual es: compacto, maniobrable y práctico.

Exterior: firma lumínica y piezas pensadas para durar

El frontal articula dos lecturas estéticas diferentes pero manteniendo una misma coherencia. Por un lado, una firma lumínica más actual, y por otro la opción de faros redondos que evocan el 40 Series. Esta segunda lectura forma parte de un catálogo de accesorios/modos que la marca irá desplegando durante el ciclo de vida del modelo, pensado para que cada usuario “haga suyo” el coche. En la zaga, la rueda de repuesto exterior y los volúmenes rectos empastan el tono neo-retro con la utilidad clásica.

La reparación también se ha diseñado. Los paragolpes de esquina segmentados y desmontables permiten sustituir solo la pieza dañada tras una excursión por el campo. Esto, unido a la moldura perimetral y a los pasos de rueda protectores, sugiere una carrocería que asume el uso duro. Toyota muestra además ejemplos de customplataforma de techo, snorkel y paneles MOLLE para fijar equipo— alineados con el concepto de “Freedom & Joy”. Es un enfoque de diseño-servicio: facilitar la vida del usuario antes, durante y después de la ruta.

Interior y HMI: claridad de lectura y ergonomía “trail-friendly”

Puertas adentro, la arquitectura del salpicadero es horizontal para leer la actitud del coche de un vistazo cuando el terreno se complica. La cota de capó y la línea de cintura bajan para mejorar visibilidad hacia el suelo, y la interfaz concentra pantalla y mandos esenciales para minimizar movimientos de ojos y manos. El gran selector del cambio y el volante con radios robustos rematan una HMI enfocada a la operación instintiva, algo que quienes hacen pistas agradecen. Como apoyo, viene Toyota Safety Sense con funciones avanzadas (incluida la pre-colisión).

La vertiente emocional del interior la refrenda el equipo de diseño: “Queríamos que los clientes sintieran a la vez su herencia y su autenticidad”, resume Koji Inoue, Project Chief Designer, en la página de sketches del FJ.

Arquitectura y packaging: IMV refinada, batalla corta

En el chasis, Toyota declara el uso de la plataforma refinada de la serie IMV, con refuerzos bajo el piso para elevar la rigidez y el control. El radio de giro es de 5,5 m, cifra muy favorable para enlazar horquillas o callejear. Respecto al 250, los 270 mm menos de batalla son clave para la agilidad y el “plano corto” entre ejes tan apreciado fuera del asfalto. El articulado de ruedas se anuncia “equivalente al 70 Series”, una referencia que no se invoca a la ligera en la casa.

Conviene poner esta IMV en contexto: medios técnicos subrayan que es la base global que comparte filosofía con productos como Hilux, lo que explica el foco en serviciabilidad y robustez por encima de la sofisticación gratuita. Ese es el ADN que se percibe en soluciones como los paragolpes por tramos o la accesibilidad de los puntos de anclaje.

En la ficha clave (prototipo), Toyota confirma 5 plazas (dos filas), 4x4 con tracción parcial, cambio automático 6 Super ECT y motor 2TR-FE 2.7 gasolina con 120 kW (163 CV) y 246 Nm. Son cifras prudentes que cuadran con su promesa de “ir a cualquier sitio y volver” y con una arquitectura que valora la fiabilidad por encima de la potencia superflua.

Off-road y aerodinámica: lo que importa (y lo que no)

La aerodinámica no es el foco de un vehículo así; aquí importan el ángulo de ataque, la altura libre y la gestión del impacto. Toyota asegura que la plataforma y el paquete garantizan la distancia al suelo y los ángulos necesarios, y que el comportamiento se ha validado con pruebas off-road extensivas durante el desarrollo. La carrocería recta suavizada por chaflanes ayuda a “leer” sus límites cuando maniobramos en un paso estrecho, y los paragolpes desmontables conversan con un uso realista: tocas, reparas solo la esquina y sigues.

La articulación tipo 70 y la tracción con reductora (implícita en el enfoque part-time 4WD) son la base del rendimiento sobre piedra, barro y arena. Si añadimos el radio de giro de 5,5 m, tenemos un toolbox coherente: gira donde un SUV normal no gira, respira si lo llevas, y defiende la carrocería con piezas pensadas para el uso rudo.

Toyota no ha comunicado precios, gamas ni datos como ángulos exactos o capacidad de vadeo para el FJ de serie. Tampoco detalla los mercados fuera de Japón. Son lagunas razonables en esta fase prototipo, y tomamos como referencia los datos oficiales disponibles hasta la fecha. En cualquier caso, el vehículo que hemos visto es matriculable y con especificaciones de producción muy avanzadas, un matiz importante frente a un mero “show car”.

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