Toyota y Waymo han anunciado una colaboración estratégica para el desarrollo de tecnología de conducción autónoma, con el objetivo de acelerar la evolución de esta tecnología en vehículos de propiedad individual.
El acuerdo, en el que también participa Woven, la división tecnológica de Toyota, se enmarca en el creciente interés del sector por sistemas de conducción basados en inteligencia artificial.
La alianza busca crear una nueva plataforma para vehículos autónomos y avanzar en el diseño de automóviles personales de próxima generación. Se trata de un paso significativo para ambas compañías: mientras Toyota pretende acortar distancias con sus competidores más avanzados en software y automatización, Waymo da su primer salto fuera del transporte bajo demanda para explorar el mercado de los vehículos privados.
El fabricante japonés lleva años invirtiendo en inteligencia artificial y automatización, pero no ha logrado igualar el ritmo marcado por empresas como Tesla o BYD. En 2023, la reestructuración directiva de Toyota provocó retrasos en Woven, encargada del desarrollo de Arene, su plataforma de software para vehículos. Como respuesta, la compañía intensificó su apuesta con un anuncio conjunto con Nippon Telegraph & Telephone en el que prevén invertir 500.000 millones de yenes (unos 3.300 millones de dólares) para desarrollar software de conducción autónoma basado en IA, orientado a predecir y evitar accidentes.
Waymo diversifica su negocio
Por parte de Waymo, filial de Alphabet, la colaboración representa una ampliación de su campo de acción. Hasta ahora, su actividad se centraba en el transporte comercial bajo demanda, con más de 250.000 trayectos semanales registrados en varias ciudades de Estados Unidos. La entrada en el segmento de vehículos personales supone una diversificación estratégica en un mercado con potencial de crecimiento, aunque sujeto a importantes restricciones normativas.
Y es que las regulaciones siguen siendo un obstáculo para el despliegue de estas tecnologías, especialmente en Japón, donde la legislación aún exige que los vehículos autónomos cuenten con supervisión humana. A pesar de ello, el ecosistema de fabricantes nipones continúa fortaleciéndose mediante alianzas: Nissan firmó recientemente un acuerdo con Wayve, y Suzuki colabora con la startup Tier IV.