La medida, que modifica la Directiva (UE) 2022/256 y el Reglamento (UE) 2018/1724, introduce cambios sustanciales en la edad mínima para conducir, la formación de los nuevos conductores y la digitalización del carné, con el objetivo de reducir los cerca de 20.000 fallecidos anuales en accidentes de tráfico dentro del territorio comunitario.
Entre las novedades más relevantes figura la posibilidad de obtener el permiso de conducir tipo B a los 17 años, aunque los menores deberán conducir acompañados por un adulto con experiencia hasta cumplir los 18. Se establece, además, un periodo de prueba de dos años para todos los conductores noveles, que se enfrentarán a sanciones más severas por infracciones relacionadas con el consumo de alcohol, el uso del cinturón o el incumplimiento de las normas de seguridad infantil.
En paralelo, la Eurocámara ha aprobado rebajar la edad mínima para obtener licencias profesionales: desde los 18 años se podrá acceder al permiso para camiones (categoría C) y desde los 21 al de autobuses (categoría D), siempre que se disponga de un certificado de competencia profesional. En caso contrario, será necesario tener 21 y 24 años respectivamente. La medida responde a la creciente escasez de conductores en el transporte de mercancías y viajeros, un problema que afecta a toda Europa.
La reforma también introduce el permiso de conducir digital, accesible desde el teléfono móvil y con validez en toda la Unión Europea. Este documento convivirá con el formato físico, que los Estados miembros estarán obligados a emitir si el ciudadano lo solicita. El proceso de transición será gradual, pero busca facilitar la verificación y reducir la burocracia.
Los aspirantes a obtener el carné deberán superar pruebas actualizadas que incorporan conocimientos sobre puntos ciegos, sistemas de asistencia al conductor, riesgos de distracción por el uso del teléfono y apertura segura de puertas. Asimismo, la formación hará hincapié en la protección de usuarios vulnerables como peatones, ciclistas o niños.
Los permisos de coche y motocicleta tendrán una validez máxima de 15 años, aunque los Estados podrán reducir ese plazo a 10 si el carné se utiliza como documento de identidad nacional, como ocurre en España. Para camiones y autobuses, la validez será de cinco años.
Cada país podrá exigir revisiones médicas periódicas o sustituirlas por sistemas de autoevaluación para evaluar la visión y la condición física del conductor. En el caso de los mayores de 65 años, las autoridades nacionales podrán acortar los periodos de validez y aumentar la frecuencia de los controles médicos o cursos de actualización.
Los Estados miembros dispondrán de tres años para incorporar la directiva a su legislación nacional y un año adicional para su aplicación efectiva. La Unión Europea aspira con esta reforma a homogeneizar criterios, mejorar la preparación de los conductores y reforzar la seguridad en carretera.
La Eurocámara insiste en que el objetivo no es solo armonizar la normativa, sino también reducir las emisiones derivadas del transporte y favorecer una movilidad más segura y sostenible. Con el nuevo marco legal, la UE da un paso más hacia la modernización del permiso de conducción, un documento que acompaña a más de 450 millones de europeos y que ahora entra en la era digital.