Rosalía ha vuelto a unir música, arte y diseño en una acción que ha desbordado las calles del centro de Madrid. La cantante ha recorrido este lunes la Gran Vía y la Plaza de Callao a bordo de un Nissan Skyline GT-R R33 blanco, un deportivo japonés de culto entre los aficionados al motor, mientras presentaba la portada de su nuevo disco Lux, que verá la luz el próximo 7 de noviembre.
El evento, que pretendía ser una aparición breve, derivó en una multitudinaria concentración que obligó a la Policía Municipal a cortar varias calles y desviar el tráfico. Ante la avalancha de seguidores, Rosalía se refugió en un hotel cercano desde cuya ventana saludó a sus fans, mientras el vehículo, convertido en símbolo visual del lanzamiento, recorría las calles entre aplausos y teléfonos móviles en alto.
La escena transformó la presentación de un álbum en una intervención urbana, uniendo cultura pop y diseño automovilístico en un gesto cargado de significado estético.
El nuevo trabajo de Rosalía, titulado Lux (“luz” en latín), marca un punto de inflexión en su trayectoria artística. Con una estética inspirada en la espiritualidad y la introspección, la artista explora conceptos como la fe, la redención y la búsqueda interior a través de una narrativa visual más sobria y simbólica.
La elección de un coche clásico no es anecdótica. Como en sus anteriores proyectos, Rosalía convierte el objeto en discurso: el vehículo actúa como metáfora de poder, control y movimiento, elementos que reflejan su nueva etapa creativa. El contraste entre la pureza formal del automóvil y la intensidad emocional del concepto Lux refuerza su voluntad de unir lo mecánico con lo espiritual.
Presentado en 1995, el Nissan Skyline GT-R R33 representa una de las cumbres del diseño automovilístico japonés de los años noventa. Equipado con el motor RB26DETT de seis cilindros en línea y doble turbocompresor, entregaba 280 CV oficiales y una tracción total ATTESA E-TS que lo ha convertido en leyenda tanto en carretera como en competición.
Su estética sobria y aerodinámica, junto con la precisión técnica del chasis, definieron un nuevo estándar en el equilibrio entre rendimiento y elegancia. En su época, el R33 fue símbolo de innovación silenciosa: diseño funcional, proporciones equilibradas y una presencia casi escultórica que hoy lo consagran como pieza de culto.
Sin embargo, el paseo del deportivo por la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid ha generado sorpresa entre los viandantes e internautas ya que el modelo carece de etiqueta medioambiental, pero ha podido circular legalmente al estar matriculado como vehículo histórico, una categoría que exime de las restricciones a los coches de especial valor patrimonial.
De este modo, el coche no solo se convirtió en símbolo del lanzamiento, sino también en una reivindicación del automóvil como objeto cultural y parte del imaginario colectivo. Con su aparición, Rosalía reinterpreta el diálogo entre tradición e innovación: un álbum que mira hacia la luz, y un coche que recuerda el brillo intemporal del diseño.