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Christian Nyborg, el cofundador olvidado que dio forma al origen de MásMóvil

Christian Nyborg junto a Meinrad Spenger
Alfonso de Castañeda | Jueves 06 de noviembre de 2025
En el imaginario del sector tecnológico español, el nombre de Meinrad Spenger ocupa un lugar reservado. Es el ejecutivo que desafió a los gigantes de las telecomunicaciones y convirtió una startup con 100.000 euros en la operadora líder por número de clientes en España.

Sin embargo, hay otro nombre que rara vez se menciona cuando se habla de los orígenes de MásMóvil: Christian Nyborg, un empresario noruego que codiseñó el proyecto, aportó la estrategia y desapareció del mapa justo cuando su visión empezaba a cumplirse.

Su historia —silenciosa, casi borrada del relato oficial— explica tanto el nacimiento de MásMóvil como el ADN de la compañía que, dos décadas después, acabaría fusionándose con Orange para dar lugar al mayor operador del país, MasOrange.

El otro

Cuando Spenger llegó a España a principios de los 2000, procedente de la consultora McKinsey, coincidió con Nyborg, un noruego de perfil menos académico pero con una ventaja crucial: conocimiento de los mercados del norte de Europa, donde los operadores móviles virtuales (OMV) ya habían transformado el negocio con su modelo low cost y digital.

España, por entonces, era un oligopolio de tres jugadores: Movistar, Vodafone y Orange. Las tarifas eran elevadas, la fidelización se imponía a golpe de permanencias y la experiencia del cliente distaba mucho del estándar escandinavo. Nyborg lo vio con claridad: el mercado estaba lo suficientemente maduro para romperlo.

“Nuestra ventaja no es el tamaño, sino la eficiencia y la cercanía al cliente”

En 2006, ambos fundan MásMóvil Telecom 3.0 S.A., convencidos de que podían aplicar al sur de Europa una estrategia ya validada en el norte: operar sin red propia, alquilando la de un gran proveedor, en este caso, la de Orange, con costes bajos y agilidad comercial. Como explicaría años más tarde Spenger, “nuestra ventaja no es el tamaño, sino la eficiencia y la cercanía al cliente”.

Nyborg, por su parte, fue quien trajo esa hoja de ruta. En Noruega, el 25% del mercado ya estaba en manos de operadores virtuales. Su apuesta consistía en trasladar ese modelo, adaptarlo a un entorno más rígido y demostrar que la innovación regulatoria y de producto podía compensar la falta de infraestructura.

El arquitecto silencioso

Mientras Spenger negociaba con los reguladores y atraía capital español, el noruego diseñaba el modelo de negocio y la estructura técnica

Durante los primeros años, Nyborg fue más que un cofundador: fue el arquitecto del sistema. Mientras Spenger negociaba con los reguladores y atraía capital español, el noruego diseñaba el modelo de negocio y la estructura técnica. Fue él quien impulsó la estrategia de acuerdos mayoristas, la venta online y la atención directa al cliente, mucho antes de que eso se convirtiera en estándar.

Pero también fue quien planificó su salida. En diciembre de 2007, apenas un año después de fundar la compañía, creó Christian Nyborg Holding ApS, su vehículo de inversión. El movimiento, discreto pero revelador, mostraba que concebía su participación en MásMóvil como una inversión de alto rendimiento, no como un proyecto de vida.

Cuando la empresa lanzó sus primeros servicios comerciales en 2008, en plena crisis económica, el reto era sobrevivir. Los grandes operadores podían quemar millones en marketing; MásMóvil apenas contaba con un puñado de empleados y un plan de tarifas simplificado que apelaba a los inconformistas. Contra todo pronóstico, funcionó.

Del éxito a la invisibilidad

Entre 2011 y 2014, la compañía empezó a escalar. Reubicó su sede, creció en clientes y se preparó para salir al mercado bursátil. La fusión con Ibercom, en marzo de 2014, fue el punto de validación del modelo: MásMóvil pasaba de ser una startup a una empresa cotizada.

En ese periodo, Nyborg todavía era visible. En entrevistas concedidas a medios especializados, celebraba que la firma había cerrado 2013 con ingresos récord (17 millones de euros) y hablaba de “una etapa de expansión sostenida y rentable”. Todo indicaba que seguiría en el proyecto. Sin embargo, 2015 lo cambió todo.

Ese año, la compañía aprobó una ampliación de capital para financiar la compra de Neo Sky, una operación que implicó la emisión de más de un millón de nuevas acciones. Era el inicio de la era de la consolidación: crecimiento mediante deuda, adquisiciones y riesgo financiero. En ese punto, Nyborg decidió vender su participación.

Para 2016, su nombre ya había desaparecido de los registros españoles

La cronología coincide. Para 2016, su nombre ya había desaparecido de los registros españoles, mientras la prensa noruega estimaba su fortuna personal en torno a 100 millones de coronas noruegas (unos 10 millones de euros de entonces).

Fue una retirada quirúrgica: sin conflictos públicos, sin comunicados, sin dejar rastro. Mientras Spenger se preparaba para liderar una ola de adquisiciones (Yoigo, Pepephone, Euskaltel…) que transformaría el mercado, Nyborg regresaba a Escandinavia con el capital consolidado y una discreción que ha mantenido hasta la fecha.

Dos caminos opuestos

El contraste entre ambos fundadores no puede ser más elocuente. Spenger se convirtió en el rostro visible de una historia de crecimiento exponencial. Apostó por reinvertir, asumir deuda y liderar la integración de competidores. Bajo su mando, MásMóvil pasó de ser el cuarto operador a convertirse en el primero por número de clientes y segundo por ingresos (ya como MasOrange).

Nyborg, en cambio, representaba el modelo del estratega inversor. Supo detectar el valor antes que nadie, capitalizarlo en el momento justo y salir cuando el riesgo operativo aumentaba. Su perfil, más financiero que corporativo, encajaba con la lógica de los fundadores que crean para vender, no para gobernar.

Ambas decisiones fueron coherentes: Spenger buscaba construir un grupo de largo recorrido; Nyborg, capturar el valor del concepto. Si el primero terminó como consejero delegado del mayor operador de España, el segundo se aseguró la independencia económica y una vida fuera del foco mediático.

Hoy, casi veinte años después, las bases que Nyborg ayudó a diseñar siguen presentes en el ADN de MasOrange: el low cost, la atención digital, la simplicidad tarifaria y la obsesión por la eficiencia. El operador virtual que él imaginó como desafío al monopolio acabó siendo el esqueleto sobre el que se levantó el mayor conglomerado de telecomunicaciones del país.

La vida en el norte

Tras su salida, Nyborg se instaló entre Barcelona, donde reside actualmente, y Noruega. Su holding sigue activo y gestionando inversiones privadas. No ha vuelto a operar en telecomunicaciones, ni a conceder entrevistas, ni a aparecer en actos empresariales, aunque sí ha lanzado dos negocios relacionados con la telefonía móvil: la startup Phonr -que está en proceso de venta y está especializada en servicios para empresas basados en IA- y la compañía de fundas de móviles Phonecases3D. Quienes lo conocieron lo describen como reservado, metódico y fiel al principio de que un fundador no necesita estar en la foto para ser parte de la historia.

En un mundo donde el relato empresarial tiende a simplificar con un héroe único, su ausencia resulta incómoda. Pero quizá ahí reside su coherencia: construir, probar, salir y dejar que la obra hable por sí sola.

Christian Nyborg fue el cofundador que diseñó la idea, implantó la estrategia y desapareció justo antes de que el proyecto exigiera otra clase de sacrificio

Christian Nyborg fue el cofundador que diseñó la idea, implantó la estrategia y desapareció justo antes de que el proyecto exigiera otra clase de sacrificio. No necesitó liderar la fusión con Orange ni figurar en los informes de resultados para dejar su impronta.

MásMóvil sobrevivió, creció y se transformó siguiendo una filosofía que él ayudó a sembrar y que Spenger supo regar y cuidar: competir desde la inteligencia, no desde el tamaño. Su legado es invisible, pero tangible en la arquitectura de una industria que, dos décadas después, sigue girando alrededor de aquella idea nórdica importada por un noruego y ejecutada por un austriaco.

Y aunque su nombre no aparezca en los comunicados de MasOrange, el plano original de esa revolución lleva su firma: Christian Nyborg, el cofundador olvidado que cambió para siempre el rumbo de las telecomunicaciones españolas.

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