Las mejoras no se quedan en una lista de equipamiento: Toyota ha revisado los ejes eléctricos (eAxle) con semiconductores de carburo de silicio para elevar la eficiencia y, de paso, la potencia máxima —hasta 343 CV DIN en el AWD—. El sistema introduce preacondicionamiento de batería para asegurar temperaturas óptimas antes de llegar a un cargador rápido, lo que estabiliza potencias en climas fríos y reduce tiempos en CC. También se suma un cargador a bordo de 22 kW (Spirit) y 11 kW (Advance).
En autonomía, el Advance homologa 569 km WLTP, mientras el Spirit (AWD) queda en 468 km. La versión de tracción total duplica la capacidad de remolque hasta 1.500 kg, un dato poco habitual en el segmento y que amplía su uso familiar/profesional.
Aunque el lenguaje formal apenas se retoca, el frontal se limpia y se optimiza la aerodinámica: parrilla más cerrada, labios y canalizaciones que afinan el flujo y reducen turbulencias. La firma lumínica mantiene el gesto horizontal, subrayando el ancho visual. En Spirit, las llantas de 20" y el acabado bitono refuerzan la postura SUV con un stance más plantado, mientras el Advance apuesta por unas 18" equilibradas entre confort y rendimiento. El resultado es una carrocería que justifica cada trazo por función (gestión de aire, cooling) más que por artificio decorativo.
Para quien sale del asfalto, el X-MODE con Control de agarre (Spirit) conserva el carácter de todocamino auténtico que Toyota persigue para su gama bZ: aporta modos específicos para barro/nieve y maniobras a muy baja velocidad; la profundidad de vadeo de 500 mm y la cámara 360º completan la caja de herramientas.
Dentro, el salto cualitativo está en la arquitectura de interfaz. La pantalla de 14" y el nuevo cuadro se integran en una consola replanteada para reducir desvíos de mirada y ordenar tareas frecuentes. Toyota afina lo que venimos defendiendo en CarDesign.es: esencialismo frente a “pantallismo”. Hay volante calefactable, BSM (ángulo muerto) y llave digital de serie, mientras el Spirit suma asientos delanteros ventilados, memorias, calefactores radiantes y JBL de 9 altavoces. El conjunto transmite un uso más intuitivo: menos pasos para lograr lo mismo y mejor feedback.
La gama se simplifica en dos acabados bien diferenciados:
Advance (4x2, 224 CV, 73,1 kWh): llantas de 18", faros LED con AHS, portón motorizado, tapicería mixta, cargador a bordo de 11 kW y Toyota Smart Connect con 14". Paleta monotono con cinco colores, incluidos los nuevos Negro Cosmo y Azul Orión.
Spirit (AWD, 343 CV, 73,1 kWh): llantas de 20", retrovisor digital, aparcamiento automático, asientos calefactables/ventilados con memorias, asientos traseros calefactados, techo panorámico, JBL, bitono y cargador a bordo de 22 kW. Tres colores bitono: Blanco Perlado Iceberg, Rojo Emoción y Gris Átomo.
Toyota abre pedidos con precio desde 39.500 € (Advance) y financiación 300 €/mes (48 cuotas) con VFG de 16.666,94 € (Easy Plus: 4 años de garantía y mantenimiento). Para Taxi/VTC, hay una oferta desde 30.428 € o 295 €/mes (84 cuotas) con Toyota Credit. La marca respalda la batería con un programa que garantiza al menos el 70 % de capacidad hasta 10 años o 1.000.000 km mediante revisiones anuales.