Lexus plantea el habitáculo del LFA Concept como un espacio minimalista orientado al conductor, con la posición al volante como punto de partida. Esa postura busca que coche y piloto se perciban como una sola unidad. La marca habla de un volante específico de deportivo que permite girar sin cambiar el agarre, y de una disposición de interruptores que facilita el manejo por “tacto ciego” (blind-touch).
Esa obsesión por la inmersión deriva de la voluntad de fusionar aerodinámica y belleza escultórica también en el interior. Lexus insiste en que cada elemento funcional está concentrado alrededor del conductor, reduciendo lo superfluo para que el manejo se convierta en extensión natural de la conciencia. Es una HMI que prioriza señales claras, tacto mecánico y jerarquía visual para condiciones de conducción exigentes.
La postura, compartida con los proyectos GR GT y GR GT3, se apoya en tres pilares técnicos: centro de gravedad bajo, bajo peso con alta rigidez y aerodinámica. De ahí nace una altura total de solo 1.195 mm y un volumen de cabina que permite sentar al conductor muy cerca del eje longitudinal.
La visibilidad y el alcance de mandos se han refinado “hasta el último detalle”, según la marca. No hay alardes de pantallas multiplicadas ni capas de interfaz innecesarias: el cockpit propone una estética mecánica y silencio formal que favorecen la concentración. La reducción de estímulos implica criterio y sobre todo seguridad.
Aunque Lexus todavía no ha detallado paletas ni materiales, sí define la atmósfera como una “visión minimalista” que mezcla diseño mecánico y espacio simple. Básicamente lujo sin ruido.
El LFA Concept “hereda” la estructura de aluminio de alto módulo del GR GT, pero explora un packaging específico BEV. Traducido al interior: plataforma rígida y ligera para sostener asientos muy bajos, columna de dirección bien alineada y pedales en un plano que reduzca fatiga en conducción larga o intensiva. Al no convivir con un V8 delante, el espacio frontal y la arquitectura térmica cambian, lo que ayuda a refinar volúmenes y a mantener la línea de visión despejada. Lexus subraya que la elección BEV permite equilibrar masas y optimizar el reparto de pesos, decisiones que se notan en ergonomía y respuesta.
En cifras, el LFA Concept mide 4.690 mm de largo, 2.040 mm de ancho, 1.195 mm de alto y ofrece 2 plazas, con 2.725 mm de batalla. No hay ficha de potencia, baterías ni autonomía por ahora.
Que se llame LFA no significa que deba llevar un V10: es, según Lexus, un nombre-símbolo asociado a técnicas que deben preservarse y transmitirse a la siguiente generación. El LFA Concept toma ese legado y lo traslada al cero emisiones, compartiendo métodos con el Toyota GR GT y el GR GT3, y amarrando el proyecto a un marco cultural que reivindica la renovación periódica a partir de lo que ya se ha aprendido.
Antes de este bautismo, el prototipo se mostró como Lexus Sport Concept en Monterey Car Week 2025 y en el Japan Mobility Show 2025, ya con el enfoque de cabina que ahora se oficializa. El anuncio llega, además, sincronizado con la premiere de GR GT y GR GT3, remarcando que la transferencia de saber hacer entre Lexus y Toyota Gazoo Racing está viva y que el habitat natural de este interior es el de un deportivo serio.
Nos queda por conocer la arquitectura eléctrica (número de motores, potencia, capacidad de batería, voltaje) y la hoja de ruta hacia producción. Lexus deja claro que ahora mismo el foco está en método y experiencia, no en cifras. Aun así, el mensaje es nítido: el LFA Concept existe para demostrar que la emoción y la precisión pueden sobrevivir —y crecer— en un BEV de altas prestaciones.