Según los datos de la compañía, el impacto de la verificación es directo: +60% de visualizaciones de perfil, +30% de solicitudes de conexión, +50% de interacción en publicaciones y +19% de mensajes de reclutadores. En un mercado laboral saturado, estas señales de autenticidad se han convertido en una ventaja competitiva real.
Para LinkedIn, este hito no es un punto de llegada, sino el inicio de una estrategia más amplia: convertirse en la capa global de identidad profesional. Y los próximos pasos ya están en marcha.
Por un lado, la plataforma lanza una API self-serve que permitirá a cualquier empresa integrar señales verificadas de identidad o empleo en apenas unos minutos. Esto abre la puerta a videollamadas más seguras, colaboraciones transparentes, reseñas fiables o interacciones verificadas en plataformas externas.
Por otro, Zoom se suma como nuevo partner, lo que permitirá que millones de usuarios muestren su verificación directamente en sus reuniones. En un entorno de trabajo híbrido, donde muchas relaciones profesionales ya nacen en una pantalla, esta integración busca reforzar la confianza desde el primer contacto.
LinkedIn recuerda que su objetivo es ambicioso: alcanzar los 1.000 millones de interacciones verificadas en 2030 y consolidarse como el estándar global de autenticidad profesional.
En un contexto en el que la desinformación y la suplantación crecen al ritmo de la IA, la plataforma quiere posicionarse como un espacio donde las oportunidades se construyen sobre identidades reales y señales verificadas. Porque, al final, la confianza vuelve a ser el activo que más diferencia a un profesional en un entorno digital cada vez más incierto.