Se trata de una nueva tecnólogica que se suma a muchas otras que ya han llevado a cabo esta estrategia, con la que pretende eliminar unos 6.650 puestos de trabajo, acción que se justifica debido a la caída en picado de la demanda de ordenadores personales ocurrida tras finalizar la pandemia.
Quizá no sea la empresa la que se venga realmente abajo pero si su plantilla que próximamente perderá unos 6.650 empleados a causa de la reducción en las ventas de equipos de trabajo personales. Ante esta noticia, el propio codirector de operaciones de Dell, Jeff Clarke, ha presentado un memorándum con el que se ha tratado de explicar que el futuro del mercado laboral es incierto y sus condiciones siguen erosionándose de forma progresiva.
Este recorte de personal es el equivalente a más o menos el 5% de la plantilla total de la empresa, según ha aclarado su propio portavoz. Con esto se pretende redistribuir la organización de los departamentos y reducir los puestos de trabajo para tratar de obtener una oportunidad de aumento de la eficiencia y mejorar las condiciones de la empresa.
Todo ello en palabras del propio Jeff Clarke, que ha dicho a los trabajadores que las medidas anteriores basadas en la reducción de costes, la pausa en la contratación y los límites en los viajes no han sido suficientes.
El negocio de los ordenadores personales tuvo un auge durante la pandemia, un negocio que supone el 55% de los ingresos de Dell. Sin embargo, la demanda se ha desplomado y Dell ha registrado un descenso en sus ventas del 37% si lo comparamos con el mismo periodo de 2021. Tras no cumplir las previsiones de ingresos para el último trimestre del año, la compañía ha tenido que tomar medidas más drásticas para hacer frente al impacto financiero que ha supuesto la caída de las ventas del principal de sus activos.