Sin embargo, Ribeiro tachaba el año de interesante porque hay una serie de factores que van a incidir directamente en el mundo laboral: el desembolso de los fondos europeos que se deben destinar a realizar reformas estructurales que nos hagan más competitivos; la falta de talento y las dificultades para retenerlo, asociada a la evolución de las TIC; la reforma laboral (con sus correspondientes cambios en la forma de contratación) que consideró que aún no se puede valorar íntegramente, pero que no parece habernos llevado a tener empresas “más productivas o más competitivas”. Asimismo, comentó el directivo de Manpower que el impacto de la inteligencia artificial y otras tecnologías en desarrollo exigen que las empresas reclamen personas con “mayor cualificación y una preparación más específica”.
También reconoció Ribeiro que esa inteligencia artificial ha llegado para quedarse y que se utiliza en la selección de personal, al menos para la primera búsqueda de candidatos, lo que se entiende como una cuestión positiva que aporta velocidad y objetividad en la prospección.
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Panorama pesimista para 2023
Estos conceptos, explicados por el director de una empresa que se ha convertido en la primera multinacional del sector que recibe el certificado ISO 10667 de AENOR, el cual reconoce la calidad de los procesos de evaluación de personas en entornos profesionales y de trabajo; a la que se considera líder mundial en el uso de soluciones eficientes y flexibles en el ámbito de la búsqueda de personal y en la gestión de talento (realiza 17 mil contrataciones diarias en el mundo) son muy relevantes e incluso podrían parecer esperanzadoras.
“Las intenciones de contratación de las empresas españolas para el primer trimestre de 2023 continúan con la línea de prudencia"
Sin embargo, la realidad es tozuda y la propia Manpower nos ha puesto los pies en el suelo al publicar el Estudio de Proyección de Empleo de ManpowerGroup para el primer trimestre de 2023 donde afirma que “las intenciones de contratación de las empresas españolas para el primer trimestre de 2023 continúan con la línea de prudencia tras la ralentización que experimentaron en último trimestre del año 2022”.
España repite como el cuarto país con peores previsiones
Según explica el estudio, “los directivos siguen enfrentándose a un escenario económico incierto e inflacionista, que se traduce en un mercado del empleo más reacio a las contrataciones y, como resultado, en una previsión neta para los tres primeros meses del año del 3%. Esto supone un aumento de un punto con respecto al trimestre previo, pero también una caída de 31 puntos frente al arranque de 2022, lo que coloca a España con el mayor descenso interanual registrado entre los 41 mercados analizados. Además, a nivel global, España repite como el cuarto país con peores previsiones, 20 puntos por debajo de la media internacional del 23%”.
En el análisis por industrias, que este trimestre ha visto revisada la categorización con el fin de ofrecer una foto más nítida, destaca el sector de Energía y Suministros, que maneja las peores previsiones, con un resultado neto de -16%, lo que supondría destrucción de empleo y en el otro lado de la balanza se encuentra un trimestre más IT, que lidera las expectativas de contratación con una estimación del 8%.
El gasto mundial en IT crecerá un 2,4% en 2023
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Twitter cierra su sede en España
Y así es, todo el mundo mira con esperanza hacia el sector tecnológico pero, precisamente hoy (25/01/23), ha saltado la noticia de que de los 29 trabajadores que estaban empleados originalmente en Twitter España, sólo cinco han logrado mantener sus puestos de trabajo, tras el recorte del 80% de la plantilla que anunció Elon Musk y que ha afectado muy negativamente al equipo local, que si bien se marcha muy beneficiado económicamente con respecto a las leyes españolas, no dejan de sentir el cierre y que sólo se mantenga el equipo comercial y de negocio.
Anuncios de despidos con cifras gruesas han llegado de la mayoría de las multinacionales de Internet, quienes afirman que después del crecimiento registrado en pandemia, ahora llega el momento de reajustar o tal vez de aumentar unos beneficios que parecen imparables y sobre los que nadie parece tomar medidas. Sólo en enero hemos publicado las siguientes informaciones: Spotify despide al 6% de su plantilla, unos 600 empleados, Google despide a 12.000 empleados, el 6% de su plantilla, Microsoft despedirá a 10.000 profesionales, el 5% de su plantilla, Vodafone prepara despidos masivos para reducir costes, Salesforce despedirá al 10% de la plantilla, unos 8.000 profesionales, Amazon aumenta los despidos que afectarán a 18.000 empleados a nivel global
Oxfam Intermón nos abre los ojos
El pasado 16 de enero, la ONG Oxfam Intermón publicó un informe que duele leer en el que se asegura que el 1 % más rico del mundo ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza (valorada en 42 billones de dólares), generada a nivel global entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021, “casi el doble que el 99% restante de la humanidad”. Durante la última década, el 1% más rico ha capturado alrededor del 50% de la nueva riqueza. Y esto es posiblemente legal, producto de la globalización, la digitalización, la fluctuación de los mercados, los beneficios que reportan a algunos las desgracias de otros como la guerra Ruso-ucraniana, etc. pero es profundamente inmoral.
No me cansaré de repetir que esas leyes laborales que tanto se sacan a pasear en los medios, debían recoger un porcentaje diferencial obligatorio entre el sueldo más alto de una compañía y el más bajo, de forma que un consejero, presidente o director puede ganar todo el dinero que merezca su gestión, pero sin olvidar que lo ha obtenido gracias al esfuerzo de todos los que lo siguen en la cadena de valor de su compañía. No hablamos de pagas de beneficios o bonus, normalmente poco objetivos, sino de equidad. Esa horquilla puede ser tan amplia como se negocie con las partes interesadas, pero debe existir; al igual que un freno a la presión que realizan los fondos de inversión sobre el buen hacer de esos mismos ejecutivos y que suelen terminar, como ha quedado patente en estos días en despidos.
El desarrollo masivo de la inteligencia artificial nos afectará a todos
No se trata de que el trabajo resultante de una maquina ahorre costes, sino que los optimice y cree nuevas oportunidades para los empleados
Los algoritmos aplicados, poco a poco y más pronto que tarde, se van a ir introduciendo en todos los ámbitos de la vida e irán afectando a muchos puestos laborales que deberían iniciar su proceso de reconversión ya. No se trata de que el trabajo resultante de una maquina ahorre costes, sino que los optimice, cree nuevas oportunidades para los empleados (a través de formación especializada) y en consecuencia genere nuevos beneficios.
Lejos de pretender ser este un análisis empresarial (doctores tiene la Iglesia y yo no soy una de ellos), pretende ser una llamada a la coherencia social dentro de un sector, el tecnológico, que debería ser la fuerza motriz del nuevo mundo que estamos creando. Sin gritos, sin pancartas, sin posicionamientos, sólo con un sentido de la humanidad y de la ética que ya no vemos ni reconocemos.
Dice Manpower Group en su web: “Ahora más que nunca, la capacidad para aprovechar el potencial de las personas con las habilidades y experiencia adecuadas se ha convertido en un elemento clave de la diferenciación competitiva”.
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