La solicitud, presentada por Wewi Mobile —matriz de Finetwork— supone el reconocimiento formal de una situación de insolvencia actual o inminente y da inicio a un periodo de hasta seis meses para intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial que evite el concurso de acreedores.
Durante este periodo, Finetwork estará protegido frente a acciones ejecutivas por parte de sus acreedores, incluida la banca. La empresa, con sede en Elda (Alicante), ha recurrido al despacho Garrigues para gestionar el procedimiento y avanzar en las negociaciones, especialmente con Vodafone España, uno de sus principales acreedores y protagonista central del conflicto empresarial que atraviesa la compañía.
El origen de la tensión entre ambos operadores se remonta a la renovación del contrato mayorista entre Finetwork y Vodafone hace un año. Desde entonces, Vodafone ha denunciado reiterados impagos, mientras que Finetwork ha acusado a su proveedor de no cumplir con lo acordado, tanto en términos económicos como en calidad de servicio.
En un paso previo a la solicitud del preconcurso por parte de Finetwork, Vodafone presentó una petición ante la justicia para la designación de un experto en reestructuración. El juzgado aceptó la solicitud y nombró a FTI & Partners, la unidad especializada en insolvencias de FTI Consulting, como supervisor del proceso. La compañía británica está representada legalmente por el bufete Uría y su objetivo es imponer un plan de reestructuración de deuda.
Vodafone también ha acudido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para solicitar la suspensión temporal de los servicios mayoristas a Finetwork. La petición incluía dejar de atender nuevas altas de clientes del operador alicantino. La CNMC, sin embargo, ha resuelto a favor de Vodafone en lo relativo al cumplimiento de los pagos anticipados, pero no accedió a suspender los servicios, permitiendo que Finetwork continúe operando por el momento.
Desde Finetwork se sostiene que la deuda reclamada es "indebida y excesiva", y que el servicio prestado por Vodafone a sus clientes es "discriminatorio y peor" que el que reciben los clientes directos de la marca británica o su filial Lowi. La empresa ha exigido una compensación de 150 millones de euros, acusando a Vodafone de ocasionar "importantes perjuicios y costes innecesarios", tal y como avanzábamos hace unos días.
Finetwork irrumpió en el mercado durante el auge de las compañías low cost, alcanzando notoriedad gracias a una agresiva estrategia de marketing y patrocinio deportivo. Con campañas ligadas a figuras como Fernando Alonso y entidades como la Selección Española de Fútbol, la empresa ganó visibilidad y clientes con rapidez, llegando a superar el millón de usuarios.
Sin embargo, esa expansión acelerada no se ha traducido en estabilidad financiera. En 2023, la compañía vivió su primera gran crisis reputacional al romper de forma abrupta su relación con la Liga Femenina de Fútbol, que denunció impagos. La empresa argumentó que no existía contrato firmado. El conflicto está judicializado, al igual que el cese del contrato con la Real Federación Española de Fútbol, para el que Finetwork ha provisionado 1,4 millones de euros.
Aquel mismo año, el entonces CEO, Óscar Vilda —exdirectivo de Vodafone y Orange— presentó un ambicioso plan de negocio que incluía una oferta para convertirse en proveedor de red por 700 millones en cinco años. El proyecto incluía la búsqueda de financiación por 70 millones en deuda, pero los planes no prosperaron. Vilda fue cesado a finales de 2024, y desde entonces la empresa opera sin un CEO definido, acumulando cambios en su equipo directivo y readmitiendo a antiguos ejecutivos tras litigios laborales.
En diciembre de 2024, Finetwork presentó con retraso sus cuentas correspondientes al ejercicio 2023. En ellas, los auditores alertaban de una "incertidumbre material" que pone en duda la capacidad de la empresa para continuar operando. Entre los factores señalados figura un fondo de maniobra negativo, con el operador financiándose mediante el aplazamiento de pagos a proveedores.
Finetwork registró como ingresos más de 77 millones de euros correspondientes a la prestación de servicios mayoristas de Vodafone
Las cuentas también reflejan discrepancias contables relevantes. Finetwork registró como ingresos más de 77 millones de euros correspondientes a la prestación de servicios mayoristas de Vodafone, una operación que, según los auditores, debería haberse contabilizado como intermediación con importe neto. Esta situación ha derivado en una sobrevaloración contable de sus ingresos y resultados operativos.
Pese a todo, la empresa asegura que sigue funcionando con normalidad y mantiene su cartera de 1,2 millones de clientes como activo estratégico. Sin embargo, el desenlace del proceso judicial y administrativo abierto con Vodafone y la evolución del preconcurso determinarán su viabilidad futura. Todo dependerá ahora de la capacidad de Finetwork para alcanzar acuerdos con sus acreedores y frenar el deterioro financiero antes de que el proceso derive en un concurso formal.