Así lo revela el nuevo People Readiness Report publicado por la firma tecnológica Kyndryl, que ha analizado el nivel de preparación de más de mil altos cargos en 25 sectores y ocho regiones del mundo, incluyendo España. El estudio señala que, pese a la alta penetración de estrategias corporativas vinculadas a la IA, son pocas las empresas que han alineado adecuadamente a sus equipos para acompañar ese despliegue.
En el caso de España, la inteligencia artificial se está utilizando principalmente para optimizar procesos internos y aumentar la productividad, dos objetivos que reflejan una adopción centrada en la eficiencia operativa más que en la transformación del negocio. Sin embargo, esta visión funcional choca con un dato relevante: más de la mitad de los directivos consultados considera que sus organizaciones aún no cuentan con el talento adecuado para liderar el uso de estas herramientas.
Un 22 % de los responsables en España percibe cierto rechazo por parte de sus equipos hacia la IA
Además, un 22 % de los responsables en España percibe cierto rechazo por parte de sus equipos hacia la IA, lo que añade una dimensión cultural al desafío tecnológico. La falta de formación, el miedo al reemplazo laboral y la desinformación sobre el potencial real de la IA siguen alimentando barreras internas que frenan su adopción efectiva.
No obstante, el informe también apunta hacia una posible solución. En lugar de recurrir a nuevas contrataciones, el 76 % de los líderes prefiere formar y capacitar a su personal actual para adaptarse al nuevo escenario. Esta estrategia no solo busca cerrar la brecha de habilidades, sino también reforzar el compromiso de los equipos con los cambios que vienen.
A nivel global, el informe constata que solo una minoría de compañías ha logrado integrar la IA como motor real de crecimiento empresarial. Aunque las herramientas de IA generativa son las más extendidas, apenas el 40% de los directivos dice utilizar esta tecnología para mejorar la toma de decisiones o impulsar el desarrollo de negocio. De hecho, solo uno de cada cinco reconoce que la IA esté sirviendo como base para crear nuevos productos o servicios para sus clientes.
Si algo queda claro en España, es que las empresas están apostando por la IA en sus hojas de ruta estratégicas, pero aún no han recorrido el camino necesario para que esa apuesta se traduzca en impacto real. La tecnología está lista. Las personas, todavía no.