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Trump Mobile: entre promesas patrióticas y dudas técnicas en su entrada al mercado MVNO

Alfonso de Castañeda | Miércoles 25 de junio de 2025
La irrupción de Trump Mobile en el saturado mercado de operadores móviles virtuales (MVNO) en Estados Unidos ha despertado atención tanto por su carga simbólica como por sus particularidades técnicas y de infraestructura.

Anunciado en una rueda de prensa en la Trump Tower de Manhattan por Donald Trump Jr. y Eric Trump, el proyecto representa un intento de la familia Trump de capitalizar políticamente el sector tecnológico mediante una oferta comercial vinculada a valores nacionalistas.

Infraestructura incierta y vínculos con T-Mobile

Uno de los aspectos más llamativos del lanzamiento es el perfil de la empresa responsable del servicio: Liberty Mobile Wireless. Registrada en 2018 y con sede en un apartamento de lujo dentro de la Trump Tower en Miami, esta pequeña firma de MVNO carece de transparencia operativa. Su sitio web presenta textos de prueba repetidos y no ofrece detalles técnicos ni corporativos verificables, aunque declara operar sobre la red de T-Mobile US.

Sin embargo, la presentación oficial de Trump Mobile del 16 de junio afirmaba que el servicio 5G estaría disponible “a través de las tres principales operadoras” del país, lo que implicaría también acceso a infraestructuras de Verizon y AT&T. Esta ambigüedad refuerza las dudas sobre el alcance real de los acuerdos de red y la viabilidad técnica de ofrecer cobertura nacional sostenida por múltiples carriers.

Un teléfono “fabricado en EE. UU.” con diseño asiático

Junto al servicio móvil, la empresa anunció el lanzamiento del terminal Trump T1, un dispositivo Android con carcasa dorada que saldrá al mercado en septiembre a un precio de 499 dólares. Según la familia Trump, su fabricación tendrá lugar en Alabama, California y Florida, aunque sin detallar nombres de proveedores ni plantas productivas.

Expertos del sector, como el CEO de Purism, Todd Weaver, se han mostrado escépticos. Weaver ha asegurado al Financial Times que, dado el nivel de especificaciones técnicas prometidas, resulta inviable fabricar un dispositivo de estas características íntegramente en territorio estadounidense. A esto se suma que el diseño del T1 guarda similitudes evidentes con terminales de fabricantes chinos como Vivo o Umidigi, lo que cuestiona aún más su procedencia.

Atención al cliente y experiencia de usuario bajo escrutinio

Durante la presentación se ha explicado que el servicio de atención al cliente sería local y disponible 24/7. Sin embargo, la experiencia reportada por Stetson Dodgett, fundador del sitio especializado Best Phone Plans, contradice esa narrativa. Tras intentar activar el servicio, Dodgett asegura haber sido colgado por un representante telefónico, y señaló que el soporte estuvo cerrado el 19 de junio. El proceso de activación se prolongó más de 24 horas, y la portabilidad del número mediante eSIM no fue posible, recibiendo en su lugar un número nuevo.

La tarifa denominado “47 Plan”, cuyo precio de 47,45 dólares hace referencia simbólica al objetivo de Trump de ser el 47º presidente de EE. UU., incorpora funciones como buzón de voz visual, mensajes grupales y llamadas vía Wi-Fi. No obstante, la tarifa incluye 14,52 dólares adicionales en tasas e impuestos, un sobrecoste superior al de los grandes operadores. Además, tras alcanzar el umbral de 20 GB, se desactivaron datos y servicios incluidos, a pesar de que se promociona como un plan ilimitado.

Un modelo de negocio con muchas incógnitas

Pese a que Trump Mobile afirma no estar operado ni gestionado directamente por la Trump Organization, el vínculo simbólico y logístico es evidente. Más allá del marketing, las inconsistencias en infraestructura, fabricación y experiencia de usuario plantean dudas sobre la sostenibilidad de la iniciativa en un mercado altamente competitivo, donde la fiabilidad técnica y la transparencia son factores determinantes.

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