En España, el 73% de los millennials se considera el más capacitado digitalmente en su entorno familiar. Sin embargo, esta autoconfianza no siempre se traduce en prácticas responsables. Dos de cada tres admiten que no siempre comprueban con quién están interactuando en la red, una actitud que los expone a riesgos innecesarios. El 63% asegura haber detectado perfiles falsos o distorsionados, mientras que un 14% reconoce haber fingido ser otra persona en redes sociales, lo que los sitúa también como parte del problema.
Este comportamiento, advierte la ciberpsicóloga Ruth Guest, facilita prácticas como el catfishing y otros engaños intencionados. La confianza desmedida y la necesidad de conexión pueden llevar a pasar por alto señales de alerta. Aun así, y pese a las malas experiencias, un 37% afirma haber sido víctima de engaños online y el 45% sigue confiando en la información que circula en sus comunidades digitales.
En paralelo, el estudio también refleja cómo esta generación actúa como soporte técnico en sus hogares: el 94% ha ayudado a otros con sus prácticas digitales. Esto convierte a los millennials en un eslabón clave, no solo para proteger su privacidad, sino también para formar a quienes tienen menos conocimientos tecnológicos.
Por ello, los expertos insisten en que adoptar hábitos seguros, como contrastar información, proteger la privacidad y mantenerse informado sobre amenazas, no solo reduce el riesgo de caer en engaños, sino que también promueve una cultura digital más consciente y responsable para todos.