Opinión y Análisis de Tecnología

De Huawei a la isla Perejil; EEUU, amigo o enemigo

(Foto: Modelo gpt-image).
Pilar Bernat | Miércoles 30 de julio de 2025

Huawei, la tecnológica china que durante años fue sinónimo de innovación y vanguardia, atraviesa una etapa de compleja coexistencia en Europa. En un continente marcado por la desconfianza geopolítica hacia China, la presión de Estados Unidos y el temor a riesgos de ciberseguridad, Huawei no ha desaparecido; ha mutado, se ha replegado de ciertas áreas estratégicas, pero mantiene una presencia robusta en otras, especialmente en la nube, el ecosistema empresarial, los smartwatch en el mercado de consumo y las colaboraciones en I+D.



Las noticias sobre la multinacional china en relación con ésta o aquella adjudicación suelen ser recurrentes. Cada vez que consiguen un contrato relevante, hay una serie de medios que guiados por el empuje de los lobbies americanos recuerdan los muchos peligros que asumimos con este tipo de acuerdos. Pero si, además, quien da la voz de alarma es el Gobierno Trump, el revuelo está servido.

Un reciente contrato firmado entre el Ministerio del Interior de España y el gigante tecnológico chino ha encendido las alarmas en Washington y generado preocupación en Bruselas, reavivando el debate sobre la seguridad de las infraestructuras críticas y la influencia tecnológica de China en Europa.

El acuerdo, valorado en 12,3 millones de euros, otorga a Huawei la responsabilidad de almacenar conversaciones telefónicas de pinchazos judiciales en España. Esta decisión ha provocado una fuerte reacción, especialmente de Estados Unidos, que ve en ella un riesgo significativo para la seguridad nacional y la inteligencia compartida.

El corazón de la controversia: ¿espionaje, cooperación o conveniencia?

La principal inquietud de Estados Unidos y de algunos sectores de la Unión Europea radica en la legislación china, que, según interpretaciones occidentales, podría obligar a empresas como Huawei a ceder datos a los servicios de inteligencia de Pekín. Esto significaría que información altamente sensible proveniente de investigaciones judiciales españolas, y potencialmente datos compartidos con aliados de la OTAN, podría caer en manos del Partido Comunista Chino.

Perejil, una operación militar que se suponía secreta y que sólo conocía el Presidente, el Ministro y los altísimos mandos militares que la aconsejaron; pero que la gran sorpresa fue descubrir que los marroquíes tenían información detallada de la misma. ¿Quién se la había pasado? Efectivamente, los Estados Unidos.

Cierto, pero justo este verano se ha estrenado una docuserie denominada ‘Perejil, la isla que no fue’ y han sido muchos los políticos que han recorrido los platós hablando de lo ocurrido aquel verano de 2002 en una piedra grande bañada por el Mediterráneo. En una entrevista al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, el ex miembro del Gobierno de José María Aznar contaba que aquel conflicto casi anecdótico -que de escalar podría haber afectado a la OTAN-, llevó aparejada una operación militar que se suponía secreta y que sólo conocía el Presidente, el Ministro y los altísimos mandos militares que la aconsejaron; pero que la gran sorpresa fue descubrir que los marroquíes tenían información detallada de la misma. ¿Quién se la había pasado? Efectivamente, los Estados Unidos.

Había un viejo chiste, tan malo como largo, que terminaba diciendo: “¿vos sos amigo del cocodrilo o mío?”. Pues eso, Estados Unidos se supone nación amiga, “un buen socio”, dicen; pero lo cierto es que no han sido ni una, ni dos, ni tres las ocasiones en que la historia ha demostrado que a la hora de elegir, los americanos no muestran grandes simpatías por España, excepción hecha de momentos puntuales como la instalación de las Bases con Franco (causa de tensión durante la entrada en la OTAN y muchas veces a posteriori) o la época del triunvirato de Aznar, Blair, Bush. Pero hay hechos que no olvidamos y que fueron transcendentales en nuestra historia y nuestra economía como el hundimiento del USS Maine, la post guerra mundial, la retirada de las tropas de Irak o más recientemente y esto es muy relevante, su muy estrecha relación con Marruecos directamente opuesta a nuestros intereses.

Un tema recurrente en las tertulias durante el gobierno de Sánchez ha sido Pegasus’ y qué información tienen los marroquíes desde fuentes israelíes o estadounidenses para que se haya cambiado radicalmente de postura con respecto al Sahara, se haga la vista gorda con la peligrosa y continua situación del estrecho, se asuman las crisis migratorias sin medida alguna, etc.

Y tal vez en cosas como estas puede encontrarse la explicación al cambio de estrategia con respecto al almacenamiento de las escuchas oficiales y debería ser un tema de reflexión antes que de crítica. No sé si el contenido crítico va directa o indirectamente a la muy opaca China, pero igual se mantiene lejos de ojos y oídos indiscretos que pasándose por amigos resultan ser fabricantes de la munición enemiga.

Alerta internacional

Desde Washington, voces influyentes han calificado la medida española de "inimaginable" y han advertido sobre posibles revisiones en los acuerdos de intercambio de inteligencia con España. Dentro del habitual sistema de amenazas de Trump, los americanos argumentan que al confiar datos tan críticos a Huawei, España no solo compromete su propia seguridad, sino que también debilita la postura de seguridad colectiva de sus aliados. Y eso es grave.

Y aunque la Comisión Europea no ha adoptado una postura tan vehemente como la de EE. UU., ha reiterado su preocupación general por el uso de tecnología china en infraestructuras críticas continentales; pero sin incluir nunca Huawei en ninguna lista de empresas prohibidas. Es más, la Unión Europea, como bloque, nunca ha impuesto una prohibición general contra Huawei. Lo que existe es una recomendación de 2020, reforzada en 2023, para que los países miembros excluyan a proveedores considerados "de alto riesgo" —entre ellos la multinacional china— de las partes más sensibles de las redes 5G. Y esto ha dado lugar a un mapa fragmentado: mientras Suecia y el Reino Unido han adoptado una línea dura prohibiendo a Huawei en casi todos los niveles, países como Alemania, Portugal o España han optado por enfoques más matizados.

La postura española

Por su parte, el Ministerio del Interior español ha defendido el contrato, señalando que Huawei ya ha sido proveedor gubernamental y que la empresa cumple con la legislación europea vigente. Sin embargo, esta justificación no ha aplacado las críticas y el gobierno español se encuentra ahora bajo una presión diplomática considerable. Por cierto, la tantas veces mencionada novia/mujer de Albares hace ya mucho que no trabaja en la empresa asiática.

La situación plantea un dilema complejo para España. Por un lado, la necesidad de mantener la seguridad de sus sistemas y, por otro, la presión de sus aliados occidentales que ven en Huawei un posible ‘caballo de Troya’ para la inteligencia china. La tensión entre la autonomía tecnológica y la lealtad a las alianzas geopolíticas se hace cada vez más evidente.

Asimismo, las consecuencias de este contrato podrían ser de gran alcance. Más allá de las advertencias diplomáticas, existe la posibilidad de que España vea limitado su acceso a inteligencia crítica compartida por Estados Unidos, lo que puede afectar directamente su capacidad de responder ante amenazas de seguridad, si es que las hay. Tampoco tenemos claro cuál es la relación nacional con China en este momento, pero mala no es y sería de inmensa gravedad que nos consideraran “espías dobles” o que seamos un agujero para la seguridad occidental en general.

Actualmente, Huawei proporciona soluciones tecnológicas a empresas e instituciones europeas, mantiene más de 13.000 empleados en la región y cuenta con 29 centros de investigación y desarrollo, además de alianzas con universidades y compañías en sectores como energía, salud y movilidad inteligente.

Entre Estados Unidos y China, ¿qué espionaje es más peligroso?

Criterio Estados Unidos China
Capacidad tecnológica Muy alta (global, sofisticada) Alta, creciente y agresiva
Grado de infiltración Alta en gobiernos aliados Alta en universidades, empresas y TIC
Motivación Seguridad, geopolítica, antiterrorismo Dominio tecnológico, influencia política
Riesgo para la soberanía Alto, pero más negociado/diplomático Alto, y más opaco / coercitivo
Impacto económico Menor (salvo excepciones) Alto (robo de propiedad intelectual)
Riesgo a largo plazo Moderado Alto (penetración silenciosa y masiva)

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