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Pagos sin barreras para la movilidad eléctrica: el reto pendiente en la recarga

Luis Calleja, Key Account Manager Petrol & Energy Iberia de Worldline
Firma invitada | Domingo 07 de septiembre de 2025
En el camino hacia una movilidad más limpia, silenciosa y eficiente, Europa ha avanzado de forma notable en la implantación del vehículo eléctrico. Las cifras lo respaldan: se estima que para 2030 circularán por nuestras carreteras más de 34 millones de vehículos eléctricos. Sin embargo, aún persisten barreras que limitan una adopción más ágil, y una de las más invisibles, pero críticas, es la experiencia de pago en los puntos de recarga.

A medida que las infraestructuras crecen y se diversifican, la necesidad de ofrecer un proceso de recarga sin fricciones se vuelve tan importante como la potencia de carga o la disponibilidad del punto. En este contexto, los sistemas de pago desempeñan un papel clave: deben ser universales, accesibles, seguros y fáciles de usar. Y hoy, en demasiados casos, no lo son.

Fragmentación tecnológica: un obstáculo real

Uno de los principales problemas del ecosistema actual de recarga es la fragmentación tecnológica y operativa en torno a los pagos. Muchos operadores utilizan soluciones específicas, localizadas, que dificultan la interoperabilidad. En la práctica, esto se traduce en usuarios obligados a descargar múltiples apps, registrarse en distintos servicios o enfrentarse a terminales poco intuitivos. Todo ello supone una barrera de entrada, especialmente para quienes se acercan por primera vez a la movilidad eléctrica.

Al igual que ocurrió en otros sectores como el transporte público, la hostelería o el comercio minorista, la solución pasa por crear una experiencia de pago abierta y estandarizada que funcione con los métodos más comunes (tarjetas bancarias, pagos móviles, sistemas contactless) y que sea compatible con cualquier cargador, en cualquier lugar.

La experiencia del usuario como prioridad

Pensemos en el conductor que llega a un punto de recarga y, al intentar iniciar la carga, descubre que necesita una app que no tiene, que el sistema no acepta su método de pago o que el terminal está fuera de servicio. Esta situación no solo genera frustración, también mina la confianza en un modelo de movilidad que necesita precisamente lo contrario: simplicidad, accesibilidad y fiabilidad.

Es urgente que el sector asuma que el momento del pago forma parte esencial de la experiencia de carga. No basta con instalar más puntos: es necesario que cada uno de ellos funcione de forma fluida y sin fricciones, especialmente en un contexto europeo, donde los usuarios cruzan fronteras y esperan una experiencia unificada.

Un reto europeo, una oportunidad para todos

Frente a este desafío, hay una oportunidad clara: desarrollar soluciones de pago interoperables, paneuropeas, sin fronteras. Que permitan a cualquier usuario cargar su vehículo en cualquier país, con su tarjeta habitual o su móvil, sin necesidad de adaptarse a reglas diferentes en cada red de carga. Un sistema de pagos robusto, seguro y transparente es clave para consolidar la confianza del usuario y acelerar la adopción masiva del vehículo eléctrico.

Además, este enfoque no solo beneficia a los conductores. También simplifica la gestión para los operadores de infraestructura, reduce costes de integración tecnológica y mejora la eficiencia del sistema en su conjunto. En última instancia, se trata de escalar la infraestructura de forma inteligente, poniendo siempre en el centro la experiencia del usuario.

Hacia una movilidad sin fricciones

Si el objetivo común es una movilidad verdaderamente sostenible, inclusiva y conectada, es momento de reconocer que los pagos no son un detalle técnico, sino una parte esencial del viaje. La tecnología necesaria ya existe. El siguiente paso es adoptar un enfoque coordinado que permita que cargar un coche eléctrico sea tan fácil como pagar un café.

La movilidad del futuro se construye también desde ahí: desde cada gesto cotidiano, desde cada punto de recarga, desde cada pago que no suponga una barrera, sino una puerta abierta al cambio.

Autor: Luis Calleja, Key Account Manager Petrol & Energy Iberia de Worldline

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