La renovación asegura que el Gran Premio de Barcelona-Catalunya siga formando parte del calendario hasta, al menos, 2031. El modelo establece una alternancia anual: en 2027 la carrera se celebrará en Spa, en 2028 en Barcelona, en 2029 regresará a Bélgica y así sucesivamente hasta 2031. Esto significa que, por primera vez desde 1991, Cataluña no tendrá presencia continua en la Fórmula 1, rompiendo una racha de 34 ediciones ininterrumpidas.
El contrato vigente vencía en 2026, año en que Madrid debutará con un Gran Premio de España en un trazado urbano alrededor de IFEMA. En ese contexto, Montmeló perderá oficialmente la denominación de Gran Premio de España para adoptar el título de Gran Premi de Barcelona-Catalunya.
La Generalitat y el Govern de Salvador Illa habían insistido en la necesidad de mantener Montmeló en el campeonato. “Es un acontecimiento que permite mostrar lo mejor de Cataluña y deja prosperidad y riqueza”, defendía el presidente en referencia al impacto económico que genera el GP. La continuidad, aunque no anual, garantiza que el trazado catalán siga siendo un escaparate internacional. Las cifras avalan este esfuerzo. La última edición congregó a unos 125.000 aficionados en las gradas, marcando récord de asistencia.
El Circuit de Barcelona-Catalunya ha sido desde 1991 una pieza fundamental en la Fórmula 1. Su trazado técnico, con curvas rápidas, largas rectas y desniveles bien integrados, es uno de los preferidos por pilotos y equipos. Además de su papel en las carreras, se ha consolidado como uno de los escenarios de pruebas más importantes para el desarrollo de los monoplazas.
Aunque la decisión implica la pérdida de continuidad anual, el acuerdo confirma que Montmeló no desaparece del mapa mundial de la Fórmula 1. Su nueva denominación y la alternancia con Spa lo colocan en una etapa de transición, donde seguirá siendo clave para la competición y, al mismo tiempo, un símbolo de la proyección internacional de Cataluña.