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Un primer vistazo virtual a la nueva pantalla curva del Porsche Cayenne Electric

Un primer vistazo virtual a la nueva pantalla curva del Porsche Cayenne Electric

Analizamos la Flow Display y su impacto en la conducción

Álvaro Muro Duñabeitia | Jueves 02 de octubre de 2025
Porsche presenta el nuevo Cayenne Electric, el salto de su SUV más vendido al universo cero emisiones: arquitectura revisada, promesa de mayor eficiencia y una puesta a punto que quiere mantener el ADN dinámico de la casa. Sobre ese lienzo, la gran novedad es el “Flow Display”, un OLED curvo que cae hacia la consola y organiza el Porsche Digital Interaction con cuadro, pantalla central y display opcional para el pasajero. Es la mayor superficie digital vista en un Porsche y llega con HUD de realidad aumentada y un asistente de voz más capaz. Suena a salto tecnológico… pero desde CarDesign.es nos preguntamos si una pantalla tan protagonista aporta claridad o suma distracciones en un coche que, por ADN, debería priorizar la conducción.

Como producto, el Cayenne Electric apunta a ser el gran SUV eléctrico de Porsche para viajes largos: cinco plazas reales, maletero generoso y esa puesta a punto gran turismo que la marca ha cultivado durante tres generaciones. Promete confort y precisión a ritmos altos, sin perder la versatilidad diaria (posición de conducción elevada, buena visibilidad y ayudas avanzadas). No hay cifras oficiales completas aún en temas de autonomía, potencias o carga, pero el planteamiento es claro: trasladar el carácter del Cayenne al mundo cero emisiones y elevar la experiencia a bordo con una HMI más ambiciosa.

Proporciones y lenguaje formal de la HMI: una pieza-gesto que domina

Hablemos de la forma. El nuevo “Flow Display” no es un simple rectángulo horizontal, “cae” hacia la consola, creando un gesto continuo que define la arquitectura del salpicadero. Visualmente unifica áreas que antes estaban escalonadas (como el cuadro, la pantalla y los mandos), y eso, en términos de diseño, limpia superficies y reduce el “ruido” formal. En fotos oficiales se aprecia cómo la curvatura busca mantener información crítica en el campo de visión del conductor, mientras la parte inferior acerca funciones secundarias a la mano. Sobre el papel, la Jerarquía de la Información parece bien planteada.

La nueva pantalla curva del Porsche Cayenne Electric

Ahora bien, la dominancia volumétrica de esta pieza convierte la HMI en el foco del interior. En un Cayenne, con postura alta y parabrisas generoso, una gran superficie brillante puede introducir reflejos y contaminación visual en ciertas horas del día. Además, al invadir la consola, la pantalla asume tareas que tradicionalmente resolvían mandos físicos con háptica ciega (se ajustaban sin mirar). Porsche asegura que mantiene controles físicos para funciones clave; es un buen contrapeso, pero la balanza global sigue inclinada hacia lo táctil.

Ergonomía real: ¿mejora la usabilidad o multiplica pasos?

Desde la ergonomía, la pregunta es simple: ¿reduce movimientos y tiempo de mirada fuera de la carretera? Esto es un tema muy recurrente en CarDesign.es, dejar lo esencial en botones reconocibles y lo secundario eliminarlo o dejarlo en las pantallas.

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La curvatura promete un alcance más natural para los dedos y la priorización de elementos en la pantalla. En la práctica, sistemas así dependen de latencias y de una arquitectura de menús impecable. Si climatización, modos de conducción o ADAS quedan a un toque y no enterrados en submenús, entonces Porsche habría hecho un buen trabajo. Si no, la pantalla se convierte en un plano de cristal que nos obliga a perseguir iconos en marcha, aumentando el riesgo de seguridad.

El nuevo HUD con realidad aumentada debería aliviar a la pantalla de navegación y alertas, dejando el “Flow Display” únicamente para controles y contexto. Pero el riesgo está en el solapamiento: si todo es prioritario, nada lo es. La propia Porsche afirma que la interfaz destaca widgets configurables y asistente por voz que entiende órdenes complejas por lo que esto es un punto a favor.

Materiales, mantenimiento y seguridad: la cara B del “wow”

Un OLED curvo de gran tamaño plantea retos de CMF y durabilidad, como la sensibilidad a microarañazos, huellas y necesidad de tratamientos antirreflejos consistentes con el resto de plásticos y pieles. En clima caluroso, el sol y la temperatura sobre una superficie inclinada hacia abajo pueden acelerar el envejecimiento si el encapsulado no es excelente.

En seguridad pasiva, Porsche no detalla aquí implicaciones (anclajes, frangibilidad, ángulos), pero cualquier pieza rígida de gran tamaño en la zona central exige gestión de cargas en colisión y garantías de que no fractura en aristas. Nada nuevo en la industria ya que los fabricantes lo resuelven normalmente, pero es un recordatorio de que el “efecto tablet” tiene consecuencias más allá del impacto visual.

¿Coherente con Porsche? Nuestra lectura de diseño

El mantra de Porsche ha sido claridad y enfoque en el conductor. La integración del “Flow Display” es una solución coherente si realmente simplifica y acerca funciones al conductor sin convertir el habitáculo en un escaparate de apps o una pantalla más donde ver tus series favoritas o jugar a tu videojuego de la infancia. Por esta parte, Porsche ha dado un paso atrás asemejandose más a un Tesla que a su propio ADN. Nos gusta que mantenga mandos físicos para lo esencial y que el HUD asuma la información dinámica.

Nuestra conclusión, por ahora se resume en un gran beneficio potencial en ergonomía y limpieza formal, pero con la existencia de un posible riesgo real de sobrecarga cognitiva si la arquitectura de la información y los controles físicos no están a la altura de la promesa. Lo comprobaremos cuando podamos probar el sistema y medir tiempos de interacción frente a los botones tradicionales.

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