La trayectoria de Fabian Schmölz no ocupa titulares fuera del sector, pero su firma está detrás de algunos de los proyectos más influyentes del diseño automovilístico reciente.
Tras pasar por Porsche y asumir después la jefatura de diseño exterior en Lamborghini, el diseñador alemán ha dado un paso que reordena el mapa creativo: se incorpora a Xiaomi Auto Europe como Head of Exterior Design. Este movimiento encaja con la ambición del gigante tecnológico chino de apuntalar su credibilidad estilística en Europa y de construir un lenguaje propio alejado de comparaciones recurrentes.
Trayectoria de alto voltaje creativo
Antes de instalarse en Múnich, donde Xiaomi concentra su centro europeo de I+D, Schmölz ha acumulado casi una década de trabajo en programas de producción y conceptos estratégicos. En Porsche ha participado en el 718 Boxster y 718 Spyder, en el Macan de tercera generación y en desarrollos de alto rendimiento como el 992 GT3 RS. En el capítulo conceptual, su nombre aparece ligado al Vision GT y, sobre todo, al Mission E, el prototipo que cristalizó en el Taycan y marcó el salto eléctrico de la firma de Stuttgart en términos de arquitectura, proporciones y lectura formal.
Su cambio a Sant’Agata Bolognese supuso asumir la jefatura de exteriores en Lamborghini. Allí intervino en el concepto Lanzador y, especialmente, en el Temerario, el híbrido enchufable presentado en 2024 que abrió un nuevo capítulo estilístico para la marca. El Temerario ha introducido un repertorio aerodinámico y gráfico actualizado; pero también ha demostrado cómo una iconografía tan codificada como la de Lamborghini puede evolucionar cuando el tren motriz cambia y las exigencias de gestión térmica y de empaque eléctrico alteran la “sección maestra” del automóvil.
Nos subimos al Xiaomi SU7 Ultra a fondo en Goodwood: debut on board al límite
Leer más
Por qué Xiaomi ficha a Schmölz
Xiaomi Auto ha debutado con la berlina SU7 y el SUV YU7, dos modelos que han generado atención inmediata y también un fuerte debate, aunque todavía no están disponibles en Europa. Parte del público ha trazado paralelismos entre el SU7 y el Porsche Taycan, y entre el YU7 y el Ferrari Purosangue, hasta el punto de acuñar apodos como “Mi-sche” y “Fe-rami”. En ese contexto, incorporar a un diseñador con experiencia de primera línea en Europa es una declaración de intenciones: la marca quiere reforzar su legitimidad creativa y modular su percepción estética, con especial foco en el mercado europeo, al que prevé llegar oficialmente en 2027.
La marca quiere reforzar su legitimidad creativa y modular su percepción estética, con especial foco en el mercado europeo

La filosofía: del benchmark a la emoción
La dirección de Xiaomi Auto ha verbalizado esa hoja de ruta en términos inequívocos. “La tecnología se puede copiar, pero no la emoción que puede inspirar un coche”, sostiene Li Tianyuan, director general de Diseño Industrial de Xiaomi Auto.
El ejecutivo precisa además que el equipo prioriza el “valor emocional” y resume su marco conceptual como “crear diseños científicos, conformes con las leyes naturales e intuitivos”. En otras palabras, la ingeniería (paquetes, hardpoints, gestión energética) es el punto de partida; la diferencia se decide en la manera de traducir esos condicionantes en proporciones, superficies y detalles capaces de generar deseo.
En esta línea, la elección de Múnich no es una casualidad. La ciudad se ha convertido en un polo de talento y de proveedores para el vehículo eléctrico y conectado, y allí Xiaomi Auto ya había incorporado a perfiles de referencia, como Kai Langer, antiguo responsable de la serie i de BMW.
Con Schmölz al frente del diseño exterior europeo, la compañía refuerza un “hub” desde el que decodificar gustos locales, tanto en proporción y stance como en grafía lumínica y calidad percibida, y, al mismo tiempo, trasladarlos a un lenguaje visual distintivo. El objetivo explícito es desterrar la etiqueta de “inspiración occidental” y construir una gramática propia reconocible a primera vista.

El recorrido de SU7 y YU7 ha demostrado que las arquitecturas eléctricas planas, los capós bajos y las cabinas adelantadas tienden a converger en soluciones semejantes. El reto de Schmölz consistirá en separar la funcionalidad compartida de la identidad de marca: ajustar alturas de hombro y cintura, clarificar las transiciones entre planos, perfilar una firma lumínica inconfundible y, en síntesis, dotar de coherencia a la gama sin sacrificar eficiencia aerodinámica ni empaques de batería.
La referencia de su trabajo previo, del Mission E al Temerario, sugiere un enfoque en el control del volumen y la continuidad de superficies, con especial atención a cómo los gráficos (entradas de aire, lightbars, vaciados) dialogan con el cuerpo principal del coche.
Xiaomi confirma la llegada de sus coches eléctricos a Europa en 2027
Leer más
Qué se puede esperar tras el nombramiento de Schmölz
En el corto plazo, el rol de Schmölz apunta a reforzar los exteriores de los modelos existentes y a pilotar los que se preparan para la internacionalización de la marca. El trabajo abarcará desde la puesta a punto de proporciones (distancia entre ejes, relación rueda-carrocería, voladizos) hasta la definición de una “firma” frontal y trasera que sobreviva al paso de las generaciones. La clave será pasar de los parecidos razonables a una identidad autónoma, con coherencia entre berlina y SUV y con un hilo conductor que permita reconocer un Xiaomi “a distancia”.
El fichaje también envía un mensaje interno: la cultura del diseño no es un accesorio, sino una ventaja competitiva. Si Xiaomi logra que su promesa de “valor emocional” se convierta en producto coherente, deseable y original, la discusión dejará de girar en torno a las comparaciones y pasará a centrarse en el mérito propio. En un mercado donde la ingeniería se estandariza y el software converge, la diferencia volverá a dibujarse, como siempre, en las proporciones y las superficies. En palabras de la compañía, “la tecnología se puede copiar, pero no la emoción”.