Aun así, el directivo reconoció que muchas veces los anuncios parecen “leer la mente” porque existen múltiples formas de segmentación. Desde haber buscado un producto en Internet hasta que un amigo con intereses similares haya interactuado con él. “Si estabas viendo un producto en un sitio web, es posible que ese anunciante nos haya pagado para que te enviáramos un anuncio”, ejemplificó Mosseri.
Lo más llamativo, sin embargo, es lo que Meta prepara para los próximos meses. La compañía ha confirmado que usará las conversaciones con su asistente de inteligencia artificial, Meta AI, para personalizar la publicidad. Esto significa que cualquier interacción con el chatbot en WhatsApp o Messenger podrá alimentar el sistema de anuncios, aunque la empresa insiste en que estos mensajes seguirán estando cifrados.
Meta actualizará su política de privacidad antes del 16 de diciembre y notificará a los usuarios de manera progresiva. El cambio se aplicará en casi todo el mundo, excepto en regiones donde la ley lo prohíbe, como la Unión Europea, Reino Unido y Corea del Sur. En el resto de mercados, los usuarios podrán ajustar la configuración de anuncios, pero no podrán desactivar el uso de sus chats con IA para este fin.
La compañía enmarca este movimiento como un paso más hacia una publicidad “más útil y relevante”, pero para muchos usuarios reabre la eterna pregunta: ¿dónde está el límite entre personalización y privacidad?