Fuentes del sector señalan que el proyecto se enfrenta a varios desafíos críticos relacionados con la capacidad de cómputo, la privacidad, la personalidad del asistente y el presupuesto energético que requerirá el dispositivo. Estos factores habrían llevado a replantear parte del desarrollo, al tratarse de un producto destinado al consumo masivo.
OpenAI adquirió en mayo io, la empresa cofundada por Ive tras su salida de Apple, con el objetivo de crear una división centrada en hardware de inteligencia artificial. Desde entonces, ambos equipos trabajan en diversos prototipos, entre ellos unas gafas inteligentes, una grabadora de voz digital y un pin portátil con cámara, micrófono y altavoz, diseñado para ofrecer interacción continua con un asistente de IA.
Este último dispositivo, sin pantalla y de tamaño compacto, estaría concebido para funcionar tanto en movimiento como sobre un escritorio, recopilando información durante el día para mejorar su rendimiento por la noche gracias a una memoria contextual.
Aunque el proyecto continúa en desarrollo, los problemas técnicos han ralentizado su avance. Aun así, tanto OpenAI como Ive mantienen su compromiso con crear un producto que marque un antes y un después en la interacción entre humanos y tecnología, combinando diseño minimalista y capacidades avanzadas de inteligencia artificial.