El McLaren F1 es uno de los grandes iconos de la era moderna. Diseñado por Gordon Murray, fue el primer coche de calle con monocasco de fibra de carbono y colocó el asiento del conductor en el centro del habitáculo con dos plazas a los lados. Su motor V12 atmosférico de origen BMW y su peso contenido marcaron un antes y un después. Solo se fabricaron 106 unidades entre prototipos, versiones de competición y calle, de las cuales 64 fueron de especificación de carretera. Este chasis es la unidad 14 de esas 64.
Este coche nació en 1994 con destino a la colección de la familia real de Brunéi, pintado en amarillo Titanium y con interior negro.
En 2007 volvió a Woking para una reconstrucción completa en la que McLaren lo dejó con su imagen actual en blanco Ibis y le instaló el deseado High Downforce Kit. Ese paquete suma un alerón trasero fijo, nuevo paragolpes y divisor delantero de inspiración GTR y salidas tipo louver sobre los pasos de rueda. El interior adoptó especificación LM con butaca de corte de competición y más fibra vista. Fue además el último de solo ocho F1 que recibieron este kit.
La ficha de subasta confirma más detalles interesantes. Monta llantas OZ de fijación central en negro, recibió faros actualizados y un sistema de escape mejorado y fue mantenido con criterio en Estados Unidos, con un gran servicio de motor en 2018. En el momento de catalogación marcaba 13,711 millas en el odómetro. Todo ello con procedencia clara y documentación abundante, justo lo que se paga en el nivel más alto del mercado.
Hasta ahora el techo del F1 lo firmaba Gooding en Pebble Beach en 2021 con una unidad prácticamente a estrenar, el chasis 029, con menos de 390 km en el odómetro, que alcanzó 20.465.000 dólares. Aquello ya parecía una cima muy difícil de repetir. La venta de Abu Dabi coloca al F1 en otra pantalla y demuestra que hay profundidad de demanda en la franja alta cuando se juntan procedencia potente, especificación deseable y total certeza documental. Para quien tenga entre manos un ejemplar de conservación sobresaliente o colores codiciados, la vara de medir ha subido de forma tangible.
La cita emiratí ha dejado de ser promesa para convertirse en plaza de máximos. El F1 fue el titular de la jornada por cuantía y por récord de marca, en un evento con foco global y compradores dispuestos a competir a la vista de todos. Para los vendedores supone garantía de difusión y para los compradores un entorno donde pagar prima a cambio de certeza. Esa combinación mueve liquidez hacia el punto más alto del mercado y explica por qué el 014 encontró allí su nuevo hogar.
Cada récord del F1 confirma su condición de activo supremo entre los superdeportivos de su época. Cuando el mercado se enfría aparecen muy pocos y siempre encuentran precio. Cuando se calienta marcan nuevos techos. Con un 014 así de documentado y configurado por fábrica, el resultado de 25.317.500 dólares no es una excentricidad. Es una señal clara que los agentes del mercado van a usar desde hoy mismo para calcular pólizas, créditos y precios de salida en el próximo catálogo.
Sin duda las dos últimas semanas de subastas han marcado un antes y un después en la familia de superdeportivos firmados por Gordon Murray. En Las Vegas el GMSV S1 LM alcanzó 20,63 millones de dólares y se situó como el coche nuevo más caro vendido en subasta. En Abu Dabi el primer GMA T.50 ofrecido públicamente llegó a 5,63 millones. Sumado al récord del McLaren F1 014 con 25.317.500 dólares, el mensaje es claro: la obra del diseñador y exingeniero de Fórmula 1 convierte cada proyecto bien curado en patrimonio con vocación de leyenda.