Ciberseguridad

La ciberseguridad empieza a prepararse para la llegada de la computación cuántica

Federica Estrella | Domingo 14 de diciembre de 2025
La computación cuántica ya no es solo una promesa científica, sino un desafío tangible para la seguridad digital. A medida que esta tecnología avanza, gobiernos, empresas y expertos en ciberseguridad comienzan a prepararse para un escenario en el que los sistemas de cifrado actuales dejarán de ser suficientes. En este contexto, la criptografía postcuántica emerge como una prioridad estratégica para proteger datos cuya confidencialidad debe mantenerse durante décadas.

Las previsiones apuntan a que la computación cuántica se convertirá en un mercado de gran impacto económico durante las próximas décadas. En paralelo, los gobiernos están empezando a mover ficha para no quedarse atrás. En España, la reciente estrategia nacional en tecnologías cuánticas busca impulsar la investigación, el talento y la transferencia tecnológica, al tiempo que refuerza la preparación del país frente a los nuevos riesgos asociados a esta tecnología emergente.

El principal desafío reside en que gran parte del cifrado actual se apoya en algoritmos matemáticos que un ordenador cuántico avanzado podría resolver con facilidad. Protocolos ampliamente utilizados en comunicaciones seguras, como los que protegen el correo electrónico, las conexiones web o las redes privadas virtuales, se verían comprometidos si no se adoptan nuevas técnicas de protección. Esto convierte a la ciberseguridad postcuántica en una cuestión de anticipación más que de reacción.

A esta amenaza se suma una estrategia que ya preocupa a los expertos en seguridad: la interceptación de datos cifrados hoy para descifrarlos en el futuro, cuando la tecnología lo permita. Este enfoque resulta especialmente crítico en sectores donde la información debe mantenerse protegida durante largos periodos de tiempo, como la sanidad, la investigación científica, las infraestructuras críticas o la administración pública. En estos casos, el riesgo no es inmediato, pero sí acumulativo.

Frente a este contexto, la criptografía postcuántica propone algoritmos diseñados específicamente para resistir ataques de ordenadores cuánticos, manteniendo la confidencialidad de la información incluso en escenarios tecnológicos más avanzados. Sin embargo, la transición hacia estos nuevos sistemas no es trivial. Muchas organizaciones operan con infraestructuras heredadas que no están preparadas para integrar estos mecanismos de forma rápida, lo que obliga a planificar con antelación y evaluar los impactos técnicos y operativos.

Además, el cambio no solo afecta a la tecnología, sino también a los marcos regulatorios y a la gobernanza de la seguridad. Cada vez más normativas exigen demostrar diligencia en la protección de los datos, lo que añade presión a las empresas para adoptar estrategias de seguridad a largo plazo. En este sentido, la preparación para la era postcuántica empieza a verse como un elemento más dentro de la gestión del riesgo digital.

Los expertos coinciden en que no se trata de sustituir de forma inmediata todos los sistemas de cifrado actuales, sino de iniciar un proceso progresivo que permita identificar la información crítica, evaluar su vida útil y desplegar soluciones híbridas que combinen técnicas tradicionales y postcuánticas. Esta aproximación permite reducir la exposición sin comprometer la operatividad.

En definitiva, la llegada de la computación cuántica marca un punto de inflexión para la ciberseguridad. Aunque el momento en el que estas capacidades se generalicen todavía es incierto, la protección de los datos ya exige pensar en horizontes de largo plazo. Prepararse hoy es la única forma de evitar que la seguridad digital del futuro se construya demasiado tarde.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas