La Fiscalía Nacional Financiera de Francia está investigando al grupo chino por una serie de sospechas de lo que han denominado ‘atteinte à la probité’, un término bastante genérico que incluye desde la corrupción y la malversación de fondos públicos hasta el tráfico de influencias, entre otras infracciones.
Esta investigación vuelve a poner en el punto de mira al gigante asiático que se enfrenta a un duro escrutinio en Europa después de las diferentes sanciones aprobadas en Estados Unidos y el gran veto que se impuso en el país norteamericano y en muchos de sus aliados internacionales para forzar la salida de sus equipos de las redes de telecomunicaciones en Occidente, incluyendo países como Reino Unido, Australia, Lituania y Estonia, entre otros.
El registro, confirmado por la propia Huawei Francia, se llevó a cabo el pasado 6 de febrero, sin embargo, se desconoce exactamente los motivos por los que se ha registrado la sede de la compañía en Boulogne-Billancourt, al oeste de París.
El fabricante chino lleva en Francia desde 2003, donde el grupo ha abierto seis centros de investigación y un centro de diseño global. Además, actualmente está construyendo su primera fábrica fuera de China precisamente al noreste del país galo donde producirá equipos para redes de telecomunicaciones móviles, especialmente 5G, a partir de finales de 2025. Con ello busca reforzar su presencia en el mercado europeo y acabar con las dudas sobre su relación con Pekín.
A pesar de las duras sanciones que enfrenta también en el país vecino desde al año 2019, Huawei destaca que tiene el 20% del mercado francés de infraestructuras de telecomunicaciones y que lleva “más de 20 años en Francia y ha cumplido todas las leyes y normativas francesas”.
En este caso en particular, la compañía asegura que están “cooperando plenamente con las investigaciones y seguirá haciéndolo”, pero insisten en mantenerse “firme en sus convicciones”.