Según fuentes citadas por Bloomberg, la Misión de Estados Unidos ante la Unión Europea ha enviado recientemente una carta a la Comisión Europea y a varios gobiernos del bloque expresando su desacuerdo con el texto en su forma actual.
El código de conducta, aunque de adhesión voluntaria, se presenta como una herramienta clave para ayudar a las empresas tecnológicas a cumplir con las exigencias de la futura Ley de IA de la UE. Esta normativa contempla sanciones que pueden alcanzar el 7% de la facturación anual de las compañías y multas de hasta el 3% para los desarrolladores de modelos avanzados que no respeten las obligaciones establecidas. No adherirse al código podría, además, acarrear un escrutinio más riguroso por parte de los reguladores.
Desde el entorno de Trump, se considera que las directrices propuestas exceden los límites de la legislación aprobada y suponen una carga excesiva para las empresas tecnológicas estadounidenses. El documento enviado a Bruselas califica el código de práctica como "excesivamente gravoso" y solicita que se suspenda todo el proceso de implementación de la Ley de Inteligencia Artificial hasta que se aborden las preocupaciones planteadas, según personas familiarizadas con el contenido de la carta.
En este sentido, Thomas Regnier, portavoz de la Comisión Europea, ha confirmado la recepción de la misiva, aunque ha evitado hacer valoraciones sobre su contenido.
El código de conducta se está elaborando con la participación de compañías tecnológicas, titulares de derechos de autor y representantes de la sociedad civil, bajo la supervisión de la Comisión Europea. La versión final está prevista para el próximo mes y tendrá que ser ratificada por las instituciones comunitarias y los Estados miembros.
"Tenemos una administración en Estados Unidos dispuesta a defender la tecnología y a las empresas tecnológicas estadounidenses"
Algunas grandes empresas tecnológicas ya han expresado su rechazo al proyecto. Joel Kaplan, jefe de asuntos globales de Meta, ha calificado el código de “inviable” durante un evento en Bruselas en febrero, afirmando que la matriz de Facebook no lo firmaría en su forma actual. "Tenemos una administración en Estados Unidos dispuesta a defender la tecnología y a las empresas tecnológicas estadounidenses", ha defendido Kaplan en su intervención.
Por su parte, Alphabet también ha criticado el contenido del texto, considerando excesivas las exigencias relacionadas con derechos de autor y pruebas externas de modelos.