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Rusia avanza en su soberanía digital con un WhatsApp estatal

Vladimir Putin, presidente de Rusia
Antonio Rodríguez | Miércoles 25 de junio de 2025
Rusia ha dado un paso significativo en su estrategia de soberanía digital con la aprobación de una ley que autoriza el desarrollo de una aplicación de mensajería estatal.

El presidente Vladímir Putin ha firmado la normativa esta semana, en un movimiento que busca reducir la dependencia de plataformas extranjeras como WhatsApp o Telegram, todavía ampliamente utilizadas en el país.

La medida llega en un contexto marcado por la retirada de numerosas empresas tecnológicas occidentales tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. Desde entonces, Moscú ha intensificado sus esfuerzos por crear un ecosistema tecnológico propio, controlado por el Estado y alineado con sus intereses políticos y de seguridad.

Una plataforma multifuncional bajo control estatal

El proyecto se materializa a través de una app desarrollada por VK, el principal grupo de redes sociales de Rusia. La aplicación, denominada Max, está concebida no solo como un canal de mensajería, sino también como una plataforma integrada con servicios gubernamentales. Según el Ministerio de Desarrollo Digital, Max “supera las capacidades técnicas” de alternativas extranjeras y permitirá a los ciudadanos realizar trámites oficiales directamente desde el móvil.

“Con esta aplicación se podrá confirmar la mayoría de edad al pagar en un supermercado o registrarse en un hotel sin necesidad de presentar documentos físicos”

El Parlamento ruso ha detallado que la nueva app permitirá, entre otras funciones, firmar documentos mediante firma electrónica, verificar identidad o edad, y acreditar títulos educativos. Según Sergey Boyarsky, presidente del comité de política informativa de la Duma, “con esta aplicación se podrá confirmar la mayoría de edad al pagar en un supermercado o registrarse en un hotel sin necesidad de presentar documentos físicos”.

Además, el gobierno trasladará a esta plataforma todos los servicios educativos digitales, desplazando el uso de grupos de WhatsApp o Telegram en las escuelas, lo que supone una medida con impacto directo en millones de usuarios.

El modelo recuerda al caso de WeChat en China, una app que combina mensajería, servicios estatales y sistemas de pago, pero que ha sido repetidamente señalada por prácticas de vigilancia y censura. En este sentido, usuarios en redes sociales y medios independientes como Meduza han manifestado su escepticismo sobre las verdaderas intenciones del Kremlin, especialmente considerando la estrecha colaboración de VK con las autoridades rusas.

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