“Tenemos compradores, compradores estadounidenses”, ha asegurado Trump durante un encuentro con periodistas. El mandatario ha insistido en que no comparte las preocupaciones sobre privacidad y seguridad nacional que han motivado las restricciones legislativas: “Soy fan de TikTok. Creo que esas preocupaciones están muy exageradas”. Asimismo, ha añadido que la plataforma “es muy popular entre los jóvenes” y que su administración “vigilará cualquier problema” antes de imponer un bloqueo definitivo.
La normativa federal, aprobada por el Congreso y ratificada por la Corte Suprema, obliga a ByteDance a desprenderse del control de TikTok en Estados Unidos o afrontar la prohibición. Sin embargo, Trump ha extendido el plazo en tres ocasiones desde su llegada a la Casa Blanca. La última prórroga vence el 17 de septiembre, aunque el presidente ya anticipa que la medida podría prolongarse de nuevo “hasta que la complejidad de las cosas se resuelva”.
Estas extensiones han generado críticas en el Congreso, donde algunos legisladores acusan a la administración de desatender la ley y minimizar riesgos sobre la protección de datos. Una encuesta reciente del Centro de Investigación Pew muestra que la opinión pública también está dividida: un tercio de los estadounidenses apoya la prohibición, otro tercio se opone y el resto se mantiene indeciso.
Uno de los principales escollos para la venta de TikTok es su algoritmo “Para Ti”, elemento central de la experiencia del usuario y clave para el éxito de la plataforma. El Gobierno chino ha reiterado que esta tecnología no será objeto de exportación, en cumplimiento de sus normativas internas. En un editorial publicado por el diario estatal China Daily, Pekín defiende que ByteDance “debe cumplir con las leyes chinas” y ha calificado de “hipocresía” la postura estadounidense, señalando que la Casa Blanca ha abierto recientemente una cuenta oficial en TikTok mientras mantiene su amenaza de prohibición.
ByteDance explora alternativas para sortear esta restricción. Informes publicados en los últimos meses apuntan a que la compañía trabaja en una versión independiente del algoritmo para Estados Unidos y en el desarrollo de una aplicación separada que podría lanzarse antes del vencimiento del plazo actual. Sin embargo, no está claro si China aceptará un modelo derivado que mantenga similitudes con la tecnología original.
Con la fecha límite cada vez más cerca, las posibilidades parecen limitarse a dos: una nueva extensión que permita a TikTok seguir operando en el país bajo control chino o un cambio drástico en la aplicación para cumplir con la normativa estadounidense.