El Gran Premio de Italia en Monza es siempre un escenario cargado de simbolismo para Ferrari. Este año, la Scuderia ha decidido aprovechar la cita para rendir homenaje a Niki Lauda en el 50 aniversario de su primer título mundial.
En 1975, al volante del legendario Ferrari 312 T, el piloto austríaco devolvió a la marca de Maranello a lo más alto tras once años de sequía, logrando el campeonato de constructores y el de pilotos. Aquel monoplaza supuso un salto técnico, con soluciones innovadoras como la caja de cambios transversal, pero también se convirtió en un icono estético. Su librea roja con franjas blancas y detalles metálicos marcó una época, y ahora reaparece reinterpretada en el SF-25 que pilotan Charles Leclerc y Lewis Hamilton en el Autodromo Nazionale este fin de semana.
Para la ocasión, Ferrari ha trabajado junto a HP en un sistema de vinilos reciclables y más ligeros, capaces de soportar las altas temperaturas de la Fórmula 1. El resultado es una réplica visual del 312 T con los elementos que definieron al coche de Lauda: un tono de rojo idéntico al de los años setenta, franjas longitudinales en blanco y dorsales negros sobre fondo rectangular.
El motor cover adopta también el blanco característico, mientras que el alerón trasero luce un acabado plateado que evoca el aluminio de los monoplazas anteriores a la era del carbono. Incluso las llantas presentan un diseño inspirado en las de la época, reforzando la conexión entre pasado y presente.
El homenaje no se limita al coche. Los pilotos vestirán monos con costuras visibles, cascos y guantes con estética setentera, mientras que el equipo completo llevará uniformes diseñados por Puma en recuerdo a 1975.
El vínculo entre Ferrari y Monza no puede entenderse sin los tifosi. Ya en 1975, las imágenes de aficionados trepando sobre vallas publicitarias para ver la carrera se convirtieron en parte del imaginario colectivo de la Fórmula 1. Aquella pasión se repite cada septiembre con la tradicional invasión de pista tras la bandera a cuadros.
Charles Leclerc ya sabe lo que significa ganar vestido de rojo en Monza. Lo hizo en 2019 y repitió en 2024, convirtiéndose en uno de los favoritos de la afición. Para Lewis Hamilton, el desafío de este año será especial: aunque ha subido cinco veces al podio de Monza en su carrera, en 2025 lo hace por primera vez como piloto de Ferrari. Sin embargo, la temporada 2025 está resultando irregular para Ferrari. El doble abandono en Zandvoort dejó al equipo sin puntos, reflejando la dificultad de consolidar su papel como alternativa a McLaren. Aun así, los de Maranello siguen siendo uno de los conjuntos más competitivos del campeonato, situándose habitualmente como segunda fuerza de la parrilla.
Monza se presenta como la ocasión perfecta para reencontrarse con la victoria. El historial respalda al equipo: Ferrari acumula 20 triunfos en casa y 11 de sus pilotos han subido a lo más alto del podio en este circuito, desde Ascari en 1951 hasta Leclerc en 2024.
No obstante, Hamilton deberá afrontar una sanción de cinco posiciones en la parrilla por incumplir banderas amarillas en Zandvoort, lo que complica sus opciones de éxito inmediato. Todo apunta a que Leclerc será la principal baza para luchar por un resultado que ilusione a los seguidores.