La medida, que inicialmente debía entrar en vigor en 2028, se adelanta dos años en respuesta al crecimiento explosivo del comercio electrónico de bajo coste, especialmente el impulsado por plataformas como Shein, Temu y AliExpress, entre otras.
La decisión supone una modificación profunda en el funcionamiento de las aduanas europeas y en las condiciones de competencia del mercado digital. La Comisión Europea justifica este adelanto por la saturación del sistema, el aumento de productos inseguros y falsificados, y el impacto directo que estos modelos de negocio ejercen sobre la industria comunitaria.
La dimensión del fenómeno explica la urgencia. La Unión Europea recibió 4.600 millones de envíos de bajo valor en 2024, el equivalente a 12 millones de paquetes diarios. Según los servicios comunitarios, se trata de un incremento “exponencial”, el doble de las cifras registradas en 2023 y el triple respecto a 2022.
La Comisión alerta de que estos volúmenes suponen una carga “insostenible” para las autoridades aduaneras, ya al límite de capacidad
El sistema actual, que exime de aranceles a los envíos inferiores a 150 euros, fue diseñado en una etapa precomercio electrónico y no contempla el flujo masivo de paquetes que llega desde Asia. En este sentido, la Comisión alerta de que estos volúmenes suponen una carga “insostenible” para las autoridades aduaneras, ya al límite de capacidad.
Además, Bruselas señala que una parte relevante de estos envíos incluye productos que incumplen normativas europeas, son falsificaciones o representan un riesgo para la salud y la seguridad de los consumidores. El uso de precios ultrabajos y la capacidad logística de gigantes digitales como Shein o Temu han intensificado esta problemática.
El impacto de la medida recae especialmente sobre las plataformas chinas que han transformado el comercio electrónico europeo. Según la Comisión, Shein y Temu alcanzaron más de 75 millones de usuarios en la UE en apenas unos meses de 2024, impulsadas por precios extremadamente reducidos, campañas publicitarias masivas y envíos directos desde fábricas asiáticas.
Ambas empresas han basado parte de su modelo en envíos individuales por debajo del umbral de 150 euros, lo que les permitía evitar aranceles y competir con una ventaja fiscal crucial frente a las empresas europeas. El ejemplo más evidente es el textil: cualquier prenda importada con un valor superior a 150 euros soporta un arancel del 12%, mientras que las piezas de estas plataformas quedaban exentas.
La reforma elimina por completo esta ventaja y obliga a pagar aranceles e IVA desde el primer euro de valor declarado
La reforma elimina por completo esta ventaja y obliga a pagar aranceles e IVA desde el primer euro de valor declarado. Aunque cada país fijará los procedimientos concretos, la Comisión ha dejado claro que el objetivo es asegurar que “todas las plataformas contribuyan de manera equitativa al mercado europeo”.
En esta línea, el comisario Maros Sefcovic, responsable de Comercio y Seguridad Económica, ha insistido en Bruselas en que “las empresas europeas necesitan igualdad de condiciones”. Según explica, la exención favorecía “distorsiones de competencia” que perjudicaban especialmente a pymes y minoristas dentro de la Unión.
A pesar del consenso político, la aplicación práctica de la reforma plantea desafíos relevantes. Las aduanas europeas reconocen que carecen actualmente de los recursos necesarios para revisar millones de envíos adicionales. En febrero, la Comisión advirtió de que los procesos existentes “ya no son adecuados para su finalidad”.
Para afrontar esta situación, Bruselas prevé impulsar una solución provisional en 2026 mientras avanza el desarrollo del Centro de Datos Aduaneros de la UE y de la futura Autoridad Aduanera Europea (EUCA), que centralizará parte del análisis digital de los envíos.
Pese a las dificultades, la presidencia danesa del Consejo sostiene que “los retos técnicos no deben retrasar la acción”, subrayando que la reforma responde a necesidades urgentes de seguridad, fiscalidad y equidad competitiva.