Además de tratar cuestiones como la obligatoriedad de que el diseño de los nuevos coches facilite su reutilización, reciclado y valorización, este nuevo reglamento introduce una transformación profunda en la manera en que los europeos compran y venden vehículos de ocasión.
Entre sus múltiples medidas, el Consejo Europeo ha añadido el requisito de que, cada vez que un coche cambie de propietario, el vendedor debe presentar documentación para demostrar que no se trata de un vehículo al final de su ciclo, según una serie de parámetros oficiales que lo confirmen como una responsabilidad ampliada del conductor o controles de documentación y exportación más estrictos.
Salvo excepciones como ciertos vehículos antiguos restaurados o de interés cultural, la gran mayoría de procesos de compraventa de coches se verán afectados por esta normativa, que busca reducir el riesgo al adquirir un nuevo vehículo y evitar posibles situaciones fraudulentas.
Actualmente, sabemos a ciencia cierta que existe un número considerable de vehículos fuera de uso que no van a Centros Autorizados de Tratamiento para comprobar su estado y, si fuera requerido, tramitar su baja definitiva. En muchos casos, estos coches vuelven al mercado sin las garantías necesarias para asegurar su buen funcionamiento.
Por este motivo, desde Carfax llevamos años abogando por la necesidad de crear y mantener un mercado de vehículos de ocasión justo, transparente y seguro para cualquier usuario, de forma que un coche con estas características jamás sea vendido sin conocer su historial real. En este caso, la normativa europea supone un paso más allá en la consecución de este mercado de coches usados más fiable.
"Nuestra base de datos muestra que una cantidad significativa de vehículos presenta daños estructurales graves o irreparables y, aun así, sigue en el mercado"
Para entender la magnitud del problema, basta con considerar los datos que manejamos. Nuestra base de datos muestra que una cantidad significativa de vehículos presenta daños estructurales graves o irreparables y, aun así, sigue en el mercado. Estos coches representan un riesgo importante para cualquier comprador, que probablemente reconsideraría la compra si dispusiera de información completa y fiable sobre su historial. Esta situación aparece con más frecuencia en coches importados, en los que normalmente es más difícil rastrear su pasado si no se dispone de las herramientas adecuadas.
Además, existe un aspecto que menciona la normativa y que ya habíamos observado previamente, el fenómeno de los “vehículos desaparecidos”, normalmente vehículos robados que reaparecen de forma ilegal en el mercado de coches de ocasión sin la documentación original y, por tanto, sin ningún tipo de garantía de que cumpla con los estándares para su circulación. Por todo ello, uno de los retos del nuevo Reglamento Europeo pasa por aclarar la diferencia entre Vehículo al Final de su Vida Útil y vehículo usado a nivel normativo.
En definitiva, la nueva regulación europea busca que la trazabilidad y la transparencia sean elementos indispensables para garantizar la fiabilidad y equidad en el mercado. Si los compradores confían en que están eligiendo el vehículo correcto en términos de seguridad y eficiencia, los vendedores se benefician de esta confianza para que ambos salgan beneficiados.
Asimismo, este reglamento convierte la compra de un vehículo de ocasión en una decisión más sostenible: al reforzar el control sobre aquellos automóviles con riesgos asociados, especialmente los más contaminantes, se reducen las emisiones, los residuos y el consumo de recursos, al mismo tiempo que se alarga la vida del vehículo, se genera un beneficio económico para el comprador y se contribuye a un mercado más responsable.
El futuro del sector pasa, en definitiva, por la colaboración entre instituciones, organismos oficiales, entidades privadas y vendedores particulares. Solo mediante el trabajo conjunto de todos los actores implicados será posible consolidar un mercado de vehículos de ocasión verdaderamente transparente, seguro y sostenible.
Autor: Francisco Rudilla, responsable de desarrollo de negocio de CARFAX