En un mercado dominado por vehículos cada vez más grandes, caros y complejos, la marca rumana apuesta por volver a lo esencial: ligereza, sencillez y uso realista. Con solo tres metros de largo y cuatro plazas, este urbano eléctrico propone una nueva relación entre forma, función y sostenibilidad.
“Este es el proyecto más auténticamente Dacia en el que he trabajado”, explica Romain Gauvin, responsable de diseño avanzado y exterior de la marca. “Tiene el mismo impacto social que tuvo el Logan hace 20 años, porque inventa algo que hoy no existe”, apunta Gauvin.
El Dacia Hipster Concept se define por la pureza formal. Su silueta compacta (3,00 m de largo, 1,55 m de ancho y 1,53 m de alto), parte de una idea clara: un bloque cuadrado apoyado sobre cuatro ruedas en las esquinas, sin voladizos ni elementos decorativos. La frontalidad, totalmente horizontal, proyecta una imagen limpia y robusta, con faros simples de geometría precisa y una expresión contenida pero reconocible.
Gauvin resume su intención en una frase: “Queríamos un coche que se pudiera dibujar con tres trazos”. Y efectivamente, esa simplicidad es la base de su identidad. El frontal carece de parrilla convencional y el capó se une a un morro corto y vertical. En la parte trasera, el portón abarca todo el ancho del coche y se abre en dos partes, una solución práctica y fiel al ADN funcional de Dacia.
El diseño de los pilotos traseros también sigue la lógica del design to cost: se integran tras la luna del portón, evitando piezas adicionales. Todo el exterior se ha concebido con un único color tintado en masa y solo tres paneles pintados (morro y marcos de puertas), lo que simplifica procesos y reduce el impacto ambiental.
La carrocería está protegida con amplias molduras de Starkle, el material reciclado desarrollado por Dacia, mientras que el tirador de las puertas se sustituye por una correa textil. Ligero, económico y coherente con la filosofía de diseño “sin exceso” que guía al proyecto.
Por dentro, el Hipster Concept busca reinterpretar el espacio del coche urbano. Su habitáculo aprovecha la geometría cúbica de la carrocería y los grandes cristales verticales para ofrecer una sensación de amplitud inesperada en un vehículo de tres metros. El techo acristalado aumenta la luz natural, y las ventanillas correderas, en lugar de eléctricas, reducen peso y costes, recordando a clásicos como el Renault 4.
Los asientos responden al mismo enfoque de optimización. Presentan una estructura visible con tejido de malla técnica y reposacabezas perforados, combinando comodidad, bajo peso y estética honesta. La banqueta delantera corrida recupera el espíritu de los coches populares de los años sesenta, mientras que el maletero, totalmente modular, varía de 70 a 500 litros según la configuración de los asientos traseros.
El diseño interior se apoya en la simplicidad, pero introduce ideas de personalización funcional. Es el primer modelo “YouClip native”, con 11 puntos de anclaje distribuidos por el salpicadero, las puertas y el maletero. Estos permiten adaptar accesorios —como portavasos, luz portátil o reposabrazos, según las necesidades del usuario.
Dacia entiende la digitalización como una herramienta, no como un fin. Por eso el Hipster Concept elimina las grandes pantallas y apuesta por la filosofía BYOD (“Bring Your Own Device”): el propio smartphone del conductor actúa como llave digital, interfaz multimedia y sistema de audio, mediante un altavoz Bluetooth desmontable compatible con el sistema YouClip.
Este enfoque, que la marca ya ha introducido en sus modelos de serie, permite mantener la conectividad y reducir el hardware del vehículo. En coherencia con el concepto general, el Hipster Concept prescinde de lo superfluo y concentra los recursos en lo que realmente aporta utilidad.
Más allá de la estética, el Hipster Concept convierte la ligereza en un principio de diseño. Con un peso un 20% inferior al del Dacia Spring, el modelo utiliza menos materia prima y consume menos energía tanto en fabricación como en uso. El resultado: una reducción prevista del 50% en la huella de carbono frente a los eléctricos actuales.
Dacia insiste en que la autonomía del Hipster será suficiente para los desplazamientos diarios, con dos recargas semanales como promedio. Una cifra coherente con los hábitos reales de conducción: en Francia, el 94% de los conductores recorre menos de 40 km al día.
El Dacia Hipster Concept no busca competir con los grandes urbanos eléctricos ni exhibir tecnología de vanguardia. Su función es recordar que el diseño puede ser esencial sin ser pobre, que la innovación también pasa por eliminar lo innecesario y que el futuro de la movilidad eléctrica debe ser inclusivo.
La marca lo define como “un coche popular del siglo XXI”, heredero del espíritu del Logan, pero adaptado a las nuevas realidades urbanas y medioambientales. Si llega a producción, su precio debería mantenerse en el rango de los 10.000 euros, compitiendo con modelos como el Hyundai Inster o el BYD Dolphin Surf.
Con el Hipster Concept, Dacia no solo imagina un nuevo coche, sino una nueva forma de entender el diseño automotriz: honesto, funcional y visualmente claro.