Realme 6 y 5i, tan parecidos y tan diferentes

La gama media de móviles es el mar más revuelto; el caladero en el que quieren pescar todas las marcas, ya sea en las aguas más superficiales o en las más profundas. Tan es así que muchas marcas nacidas para competir en este territorio se han inventado a su vez otras un poco más baratas.

Un histório del sector tecnológico decía una frase que para mí se quedó en una sentencia muy descriptiva: "Si quieres triunfar por precio, siempre habrá otro que llegue y venda más barato que tú". Asi que, para llenar ese posible hueco de firmas más barata, numerosas marcas -sobre todo chinas- crean su propia competencia.

Realme es el resultado de esa dinámica, una segunda marca de Oppo, a su vez propiedad del gigante BBK Electronics. Muy orientada al enorme mercado indio, no ha perdido tampoco la oportunidad de introducirse en el europeo.

Hace algo más de un mes, a través de streaming, la compañía china presentaba sus nuevos Realme 6 y algo más tarde llegó el Realme 5i, una evolución de la familia 5. Ambos terminales, el 6 y este 5i son complementarios y se sitúan en dos rangos diferenciados del catálogo por prestaciones, materiales y precio. El 6 ocupa su puesto entre los modelos da gama media pura, mientras que el 5i lo hace en la de entrada. Para situarnos de forma rápida: desde 219 euros y 159 euros, respectivamente.

A distancia, sin tocarlos, podrían parecer dos acabados distintos del mismo modelo. Por la trasera apenas se diferencian en que uno de ellos lleva un escaner de huellas. Al mirarlos más detenidamente, el que no lo lleva tiene el sensor de huellas en el lateral, en el botón de encendido. Y si nos acercamos más, uno tiene la pantalla perforada por un agujero en la esquina superior izquierda, mientras que el otro mantiene un flequillo central en forma de gota.

Pero, cuando los sujetas en la mano... Ahí la cosa cambia. Aunque no sepas nada de tecnología ni te hayas leído las páginas con las características de los dos modelos, notarás la diferencia. La calidad de los plásticos de las traseras no tienen nada que ver. Aunque parece que el material plástico de los marcos de ambos es el mismo, la tapa trasera del Realme 6 está fabricada con un polímero que le da una sensación prácticamente de cristal, cosa que no se reproduce en el 5i.

Eso sí, el agarre de este último es muy bueno, ya que para conseguir la irisación característica de la marca han recurrido a una acabado esmerilado. Desde fuera y desplazándonos hacia el interior de los terminales, todo va cambiando; una veces a mejor y otras a favor del otro.
\r\nPero antes de bucear en sus interioridades, si vemos el contenido de las cajas ya tenemos una pista importante. Y es que, para abaratar precios no sólo hay que elegir componentes, materiales y terminaciones diferentes, sino que cuenta hasta el plástico con el que se embridan los cables.

El Realme 5i, que cuenta con una batería prodigiosa de 5.000 miliamperios, tiene una potencia de carga de 10 vatios y el conector es apenas un microUSB recogido con un plástico con autoadhesivo. El 6 ya muestra su superioridad con su cable USB tipo C y carga rápida de 30 vatios. El cable y cargador suministrado son de cinvo voltios / seis amperios, aunque la capacidad de la batería es menor: 4.300 miliamperios.

En ambos casos podrían sacárseles hasta dos días de autonomía, pero me temo que quien elija el 6 por su procesador especializado en juego (es el MediaTek Helio G90T) va a tirar mucho de su pantalla, con opción de refresco de 90 hercios y eso chupa batería a buen ritmo.

Los 90 hercios de refresco de pantalla son una característica de gama más alta. Permite una gran suavidad en el visionado de juegos, películas, en la navegación, sobre todo si se opta por el modelo de ocho gigas de RAM (hay tres modelos: 4 GB de RAM / 64 GB de memoria -219 euros-, 4 GB de RAM / 128 GB de memoria -249 euros- y 8 GB de RAM / 128 de almacenamiento -279 euros-). Se puede configurar el refresco de pantalla y, si no se va a jugar mucho, lo conveniente puede ser tenerlo desactivado. En este caso, igual no haría falta optar por el modelo de ocho gigas de memoria RAM, aunque sí optaría por 128 gigas de almacenamiento. También es cierto que tanto el 5i como el 6 cuentan con una bandeja para tarjeta microSD y dos tarjetas SIM. Y las tres se pueden utilizar simultáneamente, es decir, no se invalida un espacio de tarjeta SIM al colocar la tarjeta microSD.

El tamaño de ambos terminales es muy similar; cuentan con pantallas de 6,5 pulgadas, aunque la proporción de pantalla sobre la superficie total del 6 es mayor que la del 5i. En los dos casos rondan el 90% y los dos tienen el marco inferior sensiblemente superior que los otros tres.

La resolución de la pantalla es mucho menor en el modelo más barato: 1.600 x 720 píxeles, frente a una full HD+ de 2.400 x 1.080.
\r\nLos procesadores no se pueden comparar. En el caso del Realme 6, han optado por el Helio G90T de MediaTek, en el que la G quiere hacer un guiño a los amantes del 'gaming', mientras que el del Realme 5i es el más tradicional Snapdragon 665 AIE de Qualcomm, un procesador bastante experimentado, por cierto.

Cuatro cámaras traseras, pero de distintas calidades

Otro punto vital para elegir un móvil sobre otros son las cámaras. Y aquí hay diferencias sustanciales, con un par de datos comunes. La primera es que en condiciones de buena iluminación se comportan bastante bien en la mayoría de los modos. La segunda coincidencia es que en lugar de montar un tele, los dos optan por la cámara macro. Es la moda. Y eso que, en muchas ocasiones puedes utilizar el tele para una foto macro (ya, no es lo mismo), pero no al revés. Y el tele digital no se puede comparar en modo alguno con el óptico.

La cámara principal del Realme 6 cuenta con un sensor principal de 64 millones de píxeles e incluye un modo 64 MP en el que la resolución de la toma es la nominal: 64 millones de puntos. Lo cierto es que excepto en algunas condiciones será difícil apreciar la diferencia entre una toma con este modo y otra realizada -en las mismas condiciones, se entiende- en el modo por defecto. En este caso, utiliza el 'pixel binning': combina cuatro píxeles en uno mayor para atrapar más luz; la foto resultante es de 16 millones de píxeles en lugar de 64.

El segundo objetivo es un gran angular de 119 grados y ocho millones de píxeles, un tercer objetivo se dedica al retrato en blanco y negro (dos megapíxeles) y el cuarto es el mencionado macro, con 2 MP de resolución y que permite tomas a cuatro centímetros del objeto.

El 5i tiene una cámara principal más modesta: 12 MP, pero también con una apertura de 1,8. Por cierto, nos estamos acostumbrando a que cada vez sean mayores, pero 1,8 ya es una buena medida incluso para las cámaras dedicadas. Está apoyada por inteligencia artificial. El segundo objetivo es el gran angular. Como en el caso del 6, tiene una resolución de ocho millones de píxeles y un campo visual de 119 grados. La tercera cámara la dedica al retrato, con un sensor de 2 MP y el cuarto, para el modo macro, también con dos millones de píxeles y aguanta el enfoque hasta los cuatro centímetros.

La cámara selfie cambia bastante. Hablamos de resoluciones de 16 MP (Realme 6) frente a la mitad, 8 MP (5i). En los dos casos, esta cámara se utiliza para el desbloqueo del terminal por reconocimiento facial 2D. Es bastante rápido, aunque yo no confiaría la seguridad de los datos de mi móvil a este sistema excepto en terminales muy avanzados. Es cierto que no he podido engañarles con una foto de mi cara, pero prefiero en esta ocasión el escaneo de huella.

En cuanto a la resitencia física de los móviles, el plástico puede aguantar mejor ciertos impactos que el cristal, pero también es más frágil que el metal. Y, con la excepción de la pantalla, todo es plástico, desde la trasera hasta el marco. Tampoco acreditan resistencia frente al agua o al polvo; tan solo ante salpicaduras.

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