Huawei Watch GT 2 Pro, una cuestión de autonomía

Huawei ha dado el do de pecho con su nuevo reloj inteligente. Ha mejorado componentes y materiales con respecto a las anteriores versiones y ha apellidado Pro a su Watch GT 2. Ojo porque también su precio es Pro. Se anunció que saldría sobre los 330 euros, aunque ha llegado a nuestro mercado a 300 euros.

La característica más destacable de este reloj es su enorme autonomía. Una cosa es que una pulsera de actividad logre dos semanas de vida sin tocar un enchufe, pero asegurar que un reloj con una pantalla AMOLED en color de 1,39 pulgadas de diámetro aguanta 14 días es una hazaña. Yo puedo asegurar que aguanta al menos ocho días con sus noches y eso que, cuando pruebas un equipo, generalmente lo utilizas más que con el uso normal. Tienes la pantalla encendida más tiempo porque lo exploras, te mides más veces el oxígeno en sangre, también el ritmo cardíaco...

Sí, claro. Tiene todas estas cosas. No podría apellidarse Pro si no fuese capaz de medir el oxígeno en sangre o el ritmo cardiaco. Bien es cierto que se advierte que estas funciones no son para uso médico sino que sirven como orientación para el entrenamiento deportivo.

El precio que paga este reloj por tanto equipamiento es el volumen. Es francamente grande. A ver, mide 46,7 milímetros de diámetro y tiene un grosor de 11,4 milímetros, pero colocado en la muñeca parece un mamotreto. Igual si eres jugador de la NBA no lo parece tanto, pero... En cuanto al peso, el reloj en sí, sin la correa (dependerá de cual le pongas) es de 52 gramos. 

Lo mueve el Kirin 1, un procesador de la propia Huawei, que le da potencia y rapidez, aunque no es en lo que más destaque. En mi caso, por ejemplo, he notado cierta pereza a la hora de engancharse a la señal GPS y también en la respuesta de la pantalla, si bien, te acostumbras a esta última, al margen de que no hay aplicaciones que requieran un refresco altísimo, ni una respuesta inmediata. Vamos, que la pantalla de un reloj no es como la de un móvil y no vas a jugar en ella, con lo cual no necesitas un refresco muy alto.

¿He dicho que me ha aguantado más de una semana sin recargar la batería? Lo sé. Es una pregunta retórica. Pero merece la pena recordarlo. 

A la larga lista de entrenamientos que podía monitorizar la versión anterior -más de cien-, en Huawei han añadido otros dos. Lo cierto es que no son de los míos y no los he podido comprobar -para uno no es época y para el otro, no sabría por dónde empezar-: esquí y golf. Pero ahí están.

Los materiales son una pieza fundamental en un reloj. Le costó años a la industria relojera que los relojes se consideraran como joyas, y la incorporación de las tecnológicas, excepto en las pulseras de actividad, no ha restado valor. Apple, por ejemplo, siempre tiene acuerdos con firmas exclusivas, como Hermés. En el caso del Watch GT 2 Pro, no sólo se han utilizado materiales nobles, como el titanio para la caja o el cristal de zafiro, sino que además se han tratado con mimo. El ensamblaje es, al estilo relojero suizo, perfecto. ¿Un ejemplo? Aguanta cinco atmósferas, es decir, 50 metros de profundidad.

El 99% de la población no echará de menos una rutina de entrenamiento en la que enrolarse, desde caminar hasta correr en cinta o desde nadar a hacer senderismo. La verdad es que no soy muy exigente en cuanto a mis rutinas deportivas, pero sí me preocupo por conocer ciertas variables de salud, como el ritmo cardiaco, algún electro y ahora la saturación de oxígeno en la sangre.

Esta última variable es la que está de moda, entre otras cosas porque es clave a la hora de determinar un ingreso por Covid. Sin embargo, como todos los fabricantes, Huawei avisa que su sistema de medición no sirve para establecer criterios médicos sino como una herramienta para entrenamientos.

En la semana larga (casi dos) que he estado probando este reloj he debido de pedirle unas diez veces que me mida el ínice SpO2, de ellas, casi la mitad me ha dado error a pesar de no moverme. El resto, estaba dentro de la normalidad que he podido comprobar con un oxímetro médico de dedo y con otro reloj.

Es un smartwatch muy completo y construido con componentes de calidad. Incluso el embalaje: cartón negro con bordes dorados... Pero, al margen del pequeño problema del volumen y de que la respuesta de la pantalla no sea instantánea, tiene un pero: utiliza su propio sistema operativo para wearables, LiteOS y, aunque es compatible con equipos con Android o con iOS (la app Salud de Huawei que tienes que instalar para aprovechar las funcionalidades del reloj de Huawei funciona perfectamente en los iPhone), tiene la limitación de que sólo puedes acceder a las aplicaciones presentes en su tienda.

En el lado bueno de la balanza podemos colocar otro par de extras positivos. El primero, el sistema de carga. Es, al estilo del de Apple para su Watch, inalámbrico: una cuna sin conectores y con la ventaja de que en cinco minutos te da energía para 10 horas. El segundo, tiene dos gigas libres para almacenar canciones (son cuatro gigas, pero la mitad están ocupadas). Quien dice un par, dice cuatro, porque hay una tercera: un sistema de transferencia casi instantánea de ficheros entre el móvil (siempre que sea un Huawei) y el reloj. Lo llaman Share OneHop y permite, por ejemplo, crear fondos de pantalla con las fotos que le transfiramos. El cuarto extra: se pueden arrancar o responder llamadas desde el propio reloj. No es autónomo del móvil, pero podemos utilizarlo como manos libres. Por cierto, el altavoz suena bastante.

Otro por cierto: la voz que nos avisa de que hemos terminado el entrenamiento o cualquier otro aviso está en perfecto inglés.

Valoración