Desde el inicio, el estudio expone una tendencia clara: solamente el 13% de los trabajadores españoles afirma sentirse totalmente seguro respecto a su continuidad en el empleo. Además, esta falta de confianza es aún mayor en perfiles junior, donde la incertidumbre crece a medida que se acelera la transformación tecnológica. Por su parte, Frank Miller, Chief AI and Platforms Officer en Colt, ha señalado que “la IA ofrece oportunidades increíbles para ampliar conocimientos y centrarse en lo que realmente importa, pero sin un enfoque centrado en las personas, corremos el riesgo de reforzar desigualdades”.
A esta inquietud se suma el hecho de que el 59% de los empleados teme que la IA pueda sustituir total o parcialmente su puesto en el futuro. Los más afectados por esta percepción pertenecen a áreas de atención al cliente, administración y ventas, sectores especialmente sensibles a la automatización. No obstante, el informe también recoge que el 65% de los encuestados conoce las medidas que sus organizaciones están tomando para mitigar el impacto de la IA en la igualdad de género, un dato que muestra una mayor sensibilización interna.
Por otra parte, las compañías del sector ya están poniendo en marcha diferentes herramientas para facilitar la transición. Entre las iniciativas más habituales destacan la formación en IA, la actualización de descripciones de puestos para integrar competencias digitales y los programas de recualificación interna. Las acciones más extendidas son los talleres grupales y las formaciones obligatorias, seguidas de cursos voluntarios, lo que evidencia un esfuerzo creciente por preparar a los trabajadores ante un nuevo escenario tecnológico.
A pesar de las dudas sobre el futuro laboral, la percepción del impacto de la IA en las tareas diarias es más positiva. En líneas generales, los empleados creen que la inteligencia artificial les permitirá encontrar información más rápido, reducir errores, trabajar de forma más creativa y analizar datos con mayor agilidad. Además, ya se observa una integración cotidiana de estas tecnologías: el 34% usa IA en búsquedas de información, el 12% trabaja con IA integrada en software y el 11% emplea herramientas de IA generativa.
Sobre estos avances, Miller ha añadido que “un enfoque de IA centrado en las personas fomenta la equidad y la inclusión, ya que evita reforzar sesgos de manera no intencionada y genera confianza y transparencia”. Asimismo, ha insistido en que involucrar a los empleados desde el principio y ofrecer formación accesible es clave para construir una plantilla “diversa, capacitada y empoderada”.
Esta visión se alinea con los pilares sobre los que Colt articula su estrategia: Personas y Cultura e IA Responsable. Estos marcos incluyen la alfabetización en IA para garantizar que los equipos cuenten con el conocimiento necesario, una cultura abierta y crítica ante la tecnología, la gestión de los riesgos sociales derivados de su despliegue y un compromiso con la sostenibilidad ambiental del ciclo de vida de la IA. A ello se suma el impulso de iniciativas de IA para el bien, diseñadas para generar beneficios reales para las personas y el planeta.
Con este informe, Colt concluye que la adopción de la IA en el sector de las telecomunicaciones no puede abordarse únicamente desde la eficiencia tecnológica. En cambio, la clave pasa por construir entornos laborales donde la innovación conviva con la seguridad, la formación y la participación activa de los empleados.