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La nube híbrida se consolida como el pilar que sostiene la IA y la agilidad empresarial

sábado 15 de noviembre de 2025, 13:00h

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Kyndryl, proveedor líder de servicios tecnológicos de misión crítica, ha presentado su Cloud Readiness Report 2025, un análisis global en el que han participado 3.700 altos directivos de 21 países, incluido España. El estudio, acompañado de una encuesta sobre innovación en la nube, revela un panorama claro: las empresas están replanteando su infraestructura cloud ante el empuje de la inteligencia artificial, el aumento de las exigencias regulatorias y la presión sobre la seguridad.

Aunque la nube es ya la base operativa de la mayoría de organizaciones, la forma en la que han llegado a ese modelo no siempre ha sido fruto de una estrategia planificada. De hecho, el 70% de los CEO reconoce que ha construido su entorno cloud "más por accidente que por diseño", una situación que ahora muchas compañías intentan corregir. Aun así, la inversión no se ha frenado: durante el último año, el gasto en servicios de nube ha crecido más de un 30% de media.

Por cosiguiente, Nicolas Sekkaki, Global Cloud Practice Leader de la compañía ha explicado que "la diferencia entre una nube reactiva y una diseñada de forma intencionada nunca ha sido tan crítica". Según el directivo, la propia adopción de la IA exige acceso fluido a los datos y marcos de gobernanza cada vez más complejos. Por ello, la nube híbrida se está convirtiendo en el punto de apoyo que permite escalar la inteligencia artificial con seguridad y confianza.

A medida que las organizaciones avanzan, el informe identifica varias tendencias clave. Por un lado, la nube híbrida y la multinube ya son la norma, con un 84% de líderes utilizando varios proveedores de forma planificada. Además, un 41% está comenzando a repatriar datos a entornos locales para equilibrar control, cumplimiento normativo y rendimiento.

Por otro lado, la inteligencia artificial se está convirtiendo en el principal motor de decisión tecnológica. El 89% de los directivos afirma que las inversiones en la nube han facilitado el despliegue de la IA, aunque el 35% admite que la integración con su infraestructura existente sigue siendo uno de los mayores obstáculos para rentabilizar la inversión. Este desafío está impulsando la adopción de infraestructuras especializadas basadas en GPU, capaces de soportar cargas de trabajo avanzadas al tiempo que permiten contener los costes.

Todo ello indica un cambio de paradigma: las empresas están pasando de un modelo reactivo a un enfoque estratégico donde la arquitectura cloud marca la diferencia competitiva. Aquellas que alinean infraestructura, datos y gobernanza están mejor posicionadas para incorporar la IA de forma segura, responder a los requisitos regulatorios y acelerar la innovación sin comprometer la eficiencia.

La llegada de la llamada IA agencial está reforzando esta transformación. Muchas organizaciones ya entrenan sus modelos en la nube pública por su escalabilidad, pero optan por ejecutarlos en entornos privados para reforzar la gobernanza y la soberanía del dato. En ese equilibrio, la nube híbrida se perfila como la infraestructura más inteligente y flexible para el futuro inmediato.

En paralelo, las demandas regulatorias y de seguridad se han convertido en principios de diseño imprescindibles. Los grandes proveedores cloud están adaptando su infraestructura para cumplir con las nuevas normas nacionales y europeas, mientras que las empresas buscan arquitecturas que permitan mover datos de forma segura entre regiones, proveedores y entornos híbridos.

El resultado es un escenario en el que la nube deja de ser solo un soporte tecnológico para convertirse en el cimiento estratégico de la empresa preparada para la inteligencia artificial.

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