Nació como una segunda marca de Oppo y se ha abierto paso en el mercado con una política de precios bajos. Ahora pressenta su Realme 6, con procesador para jugones.\r\n
La curva de crecimiento de Realme ha sido espectacular: de la nada al top 5 en móviles más vendidos en España en apenas mes y medio. Esto sucedía hace un año, en octubre de 2019. Lo lograron con el Realme 5.
Internacionalmente, la marca de móviles (pulseras de actividad, audio...) vio la luz el 15 de mayo de 2018. Hace apenas dos años la firma china lanzó su primer terminal en India. Ya ha servido más de 25 millones de unidades y trabaja en 27 mercados.
¿Se trata de una marca milagro? ¿Puedes surgir de la nada e irrumpir en un mercado tan maduro de esta forma? Es difícil; mejor dicho: muy difícil. Pero si se cuenta con el respaldo de uno de los mayores fabricantes de móviles...
Colocando a Realme en su lugar, en realidad nace como submarca de Oppo: Oppo Real. Y Oppo, a su vez, forma parte del conglomerado de firmas fabricadas por BBK Electronics, empresa china -parece que auspiciada por el Estado- que tiene bajo sus alas a OnePlus, Vivo, IMOO y Vsun, además de Oppo. Es decir, que no nació sola ni sin padrinos.
Podríamos decir que el acierto con Realme ha sido identificar bien quién es su cliente y dirigirse sin distracciones a él. Pero, ¿qué fabricante de móviles no se dirige a los jóvenes? Si en algo están de acuerdo todos es en que el objetivo son los millennials. En este caso, el gancho declarado es el diseño y el precio, algo de lo que presumen prácticamente todos los fabricantes chinos.
La aspiración declarada este año de Realme es convertirse en Trendsetter juvenil: marcar la tendencia apoyandose en dos patas, la tecnología y el diseño. En palabras de Emilio Álvarez, director general de la marca en España, "ir de la mano de los jóvenes y superar sus expectativas". Y quieren hacerlo con el Realme 6, un terminal en el que las características nominales son altas, pero que abarata utilizando ciertos componentes menos caros que otros de la misma gama.
De esta forma, acude a MediaTek para el procesador en lugar de los habituales Qualcomm. Es el G90T, el alto de la gama dedicada especialmente a videojuegos, lo que supone potencia extra, pero también calentamiento y consumo de batería más alto, efectos que combate el Realme 6 con una batería de 4.300 miliamperios y compatibilidad con carga rápida de 30 vatios (en poco menos de una hora carga totalmente la batería).
La pantalla, de 6,5 pulgadas, con resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles) y refresco variable entre 60 y 90 hercios muestra un pequeño agujero redondo para la cámara selfie. Está protegida por una lámina de Gorilla Glass 3 (vamos ya por la versión 6).
Mientras la cámara selfie es de 16 millones de píxeles -una resolución sorprendente para la cámara frontal- y cuenta con características como autorretratos en modo noche y clips en cámara lenta, la trasera es cuádruple. El sensor principal es de 64 millones de píxeles, cuenta con un ultra gran angular de ocho MP que cubre 119 grados, macro y objetivo dedicado a retratos en blanco y negro, una función curiosa en lugar de optar por un tele o sensor de profundidad.
La presentación de este móvil ha sido por 'streaming' como corresponde a esta etapa de cuarentena por lo que sólo lo he podido ver en vídeo y, de esta forma, no se puede apreciar ni el diseño ni el agarre ni tan siquiera una primera toma de contacto.
Se puede encargar desde hoy en preventa y se comenzará a distribuir y vender a partir del día 6 de abril. Estará disponible en dos colores: blanco y azul cometa y en tres configuraciones de memoria: 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento; 4 / 128 y 8 /128. Los precios serán 219 euros, 249 y 279, respectivamente. Un consejo: 64 GB se van a quedar cortos en media hora.
Si los precios del Realme 6 son ya ajustados, todavía presentaron otros dos modelos que los recortan sensiblemente: el 6i, que costará 179 euros y es como el hermano pequeño del 6; y el C3, un terminal de entrada, que estará disponible a partir del 13 de abril por 139 euros.