Si buscas un móvil con las características de una gama media alta, con precio contenido (léase adecuado), y no te importa qué sistema operativo lleve, no descartes el iPhone SE.\r\n
Algunos dirán que Apple es especialista en detectar el momento en el que una nueva tecnología está madura para lanzar un producto. De hecho, es lo que sucedió con el iPhone y con el iPad.
Para otros, es el gran mago de la mercadotecnia. Y lo demuestra el enorme reconocimiento mundial de su marca y la penetración en medios de comunicación sin necesidad de realizar inversiones multimillonarias en campañas de publicidad.
Sin embargo, es también líder en eficiencia. Si se me permite la digresión, hay quien apuesta por la eficacia y otros por la eficiencia. En el ámbito de la tecnología podríamos decir que hay quien multiplica, por ejemplo, la memoria RAM de sus móviles frente a otros que se las apañan para lograr excelentes rendimientos con una cuarta parte. Apple está en el paquete de estos últimos. Así, no es de extrañar que sus terminales tengan tres gigas de RAM y los de la competencia anden con ocho o, incluso, con 12.
No es magia. El truco está en el riguroso control de todos los elementos: hardware, software y también las aplicaciones de terceros. Apple diseña los componentes aunque no los fabrique, el sistema operativo es propio y ejerce un control mucho más riguroso sobre las app que se suben a su App Store.
Con estos mimbres, la compañía de la manzana ha logrado un terminal que los test de rendimiento colocan en la zona de los más competitivos y con un precio bajo (a partir de 489 euros) para lo acostumbrado por la marca y también si se compara con la competencia, pero no por las especificaciones técnicas, sino por el conjunto.
Desde su lanzamiento en pleno auge de la pandemia en el mes de abril se ha presentado como una docena de terminales. La mayoría, chinos; la mayoría, "baratos"; la mayoría, gama media alta... Y, a pesar de que el iPhone SE es la gama de entrada de Apple y de la diferencia de meses, con sus 489 euros en la versión de 64 gigas de almacenamiento, aguanta la comparación.
Aunque podría ser un terminal para tentar a algún usuario de Android, parece más destinado a facilitar el acceso al universo de Apple y su sistema operativo iOS a seguidores de la firma de la manzana con menos recursos económicos y sobretodo a aquellos que prefieren las pantallas pequeñas en un mundo de superpantallas de seis pulgadas de diagonal.
Lo que se van a encontar los propietarios de un iPhone SE 2020 -Apple ya sacó un SE en marzo de 2016- es un híbrido entre un iPhone 11 Pro y un iPhone 8. Básicamente, es un iPhone 8 (lanzado en septiembre de 2017) con el último procesador de la casa, el A13 Bionic. La combinación funciona cuando superas las dos primeras barreras. La primera es, lógicamente, el tamaño, pero se supone que va dirigido a quienes quieren un móvil con pantalla pequeña.
La segunda, el diseño. En un momento en el que todas las marcas han optado por pantallas "infinitas", el SE mantiene unos marcos superior e inferior notablemente más grandes incluso que terminales de 150 euros. Es un punto negativo sobretodo en una marca que lleva el diseño y la innovación por bandera. El gran borde inferior aún se puede justificar por la colocación del lector de huellas digitales. Apple ha recuperado para este modelo el Touch ID que creíamos superado desde que lanzaron el iPhone X.
El iPhone SE confía de nuevo el desbloqueo del móvil a la huella dactilar en lugar del facial (Face ID). La verdad es que Touch ID fue el mejor cuando lo lanzaron en 2013 y todavía aguanta perfectamente la comparación con los últimos modelos de la competencia en fiabilidad y rapidez. Y, en plena era de las mascarillas, utilizar escáner de huellas en lugar de reconocimiento facial es toda una ventaja. El único problema es que, para mantener el precio contenido, no está colocado bajo la pantalla -tecnología que Apple todavía no ha presentado- sino en el faldón inferior de la pantalla.
La pantalla en sí, más allá de que mide "solo" 4,7 pulgadas y está rodeada de un marco muy ancho, es un panel de tecnología IPS. No tiene la profundidad de negros de uno OLED, pero a cambio muestra los colores muy naturales, con una excelente calibración de fábrica y un sistema de ajuste automático de brillo que permite utilizarlo casi sin problemas en un exterior de día soleado (el brillo máximo es de 625 nits). La resolución es correcta: 1.334 x 750 píxeles que le da una densidad de 326 puntos por pulgada (Retina HD). Otra ventaja de los paneles IPS es que tienen un mejor ángulo de visión, a lo que se añade en esta ocasión una excelente sensibilidad táctil.
Pero, ¿la pantalla da para jugar? La verdad es que sí, con ciertas limitaciones como el propio refresco de pantalla (se queda en 60 herios, cuando en otros casos llega a 90 e incluso 120). El procesador es más que capaz de mover juegos pesados, pero tampoco es un terminal orientado para jugones (¿por qué suena mejor gamer que jugón?).
Si comparamos los tres gigas de RAM del iPhone SE con la competencia, sale perdiendo por goleada, pero Apple consigue con menos recursos -en este caso RAM- una fluidez que muchos querrían.
Las cámaras son tal vez, junto con el diseño, el punto más débil en una comparación con la competencia, tanto ante otros terminales de Apple (iPhone X, Xs, 11...) como modelos Android. Cuenta con una única cámara trasera y otra frontal. Ambas cumplen bien, pero tienen una desventaja. Si bien es cierto que están calibradas de tal forma que logran imágenes muy reales, muy fieles a la realidad y no supersaturadas y con tonos que ni existen en la naturaleza como hacen otros, el iPhone carece de cámara tele o ultra gran angular. La trasera es un gran angular con apertura de diafragma f/1,8 y un sensor con 12 millones de píxeles de resolución, autofoco y autoestabilizada. En cuanto a vídeo, mantiene la misma fidelidad a la realidad y puede grabar en 4K hasta a 60 cuadros por segundo, que aumenta hasta 240 si bajamos la resolución a 1.080p.
Siempre la batería... Apple ha sido casi siempre bastante poco generoso en las baterías. Este SE no llega a los 2.000 miliamperios. Los 1.821 mAh le dan muy justo para usarlo durante un día entero. El tamaño aquí juega en contra de la batería: a menor volumen (el iPhone SE mide lo mismo que el 8: 138 x 38 x 7 milímetros y 148 gramos de peso), menor capacidad, y eso que la pantalla es uno de los elementos que más consume y, siendo más pequeña, gasta menos.
Por otra parte, volver a manejar un móvil con una sola mano tiene su punto, igual que una resistencia al polvo y al agua IP67 (hasta un metro de profundidad durante 30 minutos).
Está disponible en tres colores: negro, blanco y rojo (Product Red). Y tres capacidades de memoria: 64 gigas (489 euros), 128 gigas (539 euros) y 256 gigas (659 euros). En Amazon Alemania lo he visto por 440 euros. Un consejo: sed generosos con la memoria; mucho mejor 128 giga que 64. Esos 50 euros están muy bien invertidos.
Lo he estado probando con el sistema operativo iOS 13, la versión 13.6. Pero todavía no lo he hecho con la 14, a la espera de la oficial.
Valoración
Rendimiento: 4
\r\nUsabilidad: 4
\r\nPrecio: 3,5
\r\nResistencia: 3,5
\r\nDiseño: 2
\r\nValoración total: 3,5
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