...Y si no, que se lo pregunten a Samsung. Su negocio de televisión ha pasado de sufrir por la pandemia a remontar con energía por la misma razón.\r\n
2020 iba a ser un buen año para los fabricantes de televisores. Año de fútbol y de Juegos Olímpicos, año para hacer negocio. Además, era el momento de explotar todas las tecnologías de las que llevamos hablando desde los últimos JJOO: 4K, 8K, HDR en todas sus modalidades, OLED, QLED... Es cierto que todo esto viene de más atrás, pero ahora es cuando estaba calentito.
Embajadores de marca, campañas de publicidad contratadas, patrocinios de equipos... todo estaba preparado y todo saltó por los aires cuando el virus se convirtió en pandemia y se empezaron a cancelar encuentros, ferias, acontecimientos deportivos...
En esa situación, la última cita con el responsable del área de televisión de Samsung, Nacho Monge, fue una paletada de pesimismo. La conclusión era que el mercado se contraería de forma importante, haste el 30%. Pero se equivocó. No sólo no va a caer, sino que va a subir un 10% con respecto a 2019.
Y es que en marzo parecía que el mundo se acababa, que todo se hundía, pero el confinamiento, la llamada a salir de casa lo imprescindible y el miedo a un nuevo confinamiento ha llevado a los consumidores a equiparse.
Y, ¿cómo se pasan las horas si no vas al cine, al teatro, no sales de casa para ver a los amigos, no vas a cenas...? Una de las formas es ver series y películas en la tele; otra, jugar; otra hablar por videoconferencia con la familia (y también por trabajo).
En esas tres ecuaciones tiene su hueco el televisor, incluso para ver tutoriales de YouTube para aprender bien cómo se hacen esas sentadillas o esas fabes... Así que este electrodoméstico ha sido, al final, uno de los beneficiados. También es verdad que en tecnología ha habido muchos: se están vendiendo más ordenadores que en los últimos años, la PS5 ha batido sobradamente las marcas de venta en Estados Unidos...
El lanzamiento de la nueva generación de videoconsolas está viviendo un efecto similar al de las teles. Primero fue el miedo a no vender y ahora el público quiere equiparse para poder aguantar encerrado en casa. Y, de paso, una buena consola exige un buen monitor... o una buena tele.
Porque lo que un aficionado a los videojuegos con una de las últimas consolas en casa, va a pedir que su tele sea, al menos 4K -mejor 8K-, que tenga un refresco de pantalla como mínimo de 120 hercios y ya, a ser posible, que la imagen se complemente con un buen sonido en el propio televisor.
Cada uno va a decir que su tele es la mejor para conectar una consola. Sony, porque fabrica también la PS5; LG porque el negro de sus paneles OLED es insuperable; Samsung porque lleva 14 años liderando el mercado y para lograrlo, hará buenas teles...
El caso es que el mercado remonta tanto que de unas caídas de hasta el 50% durante el confinamiento de marzo, se prevé terminar el año con un crecimiento de dos dígitos; entre junio y octubre subió el 30%.
Eso sí, el mercado ha cambiado. Mucho. La compra on line de televisiones ha pasado del 15% al 30%: tres de cada diez teles se vende on line. Y ahora viene el Black Friday. De hecho, la web está llena de ofertas, pero si alguien quiere comprar un televisor de Samsung, que esté atento a la página de la compañía coreana a próxima semana. "Del 23 al 30 de noviembre van a llegar nuestras mejores ofertas", dice Nacho Monge. "Se podrán ver modelos QLED por debajo de 700 euros. Incluso paneles de 75 pulgadas a 900 euros".
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