CUPRA ha aprovechado el IAA Mobility 2025 de Múnich para destapar el Tindaya, un showcar que no se conforma con anticipar formas: propone una manera distinta de relacionarnos con el coche. Bajo el lema “No drivers, no CUPRA”, la marca convierte la experiencia de conducción en el eje de un objeto pensado para emocionar, con una estética poderosa, una cabina centrada en el conductor y una interacción físico-digital que redefine cómo se leen y se sienten los elementos. Más que un ejercicio de estilo, Tindaya actúa como manifiesto de la siguiente etapa de diseño de CUPRA.
Proporciones esculpidas y una firma luminosa que “respira”
El frontal del Tindaya concentra las claves del nuevo rostro CUPRA. La conocida “front black mask” se anima con una secuencia lumínica que nace en el logotipo y se expande hacia tres triángulos —la nueva “pupila” de su mirada—, mientras un “shark nose” afilado y dos quillas aerodinámicas canalizan el flujo hacia las tomas laterales. El capó incorpora un power dome atravesado por aristas vivas que conectan visualmente con una columna en “ípsilon” en el techo, detalle estructural que actúa como columna vertebral del conjunto. El resultado es una expresión frontal reconocible, dinámica y con una cadencia lumínica que parece latir.

En proporciones, el Tindaya apuesta por una lectura muscular y “de una pieza”: 4,72 m de largo, llantas de 23’’, relación 1/3 cabina – 2/3 cuerpo y una altura libre al suelo destacada, remarcada por los pasos de rueda y el faldón inferior. La silueta combina una caída fastback con hombros traseros muy marcados y un gesto lateral en cuña que talla canales de aire tras las ruedas delanteras. Detrás, un doble alerón prolongado desde la cabina convive con una luz “coast-to-coast” de grafismo tridimensional y un difusor que cierra la narrativa aerodinámica. Es un crossover de presencia alta, pero con el gesto de un gran turismo.
Cabina: mono-cockpit, “Driver Axis” y una joya que despierta el coche
El puesto de conducción se organiza en torno al Driver Axis: un salpicadero de capas estructurales que enmarcan una pantalla libre-forma de 24 pulgadas, y un volante tipo yugo inspirado en la competición (con botones satélite de acceso directo) que despeja la vista y reduce distracciones. La consola central elevada funciona como espina dorsal del mono-cockpit: une, estructura y da continuidad táctil a gestos y apoyos. La arquitectura es 2+2 con puertas enfrentadas para favorecer el acceso, y estrena unos CUPBucket de nueva generación que reinterpretan en clave contemporánea la comodidad lounge —con ergonomía deportiva y luz envolvente—.

El conjunto se activa a través de “The Jewel”, un prisma de vidrio que hace de interfaz sensorial: despierta el vehículo, selecciona modos y modula luz y sonido para sincronizar la atmósfera con el estilo de conducción. La lectura de la información se reparte entre la pantalla central y el CUPRA Monitor+, una banda de proyección en la base del parabrisas que amplía contenidos secundarios. Tres modos de experiencia articulan la capa digital: Immersive (información esencial y gráficos mínimos al servicio del fluir), Rider (feedback dinámico —fuerzas G, velocidad— y superficies reactivas) y Tribe (conectividad, recomendaciones con IA y acceso a la comunidad CUPRA). Diseño y usabilidad emocional van de la mano.
Materiales y color: del cobre digital a la fibra natural
El color de la carrocería es un degradado mate que viaja del gris metálico profundo (eco del Atlántico) a un beige suave (tierra cálida de la montaña), una transición que enfatiza volúmenes y enlaza con el código cromático de la marca. En el techo, piezas estructurales impresas en 3D en aluminio se adaptan orgánicamente a las líneas, mientras elementos transparentes integrados en la piel —sutilmente iluminados en cobre digital— aportan esa cualidad “físico-digital” que distingue al showcar.

La materia no es decorado: es mensaje. CUPRA emplea fibras de lino Bcomp teñidas al tono de la carrocería para superficies de alto rendimiento y bajo impacto, cuero bio-atribuido en asientos y consola con gráficos paramétricos que parecen aflorar “bajo la piel”, y microfibra bronce encerada para sumar calidez táctil. El interior conserva la continuidad estructural con más aluminio impreso en 3D, y en piezas de vidrio un resplandor cobrizo actualiza la icónica firma de la marca. Diseño emocional, sí; pero también diseño responsable.
Contexto, nombre y hoja de ruta: del manifiesto al mercado
El nombre Tindaya rinde homenaje a una montaña volcánica de Fuerteventura. La referencia no es casual: su mineralidad y su coloración cobriza dialogan con la paleta y los acabados del coche, encapsulando la doble inspiración paisaje-material que CUPRA explota con coherencia. En palabras de la propia marca, este showcar encarna su visión y establece el lenguaje que veremos en la próxima generación de productos.

El mensaje es ambicioso: no es un sueño, sino una declaración de intenciones con voluntad de materializarse. Y llega en un momento de máximo impulso: entre enero y agosto de 2025 CUPRA ha entregado 216.000 vehículos (+36% interanual) y ya apunta a nuevos mercados como Oriente Medio. En paralelo, la marca confirma que el CUPRA Raval —urbano eléctrico sobre plataforma MEB+— celebrará su premiere mundial en marzo de 2026 en Barcelona antes de llegar al mercado; una pieza clave para escalar volumen mientras el Tindaya fija la dirección estética de la gama.
Lectura de diseño: qué adelanta para los CUPRA de serie
Más allá del impacto expositivo, Tindaya deja varias pistas de traslado plausible a producción:
1. Identidad frontal con más protagonismo lumínico (logotipo “vivo”, triángulos como nueva firma)
2. proporciones robustas con hombros esculpidos y gesto lateral muy marcado.
3. una cabina centrada en el conductor que ordena la información por capas y ejes (pantalla libre-forma + proyección Monitor+)
4. materiales técnicos con criterio de sostenibilidad —de la fibra natural al aluminio impreso— sin sacrificar sensorialidad.
En conjunto, una evolución hacia una estética más arquitectónica y respirada, donde luz, textura y estructura cuentan la misma historia.

Que CUPRA hable de experiencias en lugar de meros modos de conducción confirma la intención: emocionar sin perder claridad, reducir lo superfluo y elevar lo esencial. Si la marca ya había explorado este camino con proyectos como DarkRebel o con la materialidad del Tavascan, Tindaya condensa esas líneas y las orquesta en una nueva iconografía que, según la propia compañía, veremos hecha realidad dentro de poco.