Sony aprovechó la presentación de los juegos que acompañarán al lanzamiento de la PS5 para mostrar su diseño y algunos complementos, pero no cuándo llegará ni a qué precio.
De la nueva PlayStation se sabía casi todo. Técnicamente, ya habían informado de que contaría con una potencia de 10,2 teraflops, de que habían desarrollado un disco de memoria sólida de 825 gigas de capacidad y una velocidad de transferencia impresionante (5,5 gigabits por segundo), un sistema de representación de gráficos y reflejos que prometen mostrar escenarios prácticamente reales (compatibilidad con teles 8K y con paneles 4K a 120 hercios), un chip de audio específicamente desarrollado por Sony para la PS5... Se sabía casi todo menos el diseño final, precio y fecha de lanzamiento.
Ayer despejaron la primera de las dudas, el diseño. Nada que ver con la PS4, ni con la Pro. En todo caso podría recordar a la tres, pero lo que más ha llamado la atención es el color. Toda la parte central de la máquina es negra con las cubiertas blancas, como si fueran una mitra obispal. Nada más publicarse las imágenes de la máquina los comentarios entre los dos millones de seguidores que asistimos a la presentación se movieron entre admiradores y detractores. Como siempre. Aunque es muy probable que cuando la vean físicamente y no virtualmente, la percepción cambie.
El resto de las preguntas sigue en el aire. Suponemos que la fecha continúa siendo para la campaña de navidad (noviembre es un mes plausible).
En cuanto al precio, es polémico. A lo largo de la historia de PlayStation (la primera se lanzó en 1994 y, contando con la PS5, se han lanzado nueve máquinas de la serie, incluidas la PocketStation, la Portable y la Vita), Sony ha tenido algún encontronazo es este campo, por ejemplo con la PS3. Un PVP demasiado alto en el lanzamiento puede hacer que se vean obligados a rebajarlo drásticamente en pocas semanas. Se rumorea que puede estar en el entorno de los 500 euros.
Otra de las novedades, al menos para quien firma esta pieza, es que no habrá una sino dos PS5. La primera de ellas irá equipada con una unidad óptica, un Blu-Ray, mientras que la PS5 Digital no contará con ella, aunque en Sony aseguran que el catálogo de títulos para descarga o streaming "ofrecerá a los jugadores una capacidad de elección sin precedentes desde el mismo día de salida".
La PS5, según la ficha técnica que compartió Sony, cuenta con un procesador octacore a 3,5 GHz, una tarjeta gráfica con 36 CU (unidades de cálculo) a 2,23 gigahercios, GPU AMD Radeon RDNA 2, 16 gigas GDDR6 de RAM, con un disco duro de 825 gigas y una velocidad de transferencia de 5,5 gigas por segundo en bruto y ocho comprimido. Además, es compatible con almacenamiento externo y cuenta (un modelo) con un Blu-Ray 4 K UHD.
Desde que se hicieron públicas las características de la PS5, los defensores de la PlayStation por un lado y de la Xbox por otro, comenzaron a lanzarse cifras unos a otros: "la Xbox Series X es más potente porque tiene 52 unidades de cálculo y en total 12 teraflops y la PS5 solo 36 y 10,2 teraflops..." En cualquiera de los casos, la capacidad de cálculo es una auténtica barbaridad y lo que está claro es que Sony ha apostado por la rapidez, casi instantaneidad, en la transferencia de información, que es tan importante o más que la potencia de computación.
Pero la PS5 no viene sola. Al nuevo mando DualSense se le añade otro mando a distancia multimedia con micro incorporado para navegar por los contenidos, una estación de recarga para dos mandos inalámbricos DualSense, auriculares inalámbricos Pulse 3D compatibles con audio 3D y con dos micros para cancelación de ruido y una cámara HD.
La PS5, como también le sucederá a la nueva consola de Microsoft (Xbox Series X), llega en un momento en el que los ordenadores específicos para gaming, tanto de sobremesa como portátiles, están ocupando un espacio que en teoría debería haber sido para las consolas. Habrá que esperar para ver si esta nueva generación recupera su espacio bajo la tele.
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