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La Unión Europea quiere prohibir la fibra de carbono y eliminarlo en Europa a partir de 2029

La Unión Europea quiere prohibir la fibra de carbono y eliminarlo en Europa a partir de 2029

Bruselas elabora un borrador para regular y prohibir este material compuesto por ser un material peligroso y nocivo

viernes 25 de abril de 2025, 09:00h

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Los representantes de la Unión Europea en Bruselas finalmente retiran la propuesta de borrador inicial de prohibir el material de fibra de carbono en Europa a partir de 2029 debido a su peligrosidad para la salud humana y medio ambiente como medida regulatoria afectando gravemente a la industria automotriz europea que representa una gran parte significativa del consumo mundial de este material compuesto.

Prohibición del carbono en Europa

La Unión Europea ha clasificado a la fibra de carbono como “material peligroso” en el marco de las revisiones de la Directiva sobre Vehículos al Final de su Vida Útil (VFU) incluyéndolo en la lista de materiales a regular y prohibir su uso a partir del año 2029 debido a la preocupación por los riesgos para la salud y el medio ambiente que suponen los filamentos de fibra de carbono en suspensión liberados durante el reciclaje. Según los miembros del Parlamento Europeo existe un riesgo para la salud humana y medio ambiente comparado con otras sustancias nocivas como el cadmio, el cromo, el plomo o el mercurio.

El borrador publicado por el Parlamento Europeo y elaborado por la Comisión de Medio Ambiente, Clima y Seguridad Alimentaria a finales de enero de 2025 exponiendo la prohibición del material compuesto a partir del año 2029 ha sido retirado por la UE y no ha ido a más, aunque el documento contiene directrices que deben seguir los distintos fabricantes a la hora de diseñar y fabricar automóviles indicando que materiales son aptos para utilizarse como garantías de que no haya ninguna sustancia nociva para el ser humano y el medio ambiente.

El Parlamento Europeo publicó un borrador sobre la prohibición del material compuesto

La propuesta inicial clasificó la fibra de carbono como peligrosa debido a la preocupación por la posibilidad de que las fibras conductoras finas se dispersaran en el aire durante el desmontaje y reciclaje de vehículos. Estas fibras se consideraron potencialmente dañinas para la piel y las membranas mucosas humanas, y capaces de provocar cortocircuitos en la maquinaria durante el proceso de reciclaje. Según estimaciones de representantes de la UE, los finos filamentos de fibra de carbono pueden dispersarse en el aire y resultar nocivos si entran en contacto con la piel o con las mucosas, provocando un contacto doloroso, dañando las membranas y el revestimiento de los órganos, irritación, problemas pulmonares e incluso cáncer, incluyendo el riesgo de dañar las máquinas de reciclaje de dicho material durante el proceso de eliminación de vehículos. Estas fibras conductoras también pueden provocar cortocircuitos en la maquinaria durante el proceso de reciclado, lo que supone un riesgo adicional para los trabajadores.

La prohibición afectaría gravemente al sector automotriz, especialmente a Europa ya que representa una parte significativa del consumo mundial de fibra de carbono y los fabricantes japoneses dominan el mercado. El sector de los materiales compuestos o composites así como el de fibra de carbono es fundamental para la industria del automóvil con sus incontables aplicaciones y utilidades aportando un material innovador con multitud de beneficios. Esta medida ha alarmado a los fabricantes de automóviles y a los proveedores de fibra de carbono, ya que este material es apreciado por su resistencia y ligereza además de ser un 70% más ligero que el acero, cualidades cruciales para reducir el peso de los vehículos eléctricos y aumentar su autonomía.

La fibra de carbono es fundamental en la industria con incontables aplicaciones y utilidades

Este cambio de postura representa una victoria significativa para la industria automotriz, en particular para los fabricantes de vehículos de lujo, de alto rendimiento y eléctricos, que dependen en gran medida de la fibra de carbono para reducir el peso y mejorar la eficiencia. Además este hecho se produce tras la importante oposición de la industria automotriz y los proveedores globales, quienes argumentaban que la fibra de carbono es esencial para reducir el peso de los vehículos y mejorar la eficiencia, especialmente en los vehículos eléctricos. La prohibición se sugirió inicialmente debido a la preocupación por los desafíos del reciclaje de la fibra de carbono y sus posibles riesgos para la salud durante su eliminación, pero estas cuestiones se abordarán ahora por otros medios en lugar de una prohibición total. Como resultado, los fabricantes de automóviles en Europa pueden seguir utilizando fibra de carbono en sus vehículos, mientras que la UE se centra en desarrollar soluciones de reciclaje más seguras y sostenibles para este material.

Esta decisión protege a los fabricantes de automóviles, ya que esta industria, valorada en 5.500 millones de dólares y que representa el 20 % de la producción mundial, impulsa superdeportivos y vehículos eléctricos. Marcas como McLaren, Lamborghini, Ferrari, Pagani o Koenigsegg utilizan chasis monocasco de fibra de carbono. Los vehículos eléctricos de BMW, Hyundai y Tesla la utilizan para aumentar la autonomía reduciendo el peso. Este cambio, impulsado por las ventajas de la fibra de carbono que superan las preocupaciones sobre su eliminación, ahorra a los fabricantes de superdeportivos y vehículos eléctricos la costosa adaptación a materiales más pesados ​​como el aluminio, preservando así el rendimiento de los modelos de alta gama. La resistencia de la industria probablemente influyó en la UE, consolidando el papel de la fibra de carbono en el diseño automotriz.

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Producción indispensable

La producción de automóviles mundiales representa hasta el 20% del uso total de la fibra de carbono, con 5.480 millones de dólares en 2024 y se prevé alcanzar los 17.080 millones de dólares en 2035, con vistas a reducir el peso y añadir rigidez en diferentes piezas del automóvil logrando la máxima ligereza y resistencia posible. Los tres grandes productores japoneses, Toray Industries, Mitsubishi Chemical y Teijin, controlan más del 54% de la producción mundial de la fibra de carbono y la gran mayoría de sus clientes son empresas europeas por lo que es un material indispensable actualmente en cada inventario de los fabricantes.

Gran parte de la producción mundial de fibra de carbono está controlada por tres grandes empresas japonesas

Este material compuesto se ha convertido en un punto de inflexión para el sector automotriz además de ser uno de los mayores avances en tecnología. Comenzó siendo imprescindible en la competición pero poco a poco fue ganando terreno y se introdujo en los automóviles de producción además de utilizarse en multitud de sectores como el de la óptica, artículos deportivos, accesorios, aeroespacial, defensa, energía eólica, construcción, etc.

Historia de la fibra de carbono en la automoción

La fibra de carbono debutó en la Fórmula 1 en 1971 de manera experimental inicialmente a manos de la escudería británica McLaren, pero una década más tarde, en 1981, el material se introdujo de manera oficial con el McLaren MP4/1, el primer monoplaza fabricado con el chasis de fibra de carbono. Desde ese momento, todas las escuderías de F1 comenzaron a adoptar este material compuesto para los desarrollos de sus chasis.

Comparativa de chasis de fibra de carbono entre el modelo MP4-12C y el monoplaza MP4/1 de Fórmula 1

Durante las décadas siguientes, marcas de superdeportivos como Ferrari, Lamborghini y Porsche empezaron a utilizar la fibra de carbono en elementos estructurales, carrocerías o interiores. En 1987, Lamborghini desarrolló el prototipo Lamborghini Countach Evoluzione Concept, un vehículo conceptual con el que se reflejaba la innovación de los materiales compuestos aunque nunca llegó a presentarse oficialmente. Más tarde, en 1991, Jaguar presentó el modelo Jaguar XJR-15 como el primer modelo de producción con carrocería y chasis de fibra de carbono de serie. En ese mismo año, fue Bugatti quién desarrolló su modelo exclusivo EB110 que cuenta con un monocasco de fibra de carbono de tan solo 125 kilogramos de peso. La fibra de carbono fue proporcionada por la compañía aeroespacial Aerospatiale, reflejando una avanzada tecnología integrada en su carrocería, que además del carbono también estaba compuesta por aluminio, fibra de aramida y plásticos reforzados con fibras. Al año siguiente,en 1992, el icónico modelo McLaren F1 contaba ya con un chasis monocasco de fibra de carbono, algo inaudito en un automóvil homologado para la carretera.

A finales de los años 90, las marcas alemanas BMW, Mercedes-Benz y Audi también experimentaron con este material, exclusivamente destinado para el desarrollo de versiones deportivas y ediciones limitadas como los modelos BMW M3 E36 GT, Mercedes-Benz CLK GTR o Audi S6 Plus. Con la mejora de los procesos de producción, el uso de la fibra de carbono se hizo más accesible, desde entonces se ha convertido en un elemento imprescindible para las marcas de automóviles deportivos y también ha acabado en modelos menos exclusivos como parte de paquetes especiales.

Edición limitada Mercedes-Benz CLK GTR con chasis de fibra de carbono

En la década de 2010, BMW presentó los modelos i8 e i3 marcando el inicio de la era de automóviles electrificados con estructuras de fibra de carbono producidas en masa. También, marcas como Tesla, Polestar y Koenigsegg han llevado la fibra de carbono a nuevos niveles de producción o diseño extremo. Hoy en día, la fibra de carbono se ha convertido en un símbolo de sofisticación y tecnología aunque no solo se asocia con el alto rendimiento sino también con sostenibilidad.

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