En 1959, poco después de que Europa se recuperase de la posguerra, entraba en una nueva era de prosperidad. El DS Le Caddy era un objeto de refinamiento capaz de captar todas las miradas en los salones parisinos. Con su línea depurada que conservaba la esencia del revolucionario DS, con la posibilidad de disfrutarse a cielo abierto y una silueta totalmente adelantada a la época.
El Nacimiento de una Revolución Descapotable
La década de 1950 marcó un punto de inflexión decisivo para la industria automotriz francesa: mientras la producción en serie transformaba radicalmente el panorama automovilístico, asistimos al ocaso de una era dorada. Los grandes ateliers artesanales que habían forjado la leyenda de la "carrocería francesa" durante las décadas de 1930 y 1940 cerraban sus puertas uno tras otro, víctimas de una nueva realidad industrial que parecía no tener lugar para el arte de la personalización.
En este contexto de transformación implacable, solo un nombre logró resistir la marea: Henri Chapron. Su supervivencia no fue fruto del azar, sino de una visión extraordinaria que le permitió reconocer en el Citroën DS una oportunidad providencial. Donde otros veían únicamente un automóvil de gran serie, Chapron percibía un lienzo perfecto para su arte.

El DS, pese a su vocación de producción masiva, conservaba una elegancia innata y una arquitectura sorprendentemente maleable. Su plataforma innovadora y sus elementos ensamblados mediante tornillería ofrecían al carrocero experimentado posibilidades infinitas de transformación. Era como si los ingenieros de Citroën hubieran diseñado, sin saberlo, el automóvil ideal para la personalización artesanal.
Con la intuición del verdadero artista, Chapron no tardó en actuar. Apenas tres años después del triunfal debut del sedán en el Salón de París de 1955, Chapron presentaba el La Croissette.
La antesala del Le Caddy
En octubre de 1958, Henri Chapron presentó en el Salón de París su primer DS descapotable: literalmente un sedán sin techo. Conservaba cuatro asientos pero había perdido las puertas traseras, compensando con delanteras alargadas que revelaban uniones poco elegantes entre paneles soldados.
El desafío técnico era considerable. Sin estructura superior, el DS perdía rigidez, obligando a Chapron a soldar refuerzos metálicos en los zócalos y mantener la plataforma trasera estructural. Para disimular estos compromisos, recurría abundantemente a accesorios cromados.

Disponible en base ID o DS con múltiples personalizaciones, sedujo a una élite dispuesta a pagar más de 800.000 francos. La construcción artesanal garantizaba ejemplares únicos, con Chapron experimentando constantemente en la curva lateral, incluso empleando poliéster cuando la chapa no bastaba.
En febrero de 1959 nació oficialmente La Croisette, con importantes mejoras: eliminación del marco trasero en favor de una estructura en arco más ligera, respaldo más bajo que permitía ocultar completamente la capota plegada, y un perfil considerablemente más elegante. La Croisette se produjo hasta 1962 con exactamente 52 ejemplares, aunque la mayoría se fabricó antes de 1961, cuando Citroën lanzó su descapotable oficial a un precio más competitivo.
Un diseño revolucionario
El Le Caddy era una interpretación refinada del concepto "barchette" aplicado al DS, manteniendo la esencia aerodinámica del sedán original mientras añadía la elegancia de un descapotable de gran turismo. Su línea lateral fluida, interrumpida únicamente por la suave curva de la capota plegada, creaba una silueta tan armoniosa como funcional.

Entre sus características más destacadas se encontraba la perfecta integración de la capota de lona, que no comprometía las líneas del DS original. La parte trasera había sido completamente rediseñada con un panel posterior de una sola pieza, una solución mucho más elegante que su predecesor La Croisette. Los primeros modelos ofrecían asientos únicamente para dos pasajeros, pero a partir de 1960 se alargaron las puertas delanteras, mejorando significativamente las proporciones del diseño.
El interior mantenía el lujo característico de Chapron con tapicería de cuero mejorada, detalles en madera pintada en la parte inferior del salpicadero y acabados que rivalizaban con los mejores automóviles de lujo de la época.
El legado del Le Caddy
Para competir con Citroën, Chapron presentó el Palm Beach, corrigiendo los errores estilísticos de La Croisette. La nueva capota liberaba los laterales, ofreciendo más luminosidad interior y un diseño más elegante que el descapotable oficial, cuya lona resultaba excesivamente alta por los arcos de sujeción.

A partir de 1965, el Palm Beach se distinguió aún más con guardabarros traseros inspirados en el Facel Vega y discretos alerones. La versión de 1968 recibió el nuevo frontal. Aproximadamente 30 unidades del Palm Beach salieron de los talleres de Levallois hasta finales de los años 60.
Pese a la competencia de Citroën, el Palm Beach fue un notable éxito comercial, demostrando que la exclusividad artesanal mantenía su atractivo entre los conocedores.
Técnica innovadora
El Citroën DS representó una auténtica revolución técnica que transformó la industria automotriz del siglo XX. Su corazón tecnológico residía en el innovador sistema hidráulico que alimentaba múltiples funciones del vehículo. La suspensión hidroneumática combinaba la fuerza hidráulica con la compresibilidad del nitrógeno, utilizando aceite presurizado por una bomba accionada por el motor para proporcionar un confort de rodadura excepcional y una capacidad única de adaptación al terreno.

Este sistema hidráulico centralizado no se limitaba a la suspensión. Alimentaba también la dirección asistida, la caja de cambios semi automática con mando hidráulico,además de los frenos. De esta forma se convertía el DS en el primer automóvil de serie que integraba tantas innovaciones en un solo sistema. El fluido hidráulico LHS (Liquide Hydraulique Synthétique), LHM (Liquide Hydraulique Minéral) a partir de 1967, circulaba a alta presión a través de un complejo circuito de válvulas, acumuladores y distribuidores, permitiendo que el conductor controlara la altura del vehículo mediante un selector y disfrutará de una conducción sin esfuerzo gracias a la servodirección. Fue pionero en incorporar frenos de disco en las cuatro ruedas, otra innovación que se generalizaría décadas después, completando un conjunto técnico que situaba al DS décadas por delante de su época.
Sin embargo, la mecánica motriz constituyó paradójicamente el punto más conservador de esta sinfonía tecnológica. Bajo el capó futurista latía un corazón convencional: un cuatro cilindros en línea de arquitectura tradicional, con cilindradas que oscilaban entre 1.911 y 2.175 cm³. Su construcción en hierro fundido con culata de aleación ligera y árbol de levas lateral contrastaba con la vanguardia del resto del vehículo. La alimentación, confiada inicialmente a carburadores dobles Weber y posteriormente a inyección electrónica Bosch, proporcionaba potencias modestas de 80 a 110 CV según las versiones. Esta discreta potencia específica, aunque suficiente para las prestaciones de la época, parecía desproporcionada frente a la sofisticación técnica que caracterizaba al resto del automóvil, creando una curiosa dualidad entre innovación revolucionaria y prudencia mecánica.

Historia del chasis 4376016
El equipo de CarDesign.es tuvo el privilegio de contemplar esta joya automovilística durante el prestigioso Concorso d'Eleganza Villa d'Este, donde pudimos apreciar de primera mano la extraordinaria belleza y el impecable estado de conservación de este ejemplar.
Este DS21 Le Caddy es el primer ejemplar de la serie con el nuevo frontal introducido por Citroën para el año modelo 1968, y el único que permanece en perfecto estado de funcionamiento.
Henri Chapron, adquirió este vehículo directamente de Citroën Francia SA el 21 de junio de 1967, siendo entregado a su taller en Levallois el 21 de julio del mismo año. Este dato es realmente impresionante, dado que Chapron tuvo acceso a un modelo 1968 con el nuevo frontal diseñado por Robert Opron meses antes de su presentación oficial.

A diferencia de sus trabajos habituales por encargo, este DS fue una producción personal de Chapron, presentado como prototipo en el Salón del Automóvil de octubre de 1967 en Porte de Versailles, París. El vehículo sirvió como modelo para el catálogo de Chapron, con fotografías tomadas en el Bosque de Boulogne. Durante la exposición en París, el automóvil fue vendido a su primer propietario, Guy Marty residente en Toulouse, quien lo recibió el 22 de noviembre de 1967. La combinación de colores original era un elegante bicolor: Rojo Real sobre Negro con interior beige.
En octubre de 1973, Marty vendió el DS a Albertine Baume y su hermano, propietarios de un garaje en Gap. Los nuevos dueños utilizaban el vehículo únicamente durante los veranos en el sur de Francia, manteniéndolo almacenado en seco durante el invierno. Un descuido con el anticongelante durante un invierno especialmente frío provocó la rotura del motor, que fue posteriormente reemplazado.

Durante la década de 1980, el automóvil sufrió modificaciones estéticas: fue repintado en marrón claro y se retiraron todos los cromados. El 29 de diciembre de 1988, Albertine vendió el DS a un concesionario alemán en Hamburgo, incluyendo en la venta las piezas cromadas originales y el codiciado tablero Jaeger. En marzo de 1989, el vehículo pasó a manos de Thomas Hermann, quien lo cuidó meticulosamente y lo utilizó sólo durante los meses de verano.
En 2004, el DS fue adquirido por Nico Michon, reconocido coleccionista de Citroën en Bélgica. Michon emprendió la tarea de restaurar la apariencia original del vehículo, repintándolo en negro y rojo, y reinstalando los cromados.

El propietario actual, otro entusiasta de Citroën, adquirió el DS en 2007. A pesar de su buen estado, decidió realizar una restauración completa respetando al máximo la originalidad del vehículo.
La restauración, iniciada en 2009 y completada tres años después, fue ejecutada por Garage Blikwerk de Drachten, Holanda, especialistas reconocidos en la restauración de DS Cabriolets y Chapron. Durante la restauración, el interior fue retapizado con el mismo cuero beige que utilizaba Henri Chapron, y el automóvil fue repintado en Azul Royale, un color oficial de Chapron de 1967, mientras que la capota fue terminada en azul oscuro.
Que simbolizan a día de hoy las creaciones de Chapron?
Las piezas artesanales creadas por Henry Chapron representan hoy en día el legado de uno de los talleres de carrocería más prestigiosos de la historia francesa. Cada unidad que salió de sus instalaciones —ya sea un Citroën DS, un Talbot-Lago o un Delage— se ha convertido en una obra de arte rodante de excepcional valor.
Dentro del universo Citroën, estos vehículos gozan de una admiración especial entre aficionados y coleccionistas. Su prestigio ha trascendido el círculo especializado, ganando cada vez mayor reconocimiento entre el público general gracias a su presencia destacada en subastas internacionales, concursos de elegancia y eventos automovilísticos de primer nivel.

La cotización de estos modelos presenta una complejidad particular que depende de múltiples factores como el año de fabricación, dado que las diferencias técnicas y estéticas entre años influyen significativamente en el valor. Dependiendo del modelo, variantes como Le Caddy, La Croisette o Palm Beach tienen valoraciones distintas o el estado de conservación dado que es un factor determinante en cualquier vehículo clásico.
La valoración del DS Le Caddy resulta especialmente compleja debido a la escasez de referencias recientes en el mercado. En los últimos cinco años, únicamente se ha subastado una unidad: un ejemplar restaurado por DS Manufaktur —el único taller del mundo que opera bajo licencia Chapron— que alcanzó los 151.200 dólares en una subasta de RM Sotheby's celebrada en Miami el año pasado.
Las subastas anteriores de este modelo mostraban valoraciones considerablemente superiores, oscilando entre 180.000 y 300.000 euros. Sin embargo, se trataba de unidades excepcionales, como el ejemplar que Chapron presentó en el Salón de París de 1961, lo que explica estas cifras más elevadas.

El DS Le Caddy nos parece uno de los descapotables más elegantes del siglo XX, posiblemente infravalorado en el mercado actual. Su rareza, tecnología avanzada para la época y diseño vanguardista le otorgan un potencial de atracción superior al de muchos clásicos contemporáneos más cotizados.
¿Consideran la adquisición de un DS Le Caddy antes que un descapotable italiano de la misma época? Esta pregunta invita a reflexionar sobre los valores del coleccionismo automovilístico: ¿prima la exclusividad francesa o el glamour italiano?