Sauber afronta el Gran Premio de Las Vegas con una livery especial que no solo celebra la última fase de su asociación con Stake, sino que marca también el cierre de una etapa histórica.
La escudería suiza aprovechará la cita nocturna para lucir “Final Lap”, un diseño que incorpora un motivo de bandera de cuadros como gesto explícito de despedida en su transición hacia Audi. El contexto no pasa desapercibido: las tres décadas del nombre Sauber en Fórmula 1 llegan a su fin, y Las Vegas se convierte en un escenario idóneo para subrayar ese mensaje.
“Las Vegas respira espectáculo, energía y empuja los límites de lo que es posible”, explica Jonathan Wheatley, director del equipo. A su juicio, la livery “representa exactamente eso” y funciona como tributo a Stake y al camino recorrido juntos.

Verde, negro y una despedida integrada en la superficie
El C45 que pilotan Nico Hülkenberg y Gabriel Bortoleto mantiene su base reconocible: la combinación entre verde fluorescente y negro, pero introduce una intervención gráfica de mayor carga simbólica. La bandera de cuadros aparece en zonas estructurales del monoplaza: alerón delantero, morro, halo, pontones y alerón trasero. Su presencia no ocupa la superficie como un estampado continuo, sino que se despliega en bloques que recorren las áreas de máxima visibilidad.
La lectura resulta clara: el patrón clásico del automovilismo se convierte en elemento narrativo, una forma de señalar que el equipo entra en su recta final. Sauber describe esta propuesta como un tributo visual al legado acumulado y a la última fase junto a Stake, que concluirá tras el Gran Premio de Abu Dhabi. La livery no pretende reiniciar el lenguaje gráfico del coche, sino cerrar una línea temporal.
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“Final Lap”: identidad y mensaje
El nombre elegido condensa tanto la emoción del momento como el tono del diseño. “El ‘Final Lap’ captura el espíritu de un equipo que lucha y celebra cada hito a medida que se acerca el final de la temporada”, afirma Wheatley. La frase resume el enfoque: no se trata de un adorno estético, sino de una narrativa aplicada a la superficie.
El verde fluorescente, color característico del Stake Sauber, se mantiene en un degradado que fluye hacia el negro. La bandera de cuadros aparece como capa superior, sin cubrir por completo los tonos originales. La composición permite que ambos lenguajes, la identidad Stake y el cierre de ciclo, convivan sin competir por el protagonismo.
En este contexto, Las Vegas multiplica el impacto visual de cualquier livery, especialmente en un coche donde el contraste define la lectura. El C45, al combinar superficies oscuras con zonas de alta saturación, recoge la luz artificial del Strip con una presencia más marcada que en otros circuitos nocturnos. La bandera de cuadros, aplicada en zonas elevadas, funciona como un gesto visual que acompaña el movimiento: los patrones se distorsionan en aceleración y frenada, creando un efecto dinámico que aprovecha la geometría del coche.

Para Sauber, la cita estadounidense no podía pasar desapercibida. “Estamos listos para darlo todo en nuestras últimas vueltas”, defiende el equipo en redes al presentar el diseño.
El diseño especial llega en un momento significativo. La estructura Stake Sauber finalizará al término de 2025, mientras la llegada de Audi en 2026 coincidirá con un cambio profundo del reglamento técnico. No se trata únicamente de un cambio de imagen corporativa: es un punto de inflexión para un equipo que ha alternado denominaciones, socios y plataformas durante treinta años. El conjunto suizo completa con esta pieza su tercera intervención gráfica de la temporada, tras las versiones vistas en Miami y España.