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MINI y Deus Ex Machina presentan dos show cars únicos en IAA Mobility 2025
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MINI y Deus Ex Machina presentan dos show cars únicos en IAA Mobility 2025

MINI y Deus Ex Machina presentan dos show cars únicos en IAA Mobility 2025

El Skeg eléctrico y el Machina de combustión celebran la historia racing de MINI con diseño artesanal

Por Álvaro Muro Duñabeitia
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alvaromurocardesignes/10/10/20
viernes 05 de septiembre de 2025, 15:53h

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La relación entre MINI John Cooper Works y Deus Ex Machina se materializa en dos show cars que miran a la competición con la irreverencia del custom: The Skeg (eléctrico) y The Machina (gasolina). Ambos se presentan durante IAA Mobility 2025 en Múnich, con una “MINI JCW x DEUS Night” el 6 de septiembre y exposición pública hasta el día 14, y llegan como piezas únicas: no se venderán, pero marcan territorio en diseño y cultura de marca

Dos mundos, una firma común

Los dos conceptos parten de un MINI JCW actual: el eléctrico anuncia hasta 190 kW (258 CV) y el térmico declara 170 kW (231 CV). Son cifras conocidas en la gama y aquí sirven de marco para entender el contraste de carácter entre ambos: costa frente a circuito; silencio y fibra frente a ruido y mecánica a la vista. La X en el techo funciona como “firma” de co-creación entre MINI y Deus; por dentro, costuras visibles, palancas tradicionales y conmutadores de tipo “toggle” sustituyen la pulcritud de alto brillo por una estética decididamente raw.

Detalles del The Machina y The Skeg respectivamente

El proyecto ha contado con el empuje creativo de Designworks (filial del BMW Group), y con la dirección artística de Carby Tuckwell (Deus) y Matt Willey en el lenguaje gráfico. El resultado es una pareja que respira artesanía, grafismo de competición y funcionalidad honesta, justo donde MINI quiere reforzar su relato para la era eléctrica sin perder ADN JCW.

The Skeg: surf, fibra y silencio

The Skeg toma prestada la filosofía del surf —materiales, texturas y maneras de usar el espacio— y la traduce a un JCW eléctrico de gesto limpio y rebelde. La carrocería luce un amarillo vivo con plata, pasos de rueda ensanchados, parrilla iluminada y un alerón de techo de corte deportivo. La clave técnica está en los paneles semitranslúcidos de fibra de vidrio, que recortan alrededor del 15% del peso y, al mismo tiempo, generan un juego de luces cambiante con la hora y el entorno.

Trasera de The Skeg

Detrás aparece el Flex Tip Surf Spoiler, un apéndice que responde al flujo de aire como la carena cóncava de una tabla sobre la ola: redirige la corriente, genera sustentación y convierte el gesto de diseño en función. Sobre el techo, correas de tensión recuerdan el ritual de amarrar la tabla tras una sesión. Dentro, la salpicadera de fibra de vidrio adopta soluciones de construcción de tablas, y los baquets tapizados en neopreno conectan por tacto y uso con la cultura surf. Incluso hay bandejas de fibra pensadas para trajes húmedos. Minimalismo con propósito, sin perder el guiño lúdico propio de MINI.

Interior de The Skeg

The Machina: sangre de circuito

Si el Skeg huele a salitre, The Machina huele a gasolina y gomas calientes. Es un JCW de combustión bajo en altura, con 231 CV y toda una iconografía de rally: ensanches clásicos, cuatro faros adicionales en el capó, y una librea en rojo, blanco y negro con rotulación Deus. La zaga adopta un difusor inspirado en el JCW de carreras del Nordschleife; además de la pose, busca optimizar el flujo y la estabilidad, rematado por un escape central que hace del sonido protagonista. Por delante, parrilla específica y marcos de faros perforados favorecen la refrigeración. Arriba, un alerón tipo Can-Am aporta memoria de tiempos en los que la innovación rompía moldes a cada vuelta.

Trasera de The Machina

El interior es un manifiesto mecánico: jaula vista, arneses de cinco puntos, chapas de aluminio crudo en el piso y puertas aligeradas con la gran X como trazo gráfico. Nada de menús interminables: conmutadores directos, botones con funciones únicas y una palanca de freno hidráulico sobredimensionada traducen pensamiento en acción. Es la defensa del control analógico en un mundo saturado de pantallas.

Interior de The Machina

Gráfica con pedigrí: Deus, Willey y el #37

La decoración de ambos coches no es casual. Deus y Matt Willey —diseñador inglés afincado en Brooklyn y socio de Pentagram— llevan años colaborando en proyectos que beben de las libreas históricas de competición. En 2023 firmaron un Mini Cooper S de carreras con referencias directas a los años dorados de Montecarlo: tipografías personalizadas, mapas de ruta, notas de navegante y heráldica. El número 37 aparece como emblema: el dorsal con el que Paddy Hopkirk logró la primera victoria absoluta del Mini en 1964, mito fundacional de la épica del pequeño británico.

The Machina y The Skeg respectivamente

Ese equilibrio entre herencia y cultura contemporánea es el pegamento del proyecto. Grafismos que conectan a la comunidad, que se leen en una moto custom o en una sudadera tanto como en un MINI JCW. A nivel de marca, el mensaje es claro: el diseño no es adorno; es lenguaje que mantiene vivo el vínculo entre competición, calle y estilo de vida.

IAA Mobility: estreno, calendario y colección cápsula

La primera parada pública de la colaboración es IAA Mobility 2025. El MINI Pavilion acoge una noche de estreno el 6 de septiembre, y la muestra se mantiene hasta el 14 de septiembre, en paralelo al calendario oficial del salón: Open Space abierto a la ciudad del 9 al 14 y Summit profesional del 9 al 12 (con día de prensa el 8). Además, el 8 de septiembre se lanza una colección cápsula MINI x Deus con distribución global posterior en los canales de Deus.

Son show cars no destinados a producción. No pasa nada; su papel es otro. Señalan hacia dónde quiere moverse MINI en términos de actitud: materiales honestos, controles esenciales, gráfica con relato, y una convivencia natural entre JCW eléctrico (258 CV) y JCW de gasolina (231 CV) dentro de un mismo universo.

Frontal de The Machina

¿Por qué importa?

Porque el mercado necesita más que fichas técnicas, necesita carácter. El Skeg demuestra que la electrificación puede ser emocionante con lo táctil y lo lúdico; el Machina, que el placer analógico sigue vigente cuando todo está bien ajustado y aligerado. Juntos, recuerdan que el diseño es una conversación con la comunidad, no un escaparate de brillo perfecto.

Y porque el ADN MINI —ese espíritu de David contra Goliat que nació en los tramos de Montecarlo— sigue siendo un activo potente para contar coches que se sienten tanto como se miden. Si te gusta el diseño que habla de algo más que de cifras, esta dupla es una buena noticia.

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