Audi ha presentado en Múnich el R26 Concept, un ejercicio de color, material y superficie que adelanta la identidad con la que la marca alemana aterrizará en la Fórmula 1 a partir de 2026.
El prototipo fija la lectura estética del futuro monoplaza y sintetiza una filosofía visual que evita la acumulación gráfica, para centrar la atención en forma, proporción y textura.
La propuesta surge en paralelo al despliegue técnico que Audi ha construido desde 2022 para preparar su entrada en la categoría reina: centro de unidades de potencia en Neuburg, ingeniería de chasis y operaciones deportivas en Hinwil, y un nuevo Technology Centre en Bicester para conectar con el ecosistema de la Motorsport Valley británica.
El lanzamiento ha contado con Gernot Döllner, CEO de Audi; Mattia Binotto, responsable del proyecto de Fórmula 1; Jonathan Wheatley, director del equipo; y los pilotos Nico Hülkenberg y Gabriel Bortoleto, que inaugurarán la etapa Audi.
“Motorsport es parte del ADN de Audi y siempre ha impulsado la innovación”, defiende Döllner. Binotto, por su lado, ha concretado el horizonte: “El objetivo es claro: luchar por campeonatos en 2030”.
Nuevo reglamento F1 2026: claves y dudas críticas
Leer más
Así será el Audi R26
El R26 Concept construye su identidad a partir de un sistema cromático de tres tonos: titanio, negro carbono y rojo Audi. La superficie principal recurre al titanio, un metalizado cálido que varía sus matices según la luz y que ofrece un punto medio entre sofisticación técnica y presencia visual en retransmisión.
El negro carbono, por su parte, no es pintura: la fibra queda expuesta bajo un barniz liso que revela la trama y subraya la función estructural. En este diálogo, el rojo Audi aparece como un acento selectivo en zonas de valor expresivo, como el halo, los perfiles aerodinámicos y las áreas de entrada de aire, y, sobre todo, en los cuatro aros, que abandonan su tradicional acabado plateado para adoptar un código cromático exclusivo para la Fórmula 1.

Las transiciones entre titanio y carbono no se aplican como gráficos añadidos, sino como cortes que siguen la arquitectura del coche. Líneas de fuerza, límites de curvatura y particiones aerodinámicas determinan el trazado, por lo que el tratamiento superficial refleja la lógica interna del monoplaza. El resultado es un cuerpo visualmente limpio, con una lectura continua que evita el ruido habitual de las decoraciones complejas.
El lenguaje exterior se articula mediante cortes precisos que traducen la ingeniería en lectura visual. Cada transición sigue un elemento funcional: el borde de un pontón, el cambio de presión en un canal aerodinámico o la unión entre paneles de carga.

Audi describe este enfoque como diseño por sustracción: en lugar de añadir grafismos, el monoplaza expone la estructura como componente estético, algo que ayudará significativamente a mantener bajo regla el peso del monoplaza.
Esta aproximación resuelve uno de los retos del reglamento 2026: la aerodinámica activa. Los alerones delanteros y traseros podrán modificar su incidencia, por lo que cualquier decoración demasiado dependiente de un ángulo concreto perdería coherencia. El R26 Concept evita este problema al anclar su lenguaje a la geometría constante del chasis. El resultado mantiene identidad incluso cuando los elementos móviles alteran el flujo.

El nuevo marco normativo de la Fórmula 1 introduce cambios relevantes en proporciones y masa. El monoplaza reduce su batalla a 3,40 metros, estrecha su anchura a 1,90 metros y rebaja el peso mínimo a 768 kilogramos. A su vez, el reparto energético se equilibra: el MGU-K pasa a 350 kW, igualando la contribución del motor de combustión. Estas modificaciones alteran volúmenes, exigencias térmicas y distribución interna, por lo que la carrocería debe reinterpretar entradas de aire, cordones estructurales y recorridos internos de refrigeración.
Audi convierte estas exigencias en recursos visuales. La mayor compacidad favorece un cuerpo más vertical y una lectura más ágil. La ausencia de grafismo superpuesto intensifica esa sensación.

Con ello, la estética resultante recuerda la claridad de los monoplazas de gran premio de los años sesenta, aunque con una materialidad que remite a las tecnologías contemporáneas.
La propuesta utiliza el tratamiento de las superficies como herramienta narrativa. El titanio recurre a un acabado semibrillo que preserva la profundidad del metal y evita reflejos excesivos. La fibra de carbono se barniza de forma uniforme para mantener su eficiencia aerodinámica, sin perder la textura. El rojo adopta un alto brillo que asegura visibilidad y ancla el recorrido de la mirada.
Esta jerarquía establece un orden claro: primero los acentos rojos, luego el campo titanio y finalmente la profundidad del carbono. La secuencia permite al espectador interpretar el objeto a diferentes distancias y mejora la lectura televisiva en situaciones de lluvia, luz artificial o planos aéreos.

La estructura deportiva
La presentación del R26 Concept coincide con la consolidación del ecosistema técnico que Audi ha desarrollado para su entrada en Fórmula 1. Neuburg se encarga del grupo propulsor híbrido, Hinwil asume chasis y operaciones de pista, y Bicester actúa como nodo para integrar conocimiento de ingeniería, fabricación y materiales. La compañía interpreta la Fórmula 1 como un proceso a largo plazo, donde la infraestructura pesa tanto como el rendimiento inmediato.

Hülkenberg y Bortoleto conforman la primera alineación de la etapa Audi. El alemán aporta experiencia y capacidad de adaptación; el brasileño, progresión y un perfil que conecta con nuevas audiencias. “Formar parte de Audi supone un sueño para mí… Vivo mi sueño de pilotar en Fórmula 1 con un equipo que construimos desde cero”, destaca Bortoleto.
Hülkenberg, tras lograr su primer podio en Silverstone el pasado verano, ha valorado positivamente el ambiente interno: “Se percibe que algo grande ocurre aquí. Esta es una travesía larga, y eso me motiva”.
Patrocinios limpios y una identidad cuidada
El sistema visual incluye una tipografía de corte geométrico que se integra con las líneas del coche. Los dorsales priorizan legibilidad en condiciones de alta velocidad y coherencia en soporte digital. La estrategia de patrocinio sigue el mismo enfoque que el tratamiento de superficies: pocos elementos, bien integrados y sin interferir en la estructura. La reducción de capas gráficas convierte cada espacio disponible en un soporte de alto valor comunicativo. 
Audi evita así la saturación, muy frecuente en la parrilla actual, y construye una identidad que opera con la lógica del blanco en el diseño gráfico: cuanto más vacío, más relevancia adquiere lo que se muestra.
La identidad del R26 Concept se extiende a la indumentaria del equipo, la arquitectura del motorhome, la organización del garaje y las plataformas digitales. La ropa técnica utiliza los mismos cortes y la misma triada cromática. El motorhome recurre a superficies claras combinadas con titanio y acentos rojos para construir una atmósfera coherente. El garaje utiliza carbono y aluminio en mobiliario y herramientas, con iluminación selectiva en rojo para reforzar la lectura espacial.
Incluso el merchandising, la aplicación oficial y los contenidos visuales trasladan este sistema a su propia escala. La idea consiste en que cualquier punto de contacto, desde una camiseta hasta un plano interior del box, forme parte del mismo relato visual.