Mazda ha presentado una nueva versión de su logotipo corporativo, una reinterpretación de su icónico símbolo alado que refleja la transición de la marca hacia la era digital.
El estreno ha tenido lugar en el Japan Mobility Show 2025, donde la firma de Hiroshima ha mostrado al mundo su nueva identidad visual, que mantiene el espíritu de la original, pero con una ejecución más limpia y contemporánea.
El rediseño conserva la forma básica introducida en 1997, una “M” estilizada que evoca alas en pleno vuelo. Este emblema, concebido como metáfora de dinamismo y renovación constante, simboliza el compromiso de Mazda con la innovación, la artesanía y el progreso técnico. En palabras de la compañía, el nuevo diseño busca “expresar la alegría de conducir bajo el valor central de ser radicalmente humano”. “El nuevo símbolo encarna nuestra creencia inquebrantable en la evolución continua”, señala la compañía.
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Un diseño más plano, preciso y digital
A diferencia de la versión metalizada que debutó en 2018, el nuevo logotipo adopta una apariencia más plana y geométrica. El relieve y los brillos cromados dan paso a superficies lisas y contrastes sutiles que mejoran la legibilidad en pantallas y soportes digitales. El objetivo, explican desde la marca, ha sido “potenciar la visibilidad en entornos online sin perder el sentido de movimiento y profundidad que caracteriza al emblema”.
Esta simplificación no implica una pérdida de identidad. Por el contrario, la pureza formal resalta la elegancia atemporal del símbolo, diseñado originalmente para transmitir fluidez y equilibrio. En esta versión, la proporción entre el óvalo y las alas se afina para mantener armonía visual, mientras que el trazo de la “M” se vuelve más audaz, con curvas más limpias y un contraste gráfico mejor definido.
El rediseño viene acompañado de un nuevo wordmark (logotipo tipográfico) que adopta un estilo más contemporáneo. Las letras del nombre Mazda se han estilizado para reforzar su legibilidad en soportes digitales y aplicaciones móviles, manteniendo la coherencia con el emblema principal.
Desde su introducción hace casi tres décadas, el símbolo alado ha evolucionado como reflejo del propio crecimiento de Mazda. En 1997 representaba el impulso de la marca por redefinir su filosofía de diseño; en 2018 abrazó la tridimensionalidad y los reflejos metálicos propios del premium design; y ahora, en 2025, se adapta a un lenguaje visual dominado por la digitalización y la sostenibilidad gráfica.
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