Han pasado casi seis años desde que el De Tomaso P72 iluminara el paddock de Goodwood con su silueta sensual y su romanticismo mecánico. Entonces era un concepto, un tributo de piel de carbono al espíritu de los años 60. Hoy, aquel sueño se ha materializado en una forma definitiva: la versión de producción ha sido revelada, y no ha perdido ni un gramo de alma. Más bien al contrario, se ha convertido en una rareza moderna y en uno de los coches más bellos de los últimos años.
Una escultura analógica con alma de 1965
Desde su primer prototipo, el P72 enamoró por su silueta inspirada en las máquinas de Le Mans de 1965, especialmente el De Tomaso P70 diseñado por Peter Brock en colaboración con Carroll Shelby. La versión de producción no ha traicionado esa promesa. Al contrario: la fidelidad al concepto es sorprendente. Las líneas voluptuosas, los pasos de rueda esculpidos y las proporciones casi orgánicas se mantienen intactas, como si el tiempo no hubiera pasado desde su primer esbozo.
Diseñado por Jowyn Wong, el P72 parece haber escapado de una época dorada del automovilismo para convertirse en objeto de deseo contemporáneo. La carrocería, completamente en fibra de carbono, se ofrece en acabados visuales o con pinturas inspiradas en la herencia cromática de la marca. Pero más allá de su estética romántica, cada superficie y cada trazo responden a principios funcionales: aerodinámica de baja resistencia, equilibrio visual y expresión emocional.

Modelo de producción del De Tomaso P72
El mismo impacto visual, más cerca del suelo
Una de las principales diferencias con respecto al concept presentado en 2019 es la altura general del coche y el perfil de suspensión. La versión de producción adopta una nueva plataforma de fibra de carbono desarrollada desde cero, que baja el centro de gravedad y mejora la posición de conducción, logrando un conjunto aún más afilado visualmente.
En lugar de adaptar una arquitectura existente, De Tomaso ha trabajado en uno de sus mayores logros: su chasis monocasco de fibra de carbono, construido de una sola pieza sin uniones ni secciones pegadas.

Vista lateral del modelo de producción del De Tomaso P72
Esta base ha sido desarrollada desde cero, sin adaptar otro tipo de plataformas existentes, para lograr una configuración de suspensión, reparto de masas y centro de gravedad completamente optimizados para una conducción analógica y precisa. A diferencia de la mayoría de coches modernos, que priorizan los datos por encima de las sensaciones, el P72 pone la experiencia física por delante de los números.
Techo rediseñado, sin renunciar al dramatismo
El prototipo destacaba por una superficie acristalada tipo cápsula, que integraba el parabrisas, las ventanas laterales y el techo sin interrupciones. Una propuesta visualmente cautivadora, pero poco práctica. En la versión final, el sistema ha sido revisado para permitir apertura de ventanas, lo que ha implicado un rediseño de la puerta y su integración con el techo. Se ha perdido algo de radicalidad estética, sí, pero a cambio se gana funcionalidad real sin diluir la visión original.

Interior y vista de la cápsula acristalada del modelo de producción del De Tomaso P72
Interior: la belleza de lo mecánico
El habitáculo del prototipo ya era un manifiesto de nostalgia táctil. El de producción no solo lo conserva, sino que lo perfecciona con nuevos niveles de artesanía. No hay pantallas, ni menús, ni interfaces digitales. En su lugar, una danza de diales analógicos, interruptores metálicos torneados y materiales nobles como cuero cosido a mano o aluminio macizo tratado de tres formas distintas: pulido, cepillado o arenado.
Cada pieza de aluminio, mecanizada individualmente, se ofrece en acabados “beadblasted”, pulido a mano o cepillado. Es una cabina diseñada no para el confort digital, sino para conectar al conductor con la máquina sin intermediarios.

Sin pantallas, sin menús, sin interfaces digitales. Diales analógicos, interruptores metálicos y materiales nobles.
El protagonista absoluto del interior es su caja de cambios manual de seis relaciones, completamente visible como una escultura cinética.
Motor V8, escape sinfónico y suspensión push-rod
Fiel a su linaje, el P72 incorpora un motor V8 como símbolo de identidad. Se trata de un bloque 5.0L supercharged, desarrollado específicamente para la plataforma ‘P’. Produce 700 caballos y 820 Nm, pero más importante aún, está calibrado para la respuesta inmediata, sin filtros electrónicos ni modos de conducción artificiales. Solo tú, el acelerador, y el rugido mecánico de un motor ensamblado a mano.

Vista trasera del modelo de producción del De Tomaso P72
El escape, con su diseño inspirado en los 60, ha sido desarrollado para reproducir el carácter de un V8 atmosférico de antaño. Es una banda sonora mecánica, no digital.
La suspensión push-rod con amortiguadores ajustables a mano y aerodinámica de baja resistencia completan un conjunto que privilegia el “sentir” por encima del “medir”.

Diseñado para 72 personas, pero pensado como un manifiesto
Solo se fabricarán 72 unidades, cada una individualmente comisionada. El modelo presentado es una unidad interna de especificación de producción, que sirve como referencia de diseño y ejecución para los ejemplares finales.

Cada uno de los 72 custodios recibirá una unidad hecha a medida, con acabados personalizados según sus deseos, pero todos compartirán la misma arquitectura, el mismo arte, y la misma resistencia a la digitalización.