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Ferrari 166 MM/212 Export 'Uovo'
Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" (Foto: Jorge El Busto)

El Ferrari "Uovo": Cuando un conde desafió al mismísimo Enzo Ferrari

Un híbrido único nacido de la rebeldía de un conde italiano contra los diseños de Enzo Ferrari

Por Álvaro Muro Duñabeitia
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alvaromurocardesignes/10/10/20
martes 03 de junio de 2025, 11:54h

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La última edición de Fuoriconcorso nos regaló uno de esos momentos mágicos que solo ocurren en el mundo del automovilismo clásico: la aparición pública del legendario Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo", una pieza única que desafió las convenciones estéticas de su época y que representa una de las historias más fascinantes de la marca italiana.

En el mundo del automovilismo clásico existen piezas que trascienden su función como meros vehículos para convertirse en verdaderas obras de arte rodante. El Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" es, sin lugar a dudas, una de esas creaciones extraordinarias que desafían toda lógica estética y funcional de su época.

El nacimiento de una rebeldía sobre ruedas

Nuestra historia comienza en 1950, en plena efervescencia de la post-guerra italiana, cuando un joven aristócrata de 22 años llamado Giannino Marzotto acababa de protagonizar una de las victorias más legendarias en la historia de la Mille Miglia. Vestido con un elegante traje de alta costura marrón cruzado, el conde había arrebatado la victoria de las manos del mismísimo Juan Manuel Fangio, convirtiéndose instantáneamente en un héroe nacional.

Giannino Marzotto

Pero Giannino Marzotto no era un piloto común. Perteneciente a una familia de industriales textiles con recursos prácticamente ilimitados, los hermanos Marzotto –Vittorio, Giannino, Paolo y Umberto– eran los clientes más importantes de Ferrari en aquellos primeros años. Entre los cuatro llegaron a poseer más de 20 unidades del Cavallino Rampante, manteniendo literalmente a flote a la joven compañía de Enzo Ferrari.

Sin embargo, la relación entre Giannino y "Il Commendatore" no era precisamente armoniosa. El joven conde tenía sus propias ideas sobre cómo debía ser un Ferrari de competición, ideas que chocaban frontalmente con la filosofía de Enzo Ferrari.

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La visión aerodinámica de un visionario

A diferencia de Enzo Ferrari, quien consideraba la aerodinámica como "una labor propia de aquellos constructores que no sabían fabricar motores", Giannino Marzotto estaba convencido de que los Ferrari de fábrica eran demasiado pesados y aerodinámicamente ineficientes. Su experiencia en pista le había demostrado que se podía hacer algo mejor.

La génesis del "Uovo" comenzó con un accidente. El Ferrari 166 MM Barchetta Touring con número de chasis 024MB y dorsal 650, originalmente de su hermano Umberto, había sufrido un grave accidente en la Mille Miglia de 1950. La carrocería se partió literalmente por la mitad, pero el chasis, una vez reparado por Ferrari, se convertiría en la base de algo revolucionario.

Ferrari 166 MM Barchetta Touring con el que corrió Giannino la Mille Miglia en 1950

Giannino tenía una visión clara: crear un Ferrari más rápido que los propios Ferrari de fábrica. Para ello, contactó con dos figuras clave: Franco Reggiani, un escultor con experiencia en la industria aeronáutica, y la Carrozzeria Fontana de Padua, reconocida por sus trabajos artesanales de alta calidad.

El huevo que quería volar

El apodo "Uovo" (huevo en italiano) no tardó en aparecer, y no era casualidad. La inspiración del diseño provenía directamente de la aviación militar de la época. Reggiani, con su experiencia aeronáutica, concibió una forma que recordaba a los jets de combate como el F-86 Sabre americano o el MiG-15 soviético, pero sin alas.

La construcción fue un ejercicio de ingeniería artesanal. El chasis del 166 MM se combinó con el motor V12 de 2.6 litros del 212 Export, que con triple carburador Weber desarrollaba 189 CV. Pero lo realmente revolucionario estaba en la carrocería.

Se utilizaron paneles de duraluminio –una aleación de aluminio, cobre, magnesio y manganeso– montados sobre una estructura tubular que se superponía al chasis Ferrari. El resultado era un vehículo 150 kilogramos más ligero que un Ferrari de serie comparable, con un peso en seco inferior a los 900 kilogramos.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo"

Los detalles técnicos eran fascinantes: un parabrisas extraordinariamente inclinado hecho de cristal grueso y curvado que, sorprendentemente, no producía reflejos molestos; un sistema de frenos con doble circuito hidráulico que permitía variar la presión entre los ejes delantero y trasero según las necesidades; y un depósito de combustible de 156 litros que proporcionaba una autonomía de más de 550 kilómetros.

El encuentro con il Commendatore

Cuando los hermanos Marzotto llevaron su creación terminada a Maranello para mostrársela a Enzo Ferrari, la recepción fue, en palabras del propio Giannino, "catastrófica". El legendario constructor italiano no solo no se mostró impresionado, sino que predijo públicamente que el coche se desintegraría en competición.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo"

Esta reacción no era solo profesional; era personal. Ferrari veía en el "Uovo" un desafío directo a su autoridad y conocimiento. ¿Cómo se atrevía un joven aristócrata a cuestionar sus diseños?

El debut: aluminio desnudo y expectación

El "Uovo" debutó en el Giro di Sicilia de 1951, todavía sin pintar, mostrando su carrocería de aluminio desnudo que brillaba bajo el sol mediterráneo. La imagen era espectacular: un Ferrari como nunca se había visto, con líneas que parecían desafiar las leyes de la física.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo"

Durante los primeros 20 kilómetros de carrera, el experimento de Marzotto funcionó a la perfección. El "Uovo" lideró la prueba con una ventaja considerable, demostrando que sus teorías aerodinámicas no eran meras fantasías de un conde caprichoso. Desafortunadamente, un problema en la junta del diferencial –ironías del destino, un componente Ferrari– obligó al abandono.

Las Mille Miglia de 1951: casi la gloria

La verdadera prueba llegó en las Mille Miglia de 1951. Las fotografías de época en la salida de Brescia muestran un espectáculo extraordinario: mientras todos los demás Ferrari presentaban las líneas clásicas de Touring o Pininfarina, el "Uovo" destacaba como una nave espacial entre coches terrestres.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" en la Mille Miglia

Giannino recordaría más tarde: "Me sentí muy cómodo en mi Uovo, que con tres carburadores llegaba a 186 CV, y cuya velocidad era competitiva con la del Ferrari de 4.1 litros. El par y la aceleración podían ser inferiores, pero la maniobrabilidad era mucho mejor."

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" en la Mille Miglia

Durante los primeros 600 kilómetros, el "Uovo" construyó una ventaja de 10 minutos sobre el segundo clasificado, equivalente a unos 25-30 kilómetros. Era una demostración contundente de la efectividad del concepto aerodinámico de Marzotto. Sin embargo, el destino volvió a intervenir: un problema con los neumáticos obligó al abandono cuando la victoria parecía al alcance.

La reivindicación: victoria en Toscana

La tercera fue la vencida. En el Giro della Toscana de 1951, el "Uovo" finalmente pudo demostrar de qué era capaz. Giannino Marzotto y Marco Crosara cruzaron la línea de meta en primer lugar absoluto, dando al extraño Ferrari su momento de gloria.

La victoria no fue sencilla. Los neumáticos estaban descompensados, provocando violentas vibraciones en cada frenada. Marzotto corrió sin guantes y desarrolló dolorosas ampollas en las manos. El calor dentro del habitáculo era insoportable. Pero el "Uovo" respondió, alcanzando sus 230 km/h de velocidad máxima en las rectas toscanas y demostrando una maniobrabilidad superior a la de los Ferrari convencionales.

El exilio americano y el retorno

Después de la temporada 1952, donde el "Uovo" logró algunas victorias más –incluyendo un triunfo en la subida Trento-Bondone con Giulio Cabianca al volante–, los hermanos Marzotto comenzaron a distanciarse de la competición activa.

A finales de 1953, el "Uovo" fue enviado a México para participar en la Carrera Panamericana, pero nunca llegó a tomar la salida. Los Marzotto regresaron a Italia, pero su creación se quedó en América, comenzando una odisea de más de 30 años.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" en FuoriConcorso 2025 (Autor: Alvaro Muro)

El coche pasó por las manos de Carlos Braniff y posteriormente de Ignacio Lozano, editor del periódico La Opinión en Los Ángeles, quien lo utilizó en diversas carreras de California durante 1954. Luego siguió una cadena de propietarios estadounidenses hasta que, en los años 80, fue completamente restaurado y participó en la Mille Miglia histórica de 1986.

El regreso del hijo pródigo

El "Uovo" finalmente regresó a Europa a finales de los años 80, siendo adquirido por un coleccionista milanés. En 2013, el coche participó en el "Atto Unico", una reunión especial de todos los Ferrari de los hermanos Marzotto en la histórica Villa Trissino Marzotto, un año después del fallecimiento de Giannino.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" en FuoriConcorso 2025 (Autor: Alvaro Muro)

En 2014, el "Uovo" fue exhibido en el Museo Enzo Ferrari de Módena, reconociendo finalmente su importancia histórica. Tres años después, en agosto de 2017, RM Sotheby's lo subastó en Monterey por 4.5 millones de dólares, consolidando su estatus como una de las piezas más codiciadas del coleccionismo Ferrari.

El legado de un visionario

Hoy, cuando vemos el "Uovo" en eventos como Fuoriconcorso, no podemos evitar reflexionar sobre el legado de Giannino Marzotto. Este joven conde no solo desafió a Enzo Ferrari; anticipó conceptos aerodinámicos que no se generalizarían en otros modelos incluso de competición hasta décadas después.

El propio Marzotto lo definió mejor que nadie: "Siempre lo he juzgado horriblemente bello". Es una descripción perfecta para un coche que desafía toda lógica estética convencional pero que posee una belleza intrínseca nacida de la funcionalidad aerodinámica.

Ferrari 166 MM/212 Export "Uovo" en FuoriConcorso 2025 (Autor: Alvaro Muro)

En un mundo donde la homologación y las regulaciones han estandarizado el diseño automovilístico, el Ferrari "Uovo" nos recuerda que hubo una época en la que la creatividad no tenía límites, y donde un conde italiano pudo crear, literalmente, el Ferrari más extraño y fascinante de la historia.

Y aunque Enzo Ferrari nunca llegó a admitirlo públicamente, el tiempo ha dado la razón al joven conde. El "Uovo" no solo no se desintegró, como predijo Il Commendatore, sino que se ha convertido en uno de los Ferrari más valorados y admirados de la historia.

Como expresó el propio Giannino Marzotto en una de sus últimas entrevistas: "Por esto quizás aún sueño con él". El "Uovo" posee esa cualidad especial de cautivar a quienes tienen la oportunidad de contemplarlo, siendo un testimonio de cómo ciertas creaciones trascienden su época y se convierten en iconos atemporales del diseño automovilístico.

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