Ferrari ha presentado su primer modelo hiperdeportivo digital destinado para clientes del programa Hyperclub homenajeando a la leyenda de Le Mans con el proyecto pionero Ferrari F76 en forma de NFT, un diseño virtual que rinde tributo a los prototipos de los años 60 y vehículos de competición modernos con el objetivo de explorar un lenguaje de diseño que combina herencia y vanguardia.
Un manifiesto digital del Centro de Diseño Ferrari
Concebido por el Centro de Diseño Ferrari, dirigido por Flavio Manzoni, el F76 se define como manifiesto de diseño, un experimento donde forma, función y rendimiento se funden mediante un enfoque paramétrico. La marca describe una metodología que combina biomimética, principios arquitectónicos, ingeniería e informática para generar geometrías y soluciones patentables, trascendiendo el mero “show car” virtual. Como precedente en el terreno digital, Ferrari ya había ensayado esta vía con el Vision Gran Turismo, su primer modelo creado para el sim-racing.
Detrás del F76 late también una estrategia de experiencia de marca. Integrado en Hyperclub, el coche digital amplía el ecosistema Corse Clienti, acercando a un grupo de clientes a la realidad del equipo oficial de resistencia y a la narrativa técnica que acompaña al 499P.
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Forma y aerodinámica: la lógica del doble fuselaje
El rasgo más distintivo es el doble fuselaje, la separación entre las celdas del conductor y del pasajero abre un canal central que convierte la carrocería en un ala y potencia el efecto suelo. Los perfiles alares y las superficies se han optimizado para dividir los flujos en el frontal y reunirlos en la zaga, donde una segunda ala se posa sobre las dos colas y alimenta la eficiencia de un difusor exclusivo. La lectura general es la de un objeto tallado por el aire, con geometrías refinadas que rehúyen las reglas convencionales.
En los flancos, cortes verticales recuerdan el lenguaje técnico-estilístico que Ferrari asocia al F80, aquí reinterpretado en clave digital. El contraste entre aletas tensas y volúmenes escultóricos se acentúa con la optimización matemática gestionada por algoritmos generativos: no se trata de ornamentación, sino de áreas donde la topología define la forma y, por tanto, el rendimiento.
Diseño exterior: frontal suspendido y luces retráctiles
El frontal está dominado por una banda suspendida entre las aletas bajo la que los fuselajes descienden hacia el plano aerodinámico generando rampas que enfatizan la entrada al canal central y los conductos laterales sobre las ruedas. Este recurso visual aligera la “cara” del coche y limpia la alimentación de aire hacia el plano inferior.
Otro gesto de identidad son los faros retráctiles, situados lateralmente bajo la banda. Es un puente entre los faros escamoteables que popularizaron tantos Ferrari de los años 70 y 80 y el carácter futurista del F76. Atrás, dos perfiles verticales dibujan el ancho de vía y el alerón superior actúa como dintel, enmarcando el canal central como un “portal” conceptual hacia el nuevo lenguaje. Las cuatro luces traseras se integran en ese alerón y contribuyen al rendimiento, sin añadir ruido formal.
Topología y gestión térmica
La separación de cabinas no solo ordena los flujos sino que permite reconfigurar espacios y recorrerlos con geometrías generativas que igualan exigencias funcionales (rigidez, accesibilidad, visibilidad) con soluciones estructurales inéditas para un entorno digital.
La gestión térmica se integra en la propia estructura de las colas mediante optimización topológica, capaz de canalizar refrigeración y maximizar la disipación de los componentes internos. Es una lectura radical del principio “la forma sigue al flujo”: rutas de aire embebidas en el esqueleto del coche que evitan aditamentos y liberan superficie para el trabajo del fondo.
Diseño interior: conducción compartida
El F76 propone una experiencia de conducción compartida. Sus dos habitáculos separados, conectados por tecnología drive-by-wire, sincronizan volante, pedales y demás actuadores, permitiendo que ambos ocupantes perciban y compartan en tiempo real la respuesta del coche. Esta idea trasciende la estética: apunta a una HMI (interfaz hombre-máquina) orientada a la participación emocional y técnica, en la que el copiloto deja de ser pasajero para convertirse en co-piloto en sentido literal.
La arquitectura interior se ha “vacunado” contra el exceso de pantallas: en un concepto centrado en el flujo, el ruido visual compete con la información crítica. Por eso, la lectura de jerarquías (modos, estado energético, avisos) y la claridad instrumental sostienen la coherencia del proyecto: una estética funcional que se alinea con el esencialismo de la carrocería.
Programa Hyperclub y personalización
Concebido para clientes del Hyperclub, el F76 nace como activo digital en un programa trianual que lanzó “drops” de opciones de diseño. Cada propietario configuró su F76 y se integró en una comunidad que vive a la vez el diseño y la competición, reforzando el vínculo con el 499P en el WEC. Es una forma nueva de coleccionismo Ferrari, en la que propiedad y participación corren en paralelo.
La presentación del proyecto en el marco de las Finali Mondiali de Mugello de 26 Oct 2025 subraya su papel en la cultura Corse Clienti: un escaparate donde conviven historia, actualidad deportiva y ahora también innovación digital. Allí Ferrari mostró los tres trofeos de Le Mans (2023, 2024 y 2025) y desveló el F76 ante clientes e invitados, integrando la pieza digital en el relato físico de la marca.